Defender los ideales tiene un alto costo

Defender los ideales tiene un alto costo

La bíblica imagen del ser pequeño que lucha y, contra todos los pronósticos, vence al gigante se repitió varias veces durante el año pasado. Cuatro historias reproducen ese constante combate contra el poder, aunque el resultado final sea aún indefinido o haya causado un profundo dolor físico o moral. Estos casos de valentía son un mínimo ejemplo de las miles de personas que se rebelan contra las injusticias en todo el mundo, y arriesgan todo lo que tienen en su reclamo por la libertad

HERIDAS. Malala se recupera de un disparo en la cabeza. REUTERS (ARCHIVO) HERIDAS. Malala se recupera de un disparo en la cabeza. REUTERS (ARCHIVO)
06 Enero 2013

 Malala es el símbolo de la resistencia ante los talibanes

Saltó a las primeras planas y a los noticiarios de todo el mundo por recibir un disparo en la cabeza. La joven paquistaní de 15 años, Malala Yousafzai, se resistía a que no la dejaran seguir estudiando en Mingora, ubicada en el valle de Swat de Pakistán, donde impera un islamismo radical impulsado por los talibanes. Y denunció esa situación dando entrevistas, divulgando su posición a favor de la enseñanza a las mujeres y escribiendo un blog para la BBC británica desde 2009 con el constante apoyo de su padre, Ziauddin Yousafzai, que era el director de la escuela para niñas.

Sus relatos integraban el "Diario de una escolar pakistaní", que difundía bajo el seudónimo de Gul Makai, que significa flor del maíz en urdu. Desde 2007, los talibanes empezaron a expandir su poder en la zona ante la débil resistencia del Ejército del Gobierno de Islamabad. "Como no se puede usar el uniforme escolar, me puse mi vestido rosa favorito; más tarde nos dijeron que no usáramos ropa de colores porque el talibán no estaría de acuerdo", fue una de sus notas.

Para los integristas musulmanes más fanatizados, ella era un estorbo. El 9 de octubre atacaron el colectivo en el que se encontraba la joven y le disparan directamente en la cabeza y en el cuello; otras dos niñas también sufrieron heridas. La intención, anunciaron los agresores, era lanzar una advertencia para que ninguna otra mujer se atreviera a desafiarlos, y acusaron a Malala de ser una "espía de Occidente".

La historia tiene un final inconcluso, pero se espera que sea feliz. Malala fue trasladada en avión al Reino Unido e internada en una clínica de Birmingham. Milagrosamente, la bala sólo rozó el cerebro: el viernes salió del hospital y podrá recuperarse completamente y sin secuelas, aun cuando su tratamiento dure meses.

Reacciones
Por mucho que les pese ahora, los talibanes convirtieron a esta joven en una heroína y en un símbolo de la lucha pacífica de miles de pakistaníes. Desde todo el mundo, le escribieron cartas, la propusieron para el premio Nobel de la Paz y estuvo entre las finalistas del reconocimiento a la Persona del Año 2012 por la revista estadounidense Time (finalmente lo ganó el presidente de EEUU, Barack Obama). Estrellas de Hollywood, como Angelina Jolie, donaron dinero para la escuela de niñas en la zona donde vivía. Naciones Unidas ha iniciado el programa de formación "Soy Malala", y en Pakistán incluso se ha declarado un "Día de Malala". Decenas de manifestaciones en su honor se realizaron en su país natal, bajo estrictas medidas de control estatal para evitar atentados terroristas. 

Pero la joven quedó marcada de por vida, al punto que no permitió que una universidad del valle de Swat lleve su nombre por motivos de seguridad para las estudiantes de la institución, y le pidió a las autoridades que den marcha atrás a la designación, lo que se hizo de inmediato. También las alumnas protestaron por la medida y boicotearon las clases, por temor a que el nuevo nombre sea visto como una provocación por parte de los fanáticos islámicos radicales.

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