03 Enero 2013
PERDIDAS. Robles Terán, titular de la SRT, recalca que los productores optan por resembrar o evalúan abandonar la actual campaña de soja. TECNOFORMAR.ORG
Las precipitaciones heterogéneas y el bajo nivel de humedad de los campos de soja generaron una reducción de casi un 50% de la superficie de siembra en Tucumán. En algunos lotes hasta hubo pérdidas totales de implantación, casos registrados en las zonas más afectadas por el fenómeno climatológico. La campaña de soja 2012/2013 mostró así una caída que preocupa al campo.
Ese estado de situación ha llevado a resembrar los lotes y a que los ruralistas comenzaran a evaluar la posibilidad de efectuar una rotación del cultivo (con poroto), o de abandonar la actual temporada y apostar al cultivo de invierno. Esa fue la radiografía de la iniciada temporada de la oleaginosa que representó ayer Sebastián Robles Terán, presidente de la Sociedad Rural de Tucumán.
El directivo informó que en la actualidad se ha alcanzado un 50% de la superficie implantada en la provincia, cuando hasta el 10 de enero del año pasado se había cubierto casi en su totalidad. "Hay zonas complicadas que no lograron sembrar. Dada la fecha, el atraso es grande", enfatizó el directivo.
La extensión total sembrada en la temporada 2011-2012 fue de 23.320 hectáreas en la provincia. Esa cifra había significado una reducción de un 9% respecto del anterior período, a causa de la sequía de entonces, según datos de la Estación Experimental Agroindustrial (Eeaoc) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). La perspectiva de la SRT en torno de la baja del área trabajada se cuadruplicaría este año.
"Será difícil sembrar en fecha oportuna, aunque se produzcan nuevas lluvias. La falta de agua en campos y la baja disponibilidad de maquinaria complican más la situación. En estos momentos, el productor sale a buscar semillas de la variedad tardía", previno el ruralista.
El Este y Sur provincial y Oeste de Santiago del Estero son las zonas más afectadas. En particular, la falta de humedad en suelos, que ha impedido la siembra, impactó en los departamentos Burruyacu, Cruz Alta y Leales, entre otros. En donde sí se cumplió con el ciclo de implantación fue en la zona noreste de Tucumán, explicaron en la Sociedad Rural.
"Aquel que sembró, sufrió un estrés hídrico ya. Hay vestigio de pérdida en siembra temprana", remarcó Miguel Pérez, referente local de la Federación Agraria Argentina (FAA)
El rendimiento promedio de la campaña pasada para la provincia de Tucumán fue de 1.230 kilogramos por hectárea. Ello implicó una pérdida de entre el 60% y el 65%, según datos oficiales. Entonces, la sequía provocó pérdidas durante el ciclo de cultivo. Ahora, en el sector prevén una baja aún más relevante ante el actual déficit climatológico para el campo, por los efectos del tiempo registrados previo al inicio de la campaña. Víctor Pereyra, referente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Tucumán (Cartuc), destacó que no hay un "ordenamiento" en los cultivos como consecuencia a la deficiente acumulación de agua en los campos. "No permitió hacer una siembra ordenada de soja y maíz; ahora se acumularon entre ambas", enfatizó el productor.
"Hubo zonas donde se registró 25 milímetros de agua acumulada -requieren en promedio de entre 70 u 80 milímetros-, con calor muy intenso. En consecuencia, se resembró y ocasionó un atraso", expresó Pereyra por último.
Ese estado de situación ha llevado a resembrar los lotes y a que los ruralistas comenzaran a evaluar la posibilidad de efectuar una rotación del cultivo (con poroto), o de abandonar la actual temporada y apostar al cultivo de invierno. Esa fue la radiografía de la iniciada temporada de la oleaginosa que representó ayer Sebastián Robles Terán, presidente de la Sociedad Rural de Tucumán.
El directivo informó que en la actualidad se ha alcanzado un 50% de la superficie implantada en la provincia, cuando hasta el 10 de enero del año pasado se había cubierto casi en su totalidad. "Hay zonas complicadas que no lograron sembrar. Dada la fecha, el atraso es grande", enfatizó el directivo.
La extensión total sembrada en la temporada 2011-2012 fue de 23.320 hectáreas en la provincia. Esa cifra había significado una reducción de un 9% respecto del anterior período, a causa de la sequía de entonces, según datos de la Estación Experimental Agroindustrial (Eeaoc) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). La perspectiva de la SRT en torno de la baja del área trabajada se cuadruplicaría este año.
"Será difícil sembrar en fecha oportuna, aunque se produzcan nuevas lluvias. La falta de agua en campos y la baja disponibilidad de maquinaria complican más la situación. En estos momentos, el productor sale a buscar semillas de la variedad tardía", previno el ruralista.
El Este y Sur provincial y Oeste de Santiago del Estero son las zonas más afectadas. En particular, la falta de humedad en suelos, que ha impedido la siembra, impactó en los departamentos Burruyacu, Cruz Alta y Leales, entre otros. En donde sí se cumplió con el ciclo de implantación fue en la zona noreste de Tucumán, explicaron en la Sociedad Rural.
"Aquel que sembró, sufrió un estrés hídrico ya. Hay vestigio de pérdida en siembra temprana", remarcó Miguel Pérez, referente local de la Federación Agraria Argentina (FAA)
El rendimiento promedio de la campaña pasada para la provincia de Tucumán fue de 1.230 kilogramos por hectárea. Ello implicó una pérdida de entre el 60% y el 65%, según datos oficiales. Entonces, la sequía provocó pérdidas durante el ciclo de cultivo. Ahora, en el sector prevén una baja aún más relevante ante el actual déficit climatológico para el campo, por los efectos del tiempo registrados previo al inicio de la campaña. Víctor Pereyra, referente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Tucumán (Cartuc), destacó que no hay un "ordenamiento" en los cultivos como consecuencia a la deficiente acumulación de agua en los campos. "No permitió hacer una siembra ordenada de soja y maíz; ahora se acumularon entre ambas", enfatizó el productor.
"Hubo zonas donde se registró 25 milímetros de agua acumulada -requieren en promedio de entre 70 u 80 milímetros-, con calor muy intenso. En consecuencia, se resembró y ocasionó un atraso", expresó Pereyra por último.