Argentina y Brasil, dos caminos diferentes hacia un mismo mundial

Argentina y Brasil, dos caminos diferentes hacia un mismo mundial

Ambas selecciones vivieron un 2012 bien diferente y marcado; uno con buenos ojos y el otro a pura turbulencia.

BUEN BALANCE. Sabella completó un año de crecimiento sostenido. ARCHIVO LA GACETA BUEN BALANCE. Sabella completó un año de crecimiento sostenido. ARCHIVO LA GACETA
22 Diciembre 2012

BUENOS AIRES.- Uno encontró una atípica calma después de años de turbulencias. El otro sembró dudas dentro y fuera de la cancha. Argentina y Brasil, los dos gigantes del fútbol sudamericano, vivieron un 2012 de contrastes, pero con una misma obsesión al final del camino: el Mundial 2014.

La Selección dirigida por Alejandro Sabella completó un año de crecimiento sostenido, con ocho triunfos en 11 partidos, incluyendo victorias en amistosos ante potencias como Alemania y Brasil, y el liderazgo de las eliminatorias sudamericanas. La "verdeamarelha", en cambio, se quedó sin oro olímpico y sin entrenador en un año que se presumía de transición.

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Argentina no mostró un rendimiento sobresaliente ni solucionó las dudas en la defensa, su eterno talón de Aquiles, pero volvió a ilusionar a sus hinchas a fuerza de resultados. Y principalmente a fuerza de los goles de Lionel Messi.

Porque 2012 fue el año en que el mejor jugador del mundo finalmente brilló con todo su esplendor en la selección. Sus 12 goles no sólo contribuyeron a destrozar el récord del alemán Gerd Müller, sino que también le permitieron igualar la marca de anotaciones en un año con la albiceleste que ostentaba Gabriel Batistuta.

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Messi fue el capitán y líder indiscutido de la selección. Se hizo dueño de los tiros libres, dio permanentes indicaciones a sus compañeros en la cancha y hasta le sugirió a Sabella que se sentía cómodo jugando con dos delanteros de punta y él más retrasado. Y el entrenador se encargó de que sus deseos fueran órdenes.

La estrella del Barcelona respondió con creces y los goles llegaron, al igual que en Europa, en formato de doblete y hasta triplete. Su obra maestra fue el "hat-trick" en el 4-3 ante Brasil en Nueva Jersey, un triunfo épico en un clásico que terminó por convencer a los escépticos que aún dudaban de su rendimiento en la selección.

"Fue un 2012 muy bueno y que tuvo sustento en lo que se vio en el campo de juego, reflejamos una mejoría", evaluó Sabella. Su próximo desafío no será sólo lograr el boleto al Mundial, sino demostrar que lo visto en 2012 no fue un espejismo.

Para Brasil, en cambio, el 2012 cierra con signo negativo. Sin competencias oficiales en eliminatorias por ser el anfitrión del próximo Mundial, el doble desafío de Mano Menezes era consolidar un funcionamiento colectivo en torno a Neymar y conquistar en los Juegos de Londres el primer oro olímpico de su historia.

El entrenador no cumplió ninguno de los dos y el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), José María Marin, no se anduvo con vueltas y decidió despedirlo.

La medalla de plata fue poco consuelo para un país que vivió como una "humillación" la derrota por 2-1 en la final ante México.

El Brasil de Menezes no mostró mejor imagen en los amistosos, en los que sumó victorias ante rivales inferiores como Bosnia, China, Irak, Sudáfrica o Japón y sufrió derrotas ante Argentina y México, su verdugo de los últimos tiempos. El título del Superclásico de las Américas ante una "Argentina B" no alcanzó a apaciguar el descontento de los hinchas, que en más de un partido abuchearon a una selección que terminó el año en un extraño puesto 18 del ranking de la FIFA.

La llegada de Luiz Felipe Scolari como entrenador y de Carlos Alberto Parreira como coordinador técnico tendrá como desafío inmediato la Copa Confederaciones 2013, un ensayo general para el Mundial pero al mismo tiempo una obligación para un equipo sediento de títulos.

"No se nos ocurre que en casa no ganemos la Copa Mundial. Hoy no somos favoritos, pero dentro de un año y medio seguramente lo seremos", prometió Parreira.

Ambos saben que deben mejorar, pero ni Argentina ni Brasil imaginan otra alternativa que ser protagonistas en el mundial en tierras sudamericanas que se aproxima. (DPA)



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