10 Diciembre 2012
PREMIO NOBEL. Pérez Esquivel pidió respetar la división de poderes. LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO
BUENOS AIRES.- En la semana que comienza, las miradas volverán a estar centradas en la Justicia, ya que la Corte Suprema de Justicia debe resolver si concede el per saltum al Gobierno nacional, para que deje sin efecto la medida cautelar que protege al "Grupo Clarín" de la aplicación de la Ley de Medios.
Los jueces viven un clima de alta tensión, palpable en la reunión que celebraron el viernes y que se reeditará en el acuerdo convocado para hoy, a las 12.
Mientras tanto, sigue la polémica por las presiones que la Casa Rosada lanzó, y sigue lanzando, contra camaristas y jueces, incluso los del alto tribunal. Sobre el tema opinaron el premio Nobel de la Paz 1981, Adolfo Pérez Esquivel, y el titular del Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), Martín Sabbatella.
Pérez Esquivel cuestionó las presiones del Gobierno sobre la Justicia y, al pedir que se respete la división de poderes, señaló que "hablan demasiado todos".
También consideró "una barbaridad" los dichos del ministro de Justicia, Julio Alak, quien llegó a denunciar un supuesto "alzamiento" del Poder Judicial, y remarcó que eso "es grave, porque si hay alzamiento hay una rebelión y acá no hay alzamiento".
"Por eso, digo que hablan demasiado", acotó el presidente del Servicio de Paz y Justicia. Al analizar lo "grave" de la situación, Pérez Esquivel señaló que "tampoco se pude atacar a la Justicia en esos términos. No es bueno para la democracia ni la conciencia colectiva".
"Todas estas cosas son contraproducentes, el pueblo no come vidrio", advirtió.
Insistió: "me parece importante fortalecer la ley, pero hay que tener cuidado con la forma en que se hace esto; el Poder Judicial no puede ser avasallado por el poder político". Y remarcó: "si queremos una democracia con fuerza vital hay que respetar la división de poderes".
Las corporaciones
Sabbatella, al referirse al documento de los jueces que exigió respeto por la división de poderes, se preguntó: "¿Cuál es la presión que se hace a la Justicia?".
"Si hay alguien que presiona son las corporaciones. Eso es lo que le hace mal a la democracia: las personas que creen que porque son poderosos económicamente pueden definir el futuro de la Argentina", evaluó. (DyN-Especial)
Los jueces viven un clima de alta tensión, palpable en la reunión que celebraron el viernes y que se reeditará en el acuerdo convocado para hoy, a las 12.
Mientras tanto, sigue la polémica por las presiones que la Casa Rosada lanzó, y sigue lanzando, contra camaristas y jueces, incluso los del alto tribunal. Sobre el tema opinaron el premio Nobel de la Paz 1981, Adolfo Pérez Esquivel, y el titular del Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), Martín Sabbatella.
Pérez Esquivel cuestionó las presiones del Gobierno sobre la Justicia y, al pedir que se respete la división de poderes, señaló que "hablan demasiado todos".
También consideró "una barbaridad" los dichos del ministro de Justicia, Julio Alak, quien llegó a denunciar un supuesto "alzamiento" del Poder Judicial, y remarcó que eso "es grave, porque si hay alzamiento hay una rebelión y acá no hay alzamiento".
"Por eso, digo que hablan demasiado", acotó el presidente del Servicio de Paz y Justicia. Al analizar lo "grave" de la situación, Pérez Esquivel señaló que "tampoco se pude atacar a la Justicia en esos términos. No es bueno para la democracia ni la conciencia colectiva".
"Todas estas cosas son contraproducentes, el pueblo no come vidrio", advirtió.
Insistió: "me parece importante fortalecer la ley, pero hay que tener cuidado con la forma en que se hace esto; el Poder Judicial no puede ser avasallado por el poder político". Y remarcó: "si queremos una democracia con fuerza vital hay que respetar la división de poderes".
Las corporaciones
Sabbatella, al referirse al documento de los jueces que exigió respeto por la división de poderes, se preguntó: "¿Cuál es la presión que se hace a la Justicia?".
"Si hay alguien que presiona son las corporaciones. Eso es lo que le hace mal a la democracia: las personas que creen que porque son poderosos económicamente pueden definir el futuro de la Argentina", evaluó. (DyN-Especial)
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