Patrimonio "santo"

Patrimonio "santo"

Es el momento ideal. El último partido del año encuentra a San Martín listo para explotar todo lo bueno que cosechó en el año. Sus aspectos posi ivos salen a la luz a pesar de los tropiezos. Arqueros figura, defensa regular, caudillos, ídolos y goleadores. El equipo tiene lo necesario para ilusionarse en 2013.

Diego Pave. LA GACETA / ARCHIVO Diego Pave. LA GACETA / ARCHIVO
09 Diciembre 2012

Hacer leña del árbol caído nubla la vista. Lo bueno, que también existe, pasa por alto como si no fuera al menos un punto a favor, y San Martín llegó a su última parada del año más o menos así. Es que los tropiezos típicos de la mayoría, en La Ciudadela se volvieron caídas libres dolorosas. El fundamento aparece en todo lo que se le exige, en buena hora claro, porque el "santo" no es uno más en el Argentino A, o no debería serlo (su historia así lo manda). Pero justamente por transitar un torneo que desentona con los que lo bancan es que en la balanza a veces pesan más las derrotas fuera de casa y esos amargos empates de anfitrión, que una buena racha o un par de goles salvadores. Y todo mal.

Que Talleres sea el último enemigo hasta la vuelta al ruedo será una buena medida para los de Carlos Ramacciotti. Primero porque la "T" es rival directo en la pelea, escolta de Gimnasia y Tiro con San Jorge, apenas unos puntos arriba, y el "santo" lo recibirá dulce (el triunfo copero fue la inyección anímica) con ganas de estirar el invicto en su tierra, pero sobre todo porque hará del momento el ideal para que el equipo termine de sacar a la luz todo aquello que hasta aquí cosechó, aquello de lo que sí puede deleitarse.

Línea por línea es donde se nota la cuestión. Entonces, vamos por parte.

1- Diego Pave y Juan Carrera se volvieron centinelas bien confiables. Salvo aisladas pifias, los arqueros brindaron la seguridad que se les exige a los de su banda y salvaron las papas en más de una ocasión. Después del líder (recibió 12 goles) y de Juventud Antoniana (13), el "santo" es el equipo con la valla menos vencida (14). Ojeda, el tercero en discordia, no desentonó en la Copa Argentina.

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2- Lo mejor de la defensa fue la regularidad. Allí se erigieron los principales caudillos del grupo, con "Lucho" González y Alejandro Rébola como protagonistas, justo los dos que hoy no podrán estar presentes (por suspensión y por lesión). Gonzalo Cáceres y Federico Pomba ocuparán sus puestos y nadie los cuestiona, porque cuando les tocó tomar la posta dijeron presente. Ese es otro porotito directo al costal.

3- En el medio, que fue lo que más se tocó por A, B, C... Héctor López demostró que, cuando dedica más a jugar que a otra cosa, es la esencia de la línea. Molina hace de socio ideal y en Luis Vega se encontró el pie justo que andaba necesitando la zona. Fue la apuesta de "Rama" y, hasta el momento, la que mejor resultado le dio. Rizo, Malbernat, Lescano y Carrasco siguen en la fila.

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4- Los delanteros, parte final y vital para que el diagrama no haya sido en vano, dejaron su sello. Se hicieron extrañar cuando faltaron, y allí tremenda importancia. Gustavo Balvorín se adueñó de la mayoría de los gritos luego de superar una sequía que incomodaba a todos, menos a él, siempre consciente de tanto que aún tiene para darle al equipo. Detrás, calladito, silbó Silba. De haber corrido mejor suerte frente a las lesiones, seguramente se habría ganado un lugarcito bien especial. Ya su lucha y su hambre de gol fueron bien reconocidos. Un goleador titular y uno suplente ¿Que tal?

Las cuatro piezas encajan. Son importantes en cualquier plantel que aspira a la gloria, y San Martín, con su costado oscuro que hoy no viene al caso, las tiene todas. A eso se suman los ídolos, que no le pueden faltar. El "Ratón" Ibáñez capitanea esta parte con su asociado predilecto, otra vez "Ring... Ring...", el arma letal del que va a la guerra a recuperar terreno perdido o la plaza en la B Nacional.

Será cuestión de que el equipo no deje de ensamblar sus riquezas y que en el 2013 haga inclinar la balanza definitivamente para el lado de las emociones. Tiene con qué hacerlo.

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