El combo perfecto

El combo perfecto

La "V" se consagró porque explotó sus virtudes: la mezcla de juventud y experiencia fue letal.

ADENTRO. Ferreyra ya se elevó y clavó un testazo infernal que no encontrará otro destino que el arco tatengue ante la inútil mirada de los rivales que no se pudieron anticipar al goleador del equipo campeón. ADENTRO. Ferreyra ya se elevó y clavó un testazo infernal que no encontrará otro destino que el arco "tatengue" ante la inútil mirada de los rivales que no se pudieron anticipar al goleador del equipo campeón.
Se adueñó de un estilo ganador y le sacó brillo desde el principio hasta el final. Su apuesta fue no traicionar jamás esa chapa, ni siquiera ante las adversidades, por eso salió ganando. Por eso "Vélez campeón" no es sorpresa, sino lógica en estado puro.

La consagración en el Torneo Inicial es producto de un trabajo continuo, un plan que comenzó en 2009 con la llegada de Ricardo Gareca, y no se modificó ni cuando le desarmaron el equipo por exclusivas cuestiones económicas, propias de estos tiempos. Aunque paradójicamente sea la "V" el que más se despegue de ese vicio natural de nuestro fútbol.

Es que el plantel se reinventó continuamente y su mezcla para esta ocasión terminó siendo perfecta: pibes de la casa, players de experiencia y refuerzos que no defraudaron. El combo, ante la pobreza reinante del resto, resultó letal, infalible.

Los números, que son los que mandan al fin y al cabo, también lo acompañaron, porque la campaña detonó regularidad por todos lados, de esa que le esquiva a la mayoría: 12 partidos ganados, apenas dos empates y cuatro derrotas. Está claro que Vélez no necesitó de invictos para ser envidiable. Con ser efectivo le alcanzó, incluso una fecha antes del cierre.

La suerte también lo acompañó contra All Boys, la semana pasada, y ayer, cuando el necesitado River le robó los tres puntos a un Lanús interesantísimo, principal contrincante del campeón, el que podía arrebatarle el trono. Aunque cuidado, a no confundirse porque si hubo algo que no describió el estilo de Vélez en el torneo, eso fue el azar. Que lo diga "Chuky" Ferreyra si no, que no pegó una en la caída con Boca, derrota que fue casi exclusivamente por sus pifias. El tipo se desquitó ayer y cerró la coronación con el doblete sobre Unión y un primer puesto en el podio de los goleadores velezanos.

Juego asociado de atrás hacia adelante, equilibrio y contundencia fueron las claves primordiales a lo largo de las fechas.

Vélez volvió a dar el ejemplo y con la coronación certificó los caminos correctos para pasarla bien. Es el modelo a seguir y eso es otro triunfo.

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