Por Manuel Cardozo
03 Diciembre 2012
"Pensaba en la reelección, pero comenzaron a aparecer nuevos candidatos digitados políticamente que se oponen rotundamente a una buena gestión. Decidí dar un paso al costado por el bien del rugby tucumano", aclara Franco Veglia, el hasta ahora presidente de la URT, que no puede ocultar su malestar por el clima que se vive en la entidad, la cual sigue sin poder encontrar quien conduzca su destino.
Desde que llegó a Paraná, el directivo no hizo más que levantar polvareda. Primero cuestionó a la UAR en la reunión de presidentes de uniones y después, en una charla con LG Deportiva, desnudó la interna política que se vive en la sede de la URT.
- ¿Por qué no siguió peleando para continuar al frente de la URT?
- Porque se hubiera producido una división en el rugby tucumano. Ya demasiado hubo con el famoso 6 a 5, problema que fue superado. Además, no me gustaría perder amigos y crear rencores. Los hombres estamos de paso; primero hay que pensar en la institución y en el rugby.
- ¿Qué pasó que algunos presidentes dejaron de apoyarlo?
- Si bien es cierto que no sigo ninguna política, se me trató de involucrar en una línea. Tengo identidad propia, como cuando propuse a Luis Castillo como presidente de la UAR, como lo hicieron por unanimidad de los clubes tucumanos. Nunca traicioné a nadie, pero todo está en las diferencias que se presentan porque a partir de ellas se construye. Siempre pensé en la región, en Tucumán para crecer. Todo esto se hace con recursos genuinos.
Veglia se bajó de la candidatura cuando se enteró de que competiría con otros cuatro candidatos. Pero a último momento, según se confirmó, se bajaron los representantes de Lawn Tennis y de Tucumán Rugby. Los que se mantienen firmes en sus intenciones de dirigir la entidad son Héctor Odstricil (Cardenales) y Fernando Martoni (Los Tarcos). Esta noche, en un nuevo cónclave, se podría definir quién será el hombre que conducirá el futuro del rugby tucumano.
- ¿Cuál es el balance que realiza?
- Me voy convencido de que se hizo una buena gestión. Fueron cuatro años donde hubo errores y virtudes, pero se superó con creces lo bueno sobre lo malo.
- ¿Qué fue lo más importante?
- Sin lugar a dudas la cantidad de jugadores que practican el deporte en la región. También, después de muchos años, en lo económico, se consiguió un superávit importante. Se cuestionó un poco el sistema de disputa del torneo Regional, pero fue un certamen que hizo crecer el deporte en toda la región.
- ¿Con qué se encontrará el nuevo presidente?
- Con muchos e importantes cambios que van en beneficio del rugby tucumano.
- ¿Acompañará la próxima gestión?
- Puedo colaborar, pero siempre a partir de la unidad nacional. Entré por la puerta chica y me quiero ir por la grande. Están viendo fantasmas donde no existen. No quiero ser ningún obstáculo para nadie en el futuro del rugby tucumano.
El paso de Veglia en el Seven de la República no pasó desapercibido. No le tembló el pulso para hacer escuchar sus críticas sobre los manejos políticos que tomó la UAR en los últimos tiempos.
- ¿Por qué hizo esos cuestionamientos?
- No sólo tienen que existir pladares, sino también debe haber apoyo a los clubes que están pasando por momentos muy difíciles. Cuando voy por las distintas uniones del país, escucho las necesidades que tienen. El apoyo es pequeño e insuficiente para el nivel de competencia actual. El interior debe unirse y mantenerse así.
- ¿Y cuál es la situación con la URT?
- A Tucumán se lo privó de algunos ingresos. Y puedo asegurar que fue por razones políticas. Esto me pasó por ser fiel a las decisiones de las uniones en la designación de los miembros de la UAR.
- ¿Por qué ese castigo?
- Elegimos a Carlos Araujo, de Rosario, como vice de la UAR en una reunión de presidente que duró cinco minutos. A partir de ese momento entendieron que mi silencio fue una traición y eso hizo que repercutiera en la parte económica de nuestra Unión. Perdimos sponsors que nos habrían aportado $ 500.000 como mínimo.
- ¿Cómo siguió la historia?
- No me quedé cruzado de brazos y seguí trabajando. Es más, a pesar de que Los Pumas se presentaron en Tucumán, no recibimos ningún tipo de beneficio de la UAR. Quiero aclarar que en algún momento se prometió que recibiríamos algo.
Desde que llegó a Paraná, el directivo no hizo más que levantar polvareda. Primero cuestionó a la UAR en la reunión de presidentes de uniones y después, en una charla con LG Deportiva, desnudó la interna política que se vive en la sede de la URT.
- ¿Por qué no siguió peleando para continuar al frente de la URT?
- Porque se hubiera producido una división en el rugby tucumano. Ya demasiado hubo con el famoso 6 a 5, problema que fue superado. Además, no me gustaría perder amigos y crear rencores. Los hombres estamos de paso; primero hay que pensar en la institución y en el rugby.
- ¿Qué pasó que algunos presidentes dejaron de apoyarlo?
- Si bien es cierto que no sigo ninguna política, se me trató de involucrar en una línea. Tengo identidad propia, como cuando propuse a Luis Castillo como presidente de la UAR, como lo hicieron por unanimidad de los clubes tucumanos. Nunca traicioné a nadie, pero todo está en las diferencias que se presentan porque a partir de ellas se construye. Siempre pensé en la región, en Tucumán para crecer. Todo esto se hace con recursos genuinos.
Veglia se bajó de la candidatura cuando se enteró de que competiría con otros cuatro candidatos. Pero a último momento, según se confirmó, se bajaron los representantes de Lawn Tennis y de Tucumán Rugby. Los que se mantienen firmes en sus intenciones de dirigir la entidad son Héctor Odstricil (Cardenales) y Fernando Martoni (Los Tarcos). Esta noche, en un nuevo cónclave, se podría definir quién será el hombre que conducirá el futuro del rugby tucumano.
- ¿Cuál es el balance que realiza?
- Me voy convencido de que se hizo una buena gestión. Fueron cuatro años donde hubo errores y virtudes, pero se superó con creces lo bueno sobre lo malo.
- ¿Qué fue lo más importante?
- Sin lugar a dudas la cantidad de jugadores que practican el deporte en la región. También, después de muchos años, en lo económico, se consiguió un superávit importante. Se cuestionó un poco el sistema de disputa del torneo Regional, pero fue un certamen que hizo crecer el deporte en toda la región.
- ¿Con qué se encontrará el nuevo presidente?
- Con muchos e importantes cambios que van en beneficio del rugby tucumano.
- ¿Acompañará la próxima gestión?
- Puedo colaborar, pero siempre a partir de la unidad nacional. Entré por la puerta chica y me quiero ir por la grande. Están viendo fantasmas donde no existen. No quiero ser ningún obstáculo para nadie en el futuro del rugby tucumano.
El paso de Veglia en el Seven de la República no pasó desapercibido. No le tembló el pulso para hacer escuchar sus críticas sobre los manejos políticos que tomó la UAR en los últimos tiempos.
- ¿Por qué hizo esos cuestionamientos?
- No sólo tienen que existir pladares, sino también debe haber apoyo a los clubes que están pasando por momentos muy difíciles. Cuando voy por las distintas uniones del país, escucho las necesidades que tienen. El apoyo es pequeño e insuficiente para el nivel de competencia actual. El interior debe unirse y mantenerse así.
- ¿Y cuál es la situación con la URT?
- A Tucumán se lo privó de algunos ingresos. Y puedo asegurar que fue por razones políticas. Esto me pasó por ser fiel a las decisiones de las uniones en la designación de los miembros de la UAR.
- ¿Por qué ese castigo?
- Elegimos a Carlos Araujo, de Rosario, como vice de la UAR en una reunión de presidente que duró cinco minutos. A partir de ese momento entendieron que mi silencio fue una traición y eso hizo que repercutiera en la parte económica de nuestra Unión. Perdimos sponsors que nos habrían aportado $ 500.000 como mínimo.
- ¿Cómo siguió la historia?
- No me quedé cruzado de brazos y seguí trabajando. Es más, a pesar de que Los Pumas se presentaron en Tucumán, no recibimos ningún tipo de beneficio de la UAR. Quiero aclarar que en algún momento se prometió que recibiríamos algo.
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