BUENOS AIRES.- En los próximos días, la periodista Estefanía Heit y el supuesto pastor evangélico Jesús María Olivera, volverán a declarar ante la Justicia de la localidad bonaerense de Coronal Suárez, e intentarán demostrar que no tuvieron cautiva ni torturaron a Sonia Molina, sino que la víctima era quien quería quedarse en la casa con los imputados.
"La echábamos, pero Sonia volvía sola", será el argumento que esgrimirá la pareja acusada, ante la la titular de la Fiscalía de Delitos Sexuales,, María Marta Corrado, según reveló uno de los tres abogados defensores, de acuerdo a lo que publicó hoy el diario "La Nación".
La periodista y su pareja tienen consigo una copia de la extensa declaración que brindó Molina. Los asesores letrados les recomendaron leer todo el documento y buscar respuestas para cada una de las acusaciones. Con los argumentos que puedan reunir, se elaborarán las estrategias para las declaraciones indagatorias, previstas para esta semana y para la próxima.
En su relato, la víctima tardó casi ocho horas en describir lo que vivió, según dijo, durante el cautiverio en la casa del matrimonio. Los abogados de los imputados creen que sus defendidos se tomarán su tiempo para responder a las preguntas que formulará la Fiscalía.
Heit y Olivera debían declarar el viernes, pero a último momento, por recomendación de sus defensores, prefirieron postergarla. Ocurrió que Molina contó detalles escalofriantes de su encierro que duró tres meses. "Aberrante, cruel y de una brutalidad inusitada", fueron las palabras que utilizó la fiscala Corrado para calificar la narración de la víctima.
Incluso, los propios abogados de Heit y de Olivera se sorprendieron con las descripciones. Molina contó, entre otras cosas, que estuvo maniatada, que era golpeada todos los días sin piedad, y quemada con cigarrillos. Además, brindó precisiones sobre las violaciones reiteradas que dufrió y sobre la dieta con polenta y alimento para perros. LA GACETA ©