30 Noviembre 2012
IMPACTO. Aquí se observa el daño que produce el hongo en el garbanzo.
La "rabia" del garbanzo, causada por el hongo Ascochyta rabiei, es la enfermedad más destructiva que se conoce en este cultivo. Ocasiona daños severos, afectando la cantidad y calidad de granos y semillas con pérdidas que pueden alcanzar el 100% cuando se presentan condiciones que favorecen a esta patología. La observación fue dada por los técnicos de la Sección Fitopatología de la Estación Experimental Agroindustrial "Obispo Colombres", quienes informaron además que la enfermedad se ha registrado en 34 países hasta el momento.
Las condiciones propicias para la infección son las temperaturas de alrededor de los 20ºC y el agua libre en la superficie de las plantas durante 5 a 6 horas. Ascochyta rabiei penetra a través de la pared de las vainas e infecta así la semilla, tanto interna como superficialmente. La semilla infectada puede o no mostrar síntomas y es una vía de ingreso del patógeno a los lotes, generando los primeros focos de la enfermedad; se convierte en una fuente de inóculo para futuras diseminaciones dentro del campo.
En Argentina se detectó el hongo por primera vez en el ciclo 2011/12. Fue en Córdoba y sudeste de Buenos Aires. Los lotes afectados mostraron plantas con un rápido marchitamiento, tizón y muerte, distribuidas en rodales. Los primeros síntomas coincidieron con el inicio de formación de vainas en noviembre de 2011. En los lotes afectados, la incidencia alcanzó el 100%, con síntomas severos en hojas, tallos, vainas y semillas.
En el NOA no se había reportado la enfermedad hasta que el 14 de noviembre de 2012, cuando se detectaron plantas de garbanzo -en un lote comercial en estadio reproductivo avanzado-, en el departamento de La Paz, en Catamarca. Presentaban manchas circulares, concéntricas, con presencia de fructificaciones negras en el centro de las mismas, distribuidas en forma de anillo, tanto en hojas como en vainas. Las plantas afectadas con esta sintomatología estaban localizadas en rodales.
En el laboratorio de la Sección Fitopatología de la Eeaoc se constató que la enfermedad correspondía a la "rabia" del garbanzo. Entonces se procedió a notificar al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), a través del Sistema Nacional Argentino de Vigilancia y Monitoreo de Plagas (Sinavimo).
Debido a las características de la enfermedad y, sobre todo, al hecho de que se transmite a través de la semilla, se aconsejó aplicar medidas de prevención en forma urgente para evitar que el problema se disemine al resto de las áreas de cultivo en el NOA. Entre esas medidas se destacan:
• Rotación de cultivos para disminuir los niveles de inóculo del hongo
• Siembra de semillas de origen y sanidad conocidos
• Monitoreo permanente de los lotes para detectar los primeros focos
• Aplicación de fungicidas (curasemillas y foliares)
Las condiciones propicias para la infección son las temperaturas de alrededor de los 20ºC y el agua libre en la superficie de las plantas durante 5 a 6 horas. Ascochyta rabiei penetra a través de la pared de las vainas e infecta así la semilla, tanto interna como superficialmente. La semilla infectada puede o no mostrar síntomas y es una vía de ingreso del patógeno a los lotes, generando los primeros focos de la enfermedad; se convierte en una fuente de inóculo para futuras diseminaciones dentro del campo.
En Argentina se detectó el hongo por primera vez en el ciclo 2011/12. Fue en Córdoba y sudeste de Buenos Aires. Los lotes afectados mostraron plantas con un rápido marchitamiento, tizón y muerte, distribuidas en rodales. Los primeros síntomas coincidieron con el inicio de formación de vainas en noviembre de 2011. En los lotes afectados, la incidencia alcanzó el 100%, con síntomas severos en hojas, tallos, vainas y semillas.
En el NOA no se había reportado la enfermedad hasta que el 14 de noviembre de 2012, cuando se detectaron plantas de garbanzo -en un lote comercial en estadio reproductivo avanzado-, en el departamento de La Paz, en Catamarca. Presentaban manchas circulares, concéntricas, con presencia de fructificaciones negras en el centro de las mismas, distribuidas en forma de anillo, tanto en hojas como en vainas. Las plantas afectadas con esta sintomatología estaban localizadas en rodales.
En el laboratorio de la Sección Fitopatología de la Eeaoc se constató que la enfermedad correspondía a la "rabia" del garbanzo. Entonces se procedió a notificar al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), a través del Sistema Nacional Argentino de Vigilancia y Monitoreo de Plagas (Sinavimo).
Debido a las características de la enfermedad y, sobre todo, al hecho de que se transmite a través de la semilla, se aconsejó aplicar medidas de prevención en forma urgente para evitar que el problema se disemine al resto de las áreas de cultivo en el NOA. Entre esas medidas se destacan:
• Rotación de cultivos para disminuir los niveles de inóculo del hongo
• Siembra de semillas de origen y sanidad conocidos
• Monitoreo permanente de los lotes para detectar los primeros focos
• Aplicación de fungicidas (curasemillas y foliares)