Por Gustavo Rodríguez
28 Noviembre 2012
LO DEJARON SOLO. El ahora ex entrenador pagó por el flojo momento deportivo del club de Núñez. LA GACETA / ARCHIVO
Nadie duda de que River no estaba jugando bien y que el único responsable de esta situación es Matías Almeyda. Pero otra vez el "millonario" castigó a un hombre que le fue importante. Despedirlo dos partidos antes de que finalizara el certamen es una aberración, típica de la prepotencia de Daniel Passarella.
El "Kaiser" golpeó de la peor manera al hombre que tomó el barco en medio de la peor tormenta que vivió el club en su historia. Consiguió el objetivo de lograr el ascenso en una temporada (Racing tardó dos temporadas en volver y San Lorenzo una), que no es poco. En total, el "Pelado", dirigió a River en 60 partidos (B Nacional, Primera y Copa Argentina), donde ganó 29 y obtuvo el 60 % de los puntos. No logró cumplir con su objetivo: finalizar el torneo Inicial con 30 puntos, colchón suficiente para olvidarse del descenso.
Pero los números no lo son todo. Almeyda puso la cara por Passarella cuando el club decidió no renovarle el contrato a Fernando Cavenaghi y al "Chori" Domínguez, dos piezas claves en el ascenso. Pero así es River. Almeyda, por lo menos, debió haber sospechado que los directivos también lo castigarían como lo hicieron con otros referentes de los últimos años. LA GACETA ©
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