25 Noviembre 2012
BARCELONA.- Cataluña, la región más potente de España, acude hoy a las urnas convocada por su presidente y candidato a la reelección, Artur Mas, que busca obtener una contundente victoria legislativa para iniciar el camino hacia la independencia, en medio de la severa crisis económica.
Más de 5,2 millones de catalanes (el padrón en la Argentina lo integran unas 20.500 personas) podrán votar por un Parlamento regional de 135 miembros. Las elecciones son un gran desafío para el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ya que pueden abrir un escenario inédito de inestabilidad política en el país. El reclamo catalán de soberanía se suma a otros en una agitada Europa (ver infografía).
La independencia puede parecer una romántica locura desde afuera, en una región que se remonta a la Edad Media para encontrar motivos históricos que justifiquen su separación (ver "Una región..."). Pero no es tanto la identidad cultural la que da vida al movimiento secesionista, como la frustración por altos impuestos, el desempleo del 25% y la recesión. Muchos de sus ardientes defensores ni siquiera tienen raíces allí: son inmigrantes que abrazan la causa porque creen que Cataluña será más próspera por su cuenta.
Cálculos políticos
Los comicios se presentan como un plebiscito a la apuesta de Mas, cuyo partido nacionalista de centroderecha Convergencia i Unió (CiU) volvería a ganar, pero no llegaría a la mayoría absoluta según las encuestas. Como también avanzarían las opciones independentistas minoritarias (como Ezquerra Republicana), más de la mitad de los legisladores se inclinaría por alejarse de España.
Tras las elecciones, Mas quiere convocar a un referendo soberanista, que Madrid califica de "inconstitucional". Por la polarización del electorado sobre este tema, el derechista Partido Popular (PP) de Rajoy, que lleva a Alicia Sánchez Camacho como candidata y defiende la continuidad de Cataluña "en España y Europa", amenaza con desbancar a los socialistas como segunda fuerza política. Así, el Partido Socialista de Catalunya (PSC), que postula a Pere Navarro, se encamina hacia su peor derrota regional, con su posición intermedia de defender el "derecho a decidir" de los catalanes junto con una propuesta federalista. (Télam-Reuters)
Más de 5,2 millones de catalanes (el padrón en la Argentina lo integran unas 20.500 personas) podrán votar por un Parlamento regional de 135 miembros. Las elecciones son un gran desafío para el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ya que pueden abrir un escenario inédito de inestabilidad política en el país. El reclamo catalán de soberanía se suma a otros en una agitada Europa (ver infografía).
La independencia puede parecer una romántica locura desde afuera, en una región que se remonta a la Edad Media para encontrar motivos históricos que justifiquen su separación (ver "Una región..."). Pero no es tanto la identidad cultural la que da vida al movimiento secesionista, como la frustración por altos impuestos, el desempleo del 25% y la recesión. Muchos de sus ardientes defensores ni siquiera tienen raíces allí: son inmigrantes que abrazan la causa porque creen que Cataluña será más próspera por su cuenta.
Cálculos políticos
Los comicios se presentan como un plebiscito a la apuesta de Mas, cuyo partido nacionalista de centroderecha Convergencia i Unió (CiU) volvería a ganar, pero no llegaría a la mayoría absoluta según las encuestas. Como también avanzarían las opciones independentistas minoritarias (como Ezquerra Republicana), más de la mitad de los legisladores se inclinaría por alejarse de España.
Tras las elecciones, Mas quiere convocar a un referendo soberanista, que Madrid califica de "inconstitucional". Por la polarización del electorado sobre este tema, el derechista Partido Popular (PP) de Rajoy, que lleva a Alicia Sánchez Camacho como candidata y defiende la continuidad de Cataluña "en España y Europa", amenaza con desbancar a los socialistas como segunda fuerza política. Así, el Partido Socialista de Catalunya (PSC), que postula a Pere Navarro, se encamina hacia su peor derrota regional, con su posición intermedia de defender el "derecho a decidir" de los catalanes junto con una propuesta federalista. (Télam-Reuters)
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