D-MENT3: el metal tiene su lado sensible

D-MENT3: el metal tiene su lado sensible

Actúa la banda de Andrés Giménez, el cantante que prendió y apagó la luz de A.N.I.M.A.L.

DESPUÉS DE AÑOS. Andrés Giménez, guitarrista y cantante de D-Mente, promete que el Nesta será una fiesta. PRENSA D-MENTE DESPUÉS DE AÑOS. Andrés Giménez, guitarrista y cantante de D-Mente, promete que el Nesta será una fiesta. PRENSA D-MENTE
23 Noviembre 2012

¿Qué tienen en común la ultra almidonada Miranda! y la fallecida banda A.N.I.M.A.L., hito del metal latinoamericao? Un hombre, uno de los tipos más jodidos del rock argento. Al menos así lo pintan algunos periodistas y ex compañeros de escenario, antiguos tripulantes de ese barco pirata que navegó por aguas dulces y saladas durante 13 años.

Es Andrés Giménez, el astillero y capitán que armó y que se quedó hasta que A.N.I.M.A.L. se hundió por completo. Al poco tiempo de colocarle la lápida (1993-2006) fundó D-Mente, formación con la que retomó los orígenes de la banda que lo catapultó a la fama, pero encontrando nuevos caminos discursivos. D-Mente ya no habla tanto de los indios ultrajados, pero sigue denunciando injusticias desde un rincón más interno y espiritual. El mismo que grabó por primera vez en su vida con una banda llamada Beso Negro, a los 17 años, no se avergüenza de mostrar el lado sensible del metal. Tampoco en contar que produjo un disco de Abel Pintos, entre otras bandas de su mundo y de otros.

¿Demasiado suave para un corazón de metal? ¿Será por eso que el primer disco de la nueva banda salió con Secsy, el sello pop independiente que apoyó a Ale Sergi y compañía en sus dos primeros álbumes? ¿A quién le importa? A él al menos no.

"De todos modos, con Secsy estuvimos cuatro meses, nada más", se justifica el hombre rudo, siempre agradecido porque ese sello rosado le abrió los brazos cuando todos se habían ido.

D-Mente lleva publicados cinco discos. El último, "No es el premio ganar sin saber lo que fue perder", es el que vendrá a presentar hoy en Tucumán. Antes del show, Giménez charló con LA GACETA.

- ¿Qué es el éxito para una banda de metal?

- Es lograr llegar con tu música al alma de los chicos, que se sientan identificados, que te cuenten que tal canción los hace acordar a un sueño, al viejo, a la infancia, a los amigos, a una depresión de la que zafó escuchando tu música. Ese ese el mayor de los éxitos.

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- ¿Todas esas cosas te contaron los fans?

- Esas y muchas más. A veces no se puede creer: aparece un chico o una chica con el nombre de tu banda tatuado, o te dicen que gracias a tu música cambiaron la forma de pensar y de sentir...

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- Es un público especial el del metal.

- Sí, porque son muy fans del estilo, lo defienden, saben que es un lugar difícil, lleno de prejuicios. Es un público muy fiel mientras hagas las cosas con honestidad; es un público que hurga, busca, no espera solo que la banda de moda salga a la luz para ir a verla.

Metal en el Colón
A.N.I.M.A.L. arrancó desde la ultratumba, como todo buen metalero y llegó a estar de moda, lo admite, aunque prefiere decir que "estuvo en boca de todos". Como sea, fue bueno, porque le permitió hacer historia: por ejemplo, es la primera y única banda que hizo rugir el metal en el teatro Colón en un homenaje a Borges. Pero esa no es la hazaña que primero le viene a la mente a Andrés Giménez. "Lo bueno de eso fue que gente de otros palos, no necesariamente metaleros, se animen escuchar nuestra música. A los recitales de A.N.I.M.A.L. iba un 40% de mujeres, las contábamos porque diferenciábamos colores en las entradas, era una locura", se enorgullece.

Con semejante equipaje, "No es el premio ganar sin saber lo que fue perder" es un nombre que tiene un profundo sentido para titular un disco.



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