SAN PABLO, Brasil.- Atemorizados por los índices de delincuencia en la metrópoli brasileña de San Pablo, los pilotos de la F-1 disputarán la última carrera de la temporada entre coches blindados y escolta policial. Las actividades para la última fecha del año inician mañana a las 9. La clasificación irá el sábado y la final el domingo, en ambos casos desde las 13.
El británico Jenson Button confirmó que tanto él como su compañero en McLaren, Lewis Hamilton, y el jefe de equipo, Martin Whitmarsh, se desplazarán con esa protección desde y hacia el circuito de Interlagos.
"Lo hicimos ya el año pasado tras lo ocurrido el año anterior", fue citado hoy Button en los medios de comunicación británicos. En 2010, Button escapó por poco de un asalto a mano armada en el denso tráfico. Seis delincuentes se vieron involucrados en el intento, en el que nadie resultó herido.
El estado federal de San Pablo vive actualmente una ola de violencia que llevó a la renuncia del ministro regional de Seguridad.
Solo en la noche del martes, en el Gran San Pablo, que abarca 20 millones de habitantes, resultaron muertas a tiros diez personas, dos de ellas en un tiroteo con la policía, informó hoy la prensa local.
En lo deportivo, el alemán Sebastian Vettel buscará lograr en el Gran Premio de Brasil su tercer campeonato del mundo consecutivo ante un Fernando Alonso que deposita sus principales esperanzas en la lluvia y eventuales problemas en Red Bull.
El autódromo "José Carlos Pace" de Interlagos será escenario una vez más de una definición de infarto. Y los pronósticos de lluvia prometen añadirle un condimento extra.
La lucha entre Vettel y Alonso dejará en un segundo plano el que será el segundo y posiblemente definitivo adiós del alemán Michael Schumacher, siete veces campeón mundial. (Especial-DPA)