21 Noviembre 2012
Y EL CALOR SERÁ MAYOR... Para diciembre pronostican temperaturas superiores a los 40°. Ayer la ciudad fue un horno y los alumnos lo sufrieron. LA GACETA / FOTO DE INES QUINTEROS ORIO
Palabras más, palabras menos; argumentos más o menos claros, los padres de alumnos primarios están de acuerdo en algo: que los chicos tengan clases hasta el 21 de diciembre es prácticamente una locura. A tono con los lineamientos nacionales, la ministra de Educación tucumana, Silvia Rojkés de Temkin, anunció que las clases seguirán hasta ese día. En una recorrida por escuelas primarias de la capital, LA GACETA recogió opiniones de los padres: por unanimidad, los consultados rechazaron la decisión oficial.
"El año pasado ya hubo chicos que se desmayaban en los brazos de los maestros, a otros les sale sangre por la nariz... El problema es que muchas escuelas no están preparadas para semejante calor: los ventiladores de techo no dan abasto. Los chicos ya no tienen ganas de hacer nada a esa altura del año", advirtió Marcela Gómez, mamá de una nena de la escuela Rivadavia.
En línea con las opiniones de ciertos gremios docentes, algunos padres consideran la opción de hacer caso omiso de la orden nacional y mandar a los chicos hasta una fecha que consideren más razonable. "Esta supermal, los chicos se mueren de calor y las aulas no están preparadas. Nosotros no la vamos a traer a la nena; se terminan las pruebas y no viene más a la escuela", dijo la mamá Florencia García. Claro que esa postura es la más difícil de explicitar. Ante el micrófono los padres plantean la necesidad de que la medida se revise. Pero al mismo tiempo temen exponer a sus hijos.
"La decisión del ministerio es inapropiada por las altas temperaturas que se esperan para esos días; deberían rever esa posición, es preocupante", opinó el papá Rubén Herrera. En su caso particular, tendrá que pedir una excepción en la escuela ya que su hija sufre problemas de salud que podrían empeorar a causa de los calores fuertes. "Mi hija tiene un problema cardíaco, en la válvula mitral, y le afectan mucho las altas temperaturas. Justamente por eso vamos a pedir que deje de venir a la escuela cuanto antes", confesó.
"¡Por el amor de Dios!, con el calor que va a hacer... Uno trata de mandarlos lo más frescos posible a los chicos, decirles que tomen mucho líquido, pero aun así les puede dar un golpe de calor", manifestó preocupada Verónica Martínez ayer, en medio de un sol que quemaba, a la entrada del aula.
Los padres insisten en que algunas escuelas no pueden hacerle frente al calor del verano tucumano, que los chicos necesitan mojarse la cabeza todo el tiempo y que, para peor, algunos edificios se quedan sin agua cuando más se la necesita. "La ministra dijo que los tucumanos estamos acostumbrados al calor, pero ella no se da cuenta de que en algunas escuelas escasea el agua o que los baños no están en condiciones. Pero si la maestra dice que los tendremos que traer hasta el 21, tendremos que cumplir. No nos queda otra", es la postura de Julia Villagra.
"El año pasado ya hubo chicos que se desmayaban en los brazos de los maestros, a otros les sale sangre por la nariz... El problema es que muchas escuelas no están preparadas para semejante calor: los ventiladores de techo no dan abasto. Los chicos ya no tienen ganas de hacer nada a esa altura del año", advirtió Marcela Gómez, mamá de una nena de la escuela Rivadavia.
En línea con las opiniones de ciertos gremios docentes, algunos padres consideran la opción de hacer caso omiso de la orden nacional y mandar a los chicos hasta una fecha que consideren más razonable. "Esta supermal, los chicos se mueren de calor y las aulas no están preparadas. Nosotros no la vamos a traer a la nena; se terminan las pruebas y no viene más a la escuela", dijo la mamá Florencia García. Claro que esa postura es la más difícil de explicitar. Ante el micrófono los padres plantean la necesidad de que la medida se revise. Pero al mismo tiempo temen exponer a sus hijos.
"La decisión del ministerio es inapropiada por las altas temperaturas que se esperan para esos días; deberían rever esa posición, es preocupante", opinó el papá Rubén Herrera. En su caso particular, tendrá que pedir una excepción en la escuela ya que su hija sufre problemas de salud que podrían empeorar a causa de los calores fuertes. "Mi hija tiene un problema cardíaco, en la válvula mitral, y le afectan mucho las altas temperaturas. Justamente por eso vamos a pedir que deje de venir a la escuela cuanto antes", confesó.
"¡Por el amor de Dios!, con el calor que va a hacer... Uno trata de mandarlos lo más frescos posible a los chicos, decirles que tomen mucho líquido, pero aun así les puede dar un golpe de calor", manifestó preocupada Verónica Martínez ayer, en medio de un sol que quemaba, a la entrada del aula.
Los padres insisten en que algunas escuelas no pueden hacerle frente al calor del verano tucumano, que los chicos necesitan mojarse la cabeza todo el tiempo y que, para peor, algunos edificios se quedan sin agua cuando más se la necesita. "La ministra dijo que los tucumanos estamos acostumbrados al calor, pero ella no se da cuenta de que en algunas escuelas escasea el agua o que los baños no están en condiciones. Pero si la maestra dice que los tendremos que traer hasta el 21, tendremos que cumplir. No nos queda otra", es la postura de Julia Villagra.