Es Monumento Natural, pero antes era mascota de una escuela

Si visitás la reserva de Horco Molle en estos días vas a poder conocer al nuevo integrante de la gran familia faunística: una taruca de pocos meses que fue enviada desde Jujuy. Tiene el aspecto de un ciervo, venado o huemul, de hecho también se lo conoce como "huemul del norte". Esta especie ha sido declarada Monumento Natural por la Administración de Parques Nacionales debido a su importancia.

Al igual que el tapir se encuentra en peligro de extinción y su caza está prohibida. Es una especie autóctona, cuyo hábitat natural va desde La Rioja a Jujuy y sigue hasta Bolivia.

Esta taruca hembra fue rescatada de una escuela de Jujuy, donde la tenían como mascota. "La dirección de Biodiversidad de esa provincia la envió porque no cuentan con un espacio para la recuperación de los animales", explicó Juan Pablo Juliá, director de la reserva de Horco Molle.

En recuperación
Cuentan que cuando llegó era piel y huesos debido a que su hábitat y alimentación eran muy precarios. Al ser criado a mano (o sea fuera de un espacio abierto y natural) su carácter es muy manso y esto dificulta su reinserción en la naturaleza. Además correría peligro porque está solo.

Un animal adulto llega a pesar entre 45 y 70 kilos, pero cuando arribó a la reserva solo tenía 20. Esta especie renueva las astas anualmente y cuando le aparecen su comportamiento cambia. "Se vuelven más belicosos", explica Juliá. Pero si han sido criados a mano o en cautiverio son mucho más mansos.

La principal causa de su extinción fue la caza. En general todos los animales con astas se consideran grandes trofeos para colgar de las paredes.