13 Noviembre 2012
Hicimos encuestas, entrevistas, y hasta tenemos nuestros propios testimonios. La respuesta es la misma: muchos jóvenes del barrio Juan XXIII quieren seguir adelante, quieren estudiar, conseguir trabajo y hacer muchas cosas más. Pero a la hora de buscar un empleo se encuentran con el mismo problema. "¿Sos de La Bombilla?", te preguntan. "No, mirá no tenemos trabajo para vos". O "no, hasta ahí no te puedo llevar", te contesta el taxista.
Conocemos el caso de un joven que vivió una situación similar. Fue en busca de un empleo al centro de la capital y obtuvo un NO como respuesta. Él aprendió a afrontar estos problemas que se le presentaron en varias ocasiones, porque no fue la primera vez que le sucedía. Era de una manera un poco particular: ¡tenía que contar hasta 10 hasta que pasara un poco el clima tenso que estaba viviendo en ese momento el joven!
No podía evitar sentir vergüenza. Lo peor es que tenía que seguir buscando trabajo en otro lado, siempre con el mismo resultado.
También nos acercamos a donde estaban los taxistas. Ellos también están de acuerdo con que el barrio sea considerado "¡zona roja!" Nos dijeron que el barrio es muy peligroso por la cantidad de robos que hay. Uno de ellos nos contó que vivió un asalto donde lo hirieron con un arma blanca y tuvo que pasar unos días en el hospital hasta su recuperación.
También estuvimos con otro taxista que opina que el barrio es peligroso pero agrega que los protagonistas de estos hechos son solamente los jóvenes, y que van cambiando con el paso del tiempo.
Nosotros esperamos que esto cambie. Sabemos que todavía ocurren cosas feas en este lugar pero queremos decirles a los lectores que no todas las personas que viven en este barrio son iguales. También hay gente buena y honrada, que vive de su trabajo. ¡Sobre todo, los chicos que estudian como nosotros!
Realidades que nos duelen
• NO ENTRAN LOS TAXIS. La mayoría de los taxistas no quieren entrar al barrio por temor a que los asalten. Eso es discriminación ¿no? Sabemos muy claramente que la situación del barrio no es muy buena, ¡pero eso perjudica a personas que no tienen nada que ver, como a jóvenes, estudiantes, profesores y trabajadores en general!
• NO INGRESAN LAS AMBULANCIAS. En el barrio, casi el 70% de las personas tienen algún tipo de enfermedad, desde respiratoria hasta más graves y terminales. Nosotros tenemos derecho a no ser discriminados. ¡Queremos ser atendidos por el sistema de salud como un ciudadano más!
• NO NOS OTORGAN CRÉDITOS PERSONALES. Muchos de nuestros padres pasaron por esta situación de discriminación. Fueron a solicitar un crédito personal, pero en el momento de mencionar la dirección la respuesta fue negativa. ¿Por qué? "¡Por ser zona roja!", contestan.
Conocemos el caso de un joven que vivió una situación similar. Fue en busca de un empleo al centro de la capital y obtuvo un NO como respuesta. Él aprendió a afrontar estos problemas que se le presentaron en varias ocasiones, porque no fue la primera vez que le sucedía. Era de una manera un poco particular: ¡tenía que contar hasta 10 hasta que pasara un poco el clima tenso que estaba viviendo en ese momento el joven!
No podía evitar sentir vergüenza. Lo peor es que tenía que seguir buscando trabajo en otro lado, siempre con el mismo resultado.
También nos acercamos a donde estaban los taxistas. Ellos también están de acuerdo con que el barrio sea considerado "¡zona roja!" Nos dijeron que el barrio es muy peligroso por la cantidad de robos que hay. Uno de ellos nos contó que vivió un asalto donde lo hirieron con un arma blanca y tuvo que pasar unos días en el hospital hasta su recuperación.
También estuvimos con otro taxista que opina que el barrio es peligroso pero agrega que los protagonistas de estos hechos son solamente los jóvenes, y que van cambiando con el paso del tiempo.
Nosotros esperamos que esto cambie. Sabemos que todavía ocurren cosas feas en este lugar pero queremos decirles a los lectores que no todas las personas que viven en este barrio son iguales. También hay gente buena y honrada, que vive de su trabajo. ¡Sobre todo, los chicos que estudian como nosotros!
Realidades que nos duelen
• NO ENTRAN LOS TAXIS. La mayoría de los taxistas no quieren entrar al barrio por temor a que los asalten. Eso es discriminación ¿no? Sabemos muy claramente que la situación del barrio no es muy buena, ¡pero eso perjudica a personas que no tienen nada que ver, como a jóvenes, estudiantes, profesores y trabajadores en general!
• NO INGRESAN LAS AMBULANCIAS. En el barrio, casi el 70% de las personas tienen algún tipo de enfermedad, desde respiratoria hasta más graves y terminales. Nosotros tenemos derecho a no ser discriminados. ¡Queremos ser atendidos por el sistema de salud como un ciudadano más!
• NO NOS OTORGAN CRÉDITOS PERSONALES. Muchos de nuestros padres pasaron por esta situación de discriminación. Fueron a solicitar un crédito personal, pero en el momento de mencionar la dirección la respuesta fue negativa. ¿Por qué? "¡Por ser zona roja!", contestan.