Mena, condenado a 22 años de prisión por el crimen del taxista

Mena, condenado a 22 años de prisión por el crimen del taxista

La fiscalía había pedido cadena perpetua para el "Loco Amín", acusado de matar a Quijano para robarle.

CUSTODIADO. Soy inocente; sólo Dios sabe que es así, dijo Mena en sus últimas palabras.  LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO CUSTODIADO. "Soy inocente; sólo Dios sabe que es así", dijo Mena en sus últimas palabras. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
13 Noviembre 2012

A las 11.42, los jueces Ana Lía Castillo de Ayusa, Carlos Caramuti y Dante Ibáñez, regresaron a la sala de audiencias, luego de más de dos horas de deliberación. Por unanimidad, el tribunal acordó condenar a José Víctor Hugo Mena, conocido como el "loco Amín", a 22 años de prisión por el homicidio y el robo al taxista Pedro Nicanor Quijano. Además, pidieron que se investigue la posible participación de otras personas en el hecho, como así también el posible falso testimonio de Luis Varela, un primo de Mena.

El imputado, de camisa rosa y pantalón verde claro, había hablado a las 9 ante los jueces, haciendo uso del derecho a decir sus últimas palabras antes de la sentencia, y clamó por su inocencia. Pero lo encontraron culpable de haber matado a Quijano la madrugada del 20 de mayo de 2011. "Por sobre todas las cosas digo que soy inocente. Sólo Dios sabe que es así", manifestó el acusado.

El auto de Quijano fue hallado el 22 de mayo de 2011 en la ruta 157, a la altura de la localidad de Manuela Pedraza. El 31 de mayo a la mañana, el cuerpo del taxista fue encontrado en el cerro San Javier, a un kilómetro del Bosque de la Memoria, al costado de la ruta 340.

Luego de que se diera a conocer la sentencia, la familia de la víctima reaccionaron contra el condenado. Los gritos, llantos e insultos obligaron a los jueces a determinar la salida inmediata de Mena, quien está alojado en el penal de Villa Urquiza, por una puerta lateral. La Policía forcejeó con los familiares de Quija para evitar que se accercaran al condenado, y dos hermanas del taxista sufrieron un leve desvanecimiento. Luego, abrazados y llorando, se fueron de tribunales. LA GACETA ©

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