Dragones celeste y blanco

Dragones celeste y blanco

Los Pumas mostraron cuánto crecieron y dominaron a Gales en el mismísimo Millenium.

INALCANZABLE. Juan Imhoff justificó su titularidad por sobre la de Agulla con una actuación estelar que incluyó un gran try. INALCANZABLE. Juan Imhoff justificó su titularidad por sobre la de Agulla con una actuación estelar que incluyó un gran try.
Ahora puede decirse que el Rugby Championship llegó a Argentina. No ya a sus tierras, sino a su bagaje de experiencia y a su repertorio de virtudes. El test debut contra Gales sirvió para demostrar qué tan eficaz campo de entrenamiento resultó el roce con el triunvirato más poderoso del planeta. Para dejar en evidencia cuánto ganaron Los Pumas con esas derrotas basta con entender que los frutos no nacen cuando se pone la semilla sino con el tiempo necesario para completar su proceso.

Qué mejor rival para rendir examen que Gales, actual campeón del Seis Naciones, y bajo el techo del mítico Millenium de Cardiff. La madurez del equipo argentino se manifestó sin dilaciones, olvidándose de su identidad defensiva para hacer lo que el Championship no lo dejó: tener la pelota, atacar, dominar, recibir los tackles en lugar de hacerlos. También hubo cosas que deberán ser reconsideradas en el trabajo semanal. Sobre todo en el primer tiempo, cuando pareció que a Los Pumas le faltaban 10 peniques para la libra esterlina. Pese a tener el óvalo y administrarlo con buen criterio, no se mostraron implacables a la hora de la estocada. Y si bien el cambio de libreto disminuyó exponencialmente la cantidad de inconductas, las que se cometieron fueron casi siempre en terreno propio, quedando expuestos a la efectividad del pateador rival.

Así y todo, examen aprobado.

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