Un volante con salida al mar

Un volante con salida al mar

Agustín Peña, de profesión futbolista pero amante del surf, debuta hoy de titular en Atlético frente a Chicago, un rival que no será sencillo.

04 Noviembre 2012
Agustín Peña no tolera el encierro. Tucumán le cae bien porque le devolvió la oportunidad de jugar, pero admite que se siente lejos. Lejos de la playa, de las playas de Uruguay. Su departamento es amplio pero no le basta. "No hay mucho para hacer acá", se resigna mirando hacia los cerros tucumanos, aunque basta con ver sacar su celular para darse cuenta de que aquí no estamos hablando de lujos. Peña, a diferencia de sus compañeros tiene el aparato más básico del mercado y está algo machacado. El placer, su placer, lo encuentra en otras cosas. Cosas que, como ya hizo los cálculos, están "a 15 horas de aquí". Cosas que aprendió a hacer de chico, como agarrar una tabla de surf y dominar las olas. Olas que en ese momento quedaban a tres cuadras de su casa.

Sus orígenes
El lateral, que hoy jugará como volante por derecha, nació en Montevideo. No pasó mucho tiempo para que se mudara a Canelones, departamento contiguo. A 300 metros de su casa, la playa de Lagomar lo llamaba todos los días y él iba corriendo junto a sus amigos a ver a los más cancheros del mar. Un día quisieron ser como ellos. Necesitaban una tabla de surf, que no tardaron en conseguirla ya que sus padres les darían con el gusto. "Pasé toda mi infancia allí. Íbamos cuando se nos antojaba", recuerda el Peña futbolista con un dejo de nostalgia. Según cuenta, el deporte no le resultó difícil de aprender. Unas que otras caídas hicieron de Agustín un surfista tan extremo como experimentado.

La decisión
Las olas lo tiraban pero no tanto como el fútbol. Su abuelo lo llevó a probarse a las infantiles de Wanderers y dio resultado. Hizo todas las divisiones inferiores allí hasta debutar en Primera. Llegó a jugar en la selección uruguaya, pasó por Huracán hasta su arribo a Tucumán. El lugar que queda "a 15 horas del mar", según sus cálculos. 

¿Y el grupo surfer? Sus amigos siguieron vinculados al mar. Ninguno se profesionalizó como surfista, pero todos trabajan en "Lagomar" como salvavidas. "No es un mal trabajo. Estás ahí todo el día", dice. Acto seguido, admitirá que no ve con malos ojos acabar allí cuando su carrera como futbolista termine. De paso, sus hijas, Priscilla (6 años) y Mía (1) podrán aprender el arte de domar olas, por supuesto, con la atenta mirada de su esposa, Lorena Saibene.

Peña piensa todo el tiempo en el mar. El presente en Atlético le ha caído de maravilla y se lo nota ilusionado con demostrar para qué se alejó de lo que tanto le gustaba. Sin embargo, si tuviera voz y voto para decidir el destino de la próxima pretemporada, adivinen qué lugar elegiría... "Mar del Plata. Un poquito, podría decirse que estoy esperando que sea allí", confiesa. "Sea donde sea, tendré que hacer un gran esfuerzo para estar en Atlético".

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