24 Octubre 2012
ULTIMAS HORAS. Los marineros preparan la evacuación de la Fragata Libertad, en el puerto de Tema. FOTOS DE REUTERS
TEMA, Ghana.- Los marineros que volverán hoy a Buenos Aires lo harán en un vuelo charter de Air France. Su barco, la Fragata Libertad, sigue atrapado en un puerto de Ghana, embargado por fondos buitres, que reclaman deudas a la Argentina. Cuando, este mediodía, partan los 281 que regresan, en el buque escuela quedará una dotación de 44 tripulantes, más el capitán.
Para ellos, los marinos, tener que evacuar el buque y regresar por aire a casa es una especie de "acto contranatura", y el malestar se acrecentó por las palabras de Cristina Fernández: "Se podrán quedar con la Fragata, pero con la libertad, la soberanía y la dignidad de este país no se va a quedar ningún fondo buitre ni nadie".
"Me dolió mucho. Ella no navegó en este barco y no sabe lo que se siente... Se me pone la piel de gallina. Puede haber otros que piensen distinto, pero me parece que patriotismo es querer recuperar como sea algo nuestro. Me siento patriota no dejando algo que me pertenece, sino agotando hasta la última posibilidad para recuperarlo", le dijo Ivana González, una jujeña que trabaja en las maniobras de vela del buque escuela, al diario "La Nación".
La cabo González tiene 23 años, es una de las siete mujeres suboficiales del buque, y está entre aquellos marinos que se suben a los palos, vestidos de fiesta, cuando llegan a un puerto, una sello de Fragata.
Un día antes de la evacuación, la actividad es intensa. Se escuchan silbidos, campanadas y anuncios desde el altavoz. La tripulación recibe la visita de representantes de las embajadas a las que pertenecen los 36 marinos extranjeros que viajaron en el buque escuela (de Chile, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Brasil, Perú, Surinam y Sudáfrica). Hoy, el hermetismo fue la nota más saliente en el puerto de la bahía de Tema, a 30 kilómetros de Accra, la capital ghanesa.
"Una puñalada"
La "gaviera jujeña", tal el apodo de la cabo González, no es la única que se sintió herida por las palabras de la Presidenta. "Nosotros estamos acá para defender nuestra soberanía. Nuestra función es servir a la patria, no abandonar lo que es nuestro", aseguró otro marinero muy joven, que prefiere el anonimato, según consigna Lanacion.com.
"La Fragata representa a la Argentina, a nuestro país, en todo el mundo... Que la dejen en un lugar como éste, o en cualquiera, aunque sea Francia, Inglaterra o donde sea, que la abandonen y que la Presidenta diga lo que dijo fue una puñalada", añadió. Todos esperaban que se pague la fianza para poder volver con la Fragata.
"Este barco es Argentina, acá hay gente de todas las provincias, nadie entiende lo que vive el marino acá arriba", dice uno, golpeándose el pecho. "Cuando zarpamos llevamos un pedazo de Argentina en este barco. Jamás nos sentimos lejos de nuestra patria porque todas las mañanas cantamos el himno nuestro y el de Ghana e izamos nuestro pabellón, junto al de Ghana. Esto es como que te digan que te tenés que ir de tu casa", dice otro, vestido de remera blanca, shorts y zapatillas azules, el uniforme deportivo del barco.
"Al embarcar yo tenía un sueño, navegar en la Fragata, trabajando en las maniobras de vela, llegando a Buenos Aires como gaviera. Mi sueño era llegar y que mi familia me recibiera allí, en el puerto de Buenos Aires... Y dejar el barco, que es un barco muy valioso, único, es un dolor muy grande", concluyó la gaviera González. LA GACETA©
Para ellos, los marinos, tener que evacuar el buque y regresar por aire a casa es una especie de "acto contranatura", y el malestar se acrecentó por las palabras de Cristina Fernández: "Se podrán quedar con la Fragata, pero con la libertad, la soberanía y la dignidad de este país no se va a quedar ningún fondo buitre ni nadie".
"Me dolió mucho. Ella no navegó en este barco y no sabe lo que se siente... Se me pone la piel de gallina. Puede haber otros que piensen distinto, pero me parece que patriotismo es querer recuperar como sea algo nuestro. Me siento patriota no dejando algo que me pertenece, sino agotando hasta la última posibilidad para recuperarlo", le dijo Ivana González, una jujeña que trabaja en las maniobras de vela del buque escuela, al diario "La Nación".
La cabo González tiene 23 años, es una de las siete mujeres suboficiales del buque, y está entre aquellos marinos que se suben a los palos, vestidos de fiesta, cuando llegan a un puerto, una sello de Fragata.
Un día antes de la evacuación, la actividad es intensa. Se escuchan silbidos, campanadas y anuncios desde el altavoz. La tripulación recibe la visita de representantes de las embajadas a las que pertenecen los 36 marinos extranjeros que viajaron en el buque escuela (de Chile, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Brasil, Perú, Surinam y Sudáfrica). Hoy, el hermetismo fue la nota más saliente en el puerto de la bahía de Tema, a 30 kilómetros de Accra, la capital ghanesa.
"Una puñalada"
La "gaviera jujeña", tal el apodo de la cabo González, no es la única que se sintió herida por las palabras de la Presidenta. "Nosotros estamos acá para defender nuestra soberanía. Nuestra función es servir a la patria, no abandonar lo que es nuestro", aseguró otro marinero muy joven, que prefiere el anonimato, según consigna Lanacion.com.
"La Fragata representa a la Argentina, a nuestro país, en todo el mundo... Que la dejen en un lugar como éste, o en cualquiera, aunque sea Francia, Inglaterra o donde sea, que la abandonen y que la Presidenta diga lo que dijo fue una puñalada", añadió. Todos esperaban que se pague la fianza para poder volver con la Fragata.
"Este barco es Argentina, acá hay gente de todas las provincias, nadie entiende lo que vive el marino acá arriba", dice uno, golpeándose el pecho. "Cuando zarpamos llevamos un pedazo de Argentina en este barco. Jamás nos sentimos lejos de nuestra patria porque todas las mañanas cantamos el himno nuestro y el de Ghana e izamos nuestro pabellón, junto al de Ghana. Esto es como que te digan que te tenés que ir de tu casa", dice otro, vestido de remera blanca, shorts y zapatillas azules, el uniforme deportivo del barco.
"Al embarcar yo tenía un sueño, navegar en la Fragata, trabajando en las maniobras de vela, llegando a Buenos Aires como gaviera. Mi sueño era llegar y que mi familia me recibiera allí, en el puerto de Buenos Aires... Y dejar el barco, que es un barco muy valioso, único, es un dolor muy grande", concluyó la gaviera González. LA GACETA©
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