23 Octubre 2012
MADRID.- Lance Armstrong, según sus palabras, sólo teme a la derrota. Es un hombre que ve la vida como una competencia continua. Sin embargo, el ex ciclista se encuentra ahora ante las ruinas de un imperio que él mismo cimentó y destruyó. El estadounidense fue borrado de la historia. La Unión Ciclista Internacional (UCI) le quitó sus siete triunfos en el Tour de Francia y lo sancionó de por vida, al aceptar las pruebas presentadas contra él en un extenso informe de la Agencia Estadounidense Antidoping (Usada).
El presidente de la UCI, el irlandés Pat McQuaid, aseguró que el que fuera uno de los héroes de la bicicleta merece ser olvidado: "No tiene lugar en el ciclismo".
Siete años después de la séptima y última ocasión en que desfiló con el maillot amarillo por los Campos Elíseos de París, Armstrong fue desposeído oficialmente de su palmarés del Tour de Francia. El ahora ciclista retirado había ganado la tradicional competencia de 1999 a 2005, pero siete años más tarde fue inculpado de dopaje por la Usada, basándose en testimonios de 11 ex compañeros.
Apenas, conocida la noticia, La Federación Francesa de Ciclismo (FFC) reclamó reembolso de los premios ganados por Armstrong: alrededor de 3,8 millones de dólares. Ese dinero será destinado al desarrollo del ciclismo en los más jóvenes y a acciones de prevención contra el dopaje.
Tres días antes de conocer la sentencia, Armstrong, a quien se le detectó un cáncer testicular en una fase avanzada en 1996, celebraba rodeado de amigos y estrellas de Hollywood la gala del décimo quinto aniversario de su fundación contra el cáncer, "Livestrong", en su ciudad natal, Austin.
Armstrong fue suspendido de por vida y ya no se podrá hablar más del ciclista más exitoso de la historia, sino de uno de los mayores escándalos del deporte.
El hombre para el que ganar significa todo y que incluso aspiró a ser gobernador del estado de Texas, tendrá que hacer frente a la mayor derrota de su carrera. Ahora se enfrentará a demandas millonarias y a un proceso penal que puede llevarlo a la cárcel. (DPA)
El presidente de la UCI, el irlandés Pat McQuaid, aseguró que el que fuera uno de los héroes de la bicicleta merece ser olvidado: "No tiene lugar en el ciclismo".
Siete años después de la séptima y última ocasión en que desfiló con el maillot amarillo por los Campos Elíseos de París, Armstrong fue desposeído oficialmente de su palmarés del Tour de Francia. El ahora ciclista retirado había ganado la tradicional competencia de 1999 a 2005, pero siete años más tarde fue inculpado de dopaje por la Usada, basándose en testimonios de 11 ex compañeros.
Apenas, conocida la noticia, La Federación Francesa de Ciclismo (FFC) reclamó reembolso de los premios ganados por Armstrong: alrededor de 3,8 millones de dólares. Ese dinero será destinado al desarrollo del ciclismo en los más jóvenes y a acciones de prevención contra el dopaje.
Tres días antes de conocer la sentencia, Armstrong, a quien se le detectó un cáncer testicular en una fase avanzada en 1996, celebraba rodeado de amigos y estrellas de Hollywood la gala del décimo quinto aniversario de su fundación contra el cáncer, "Livestrong", en su ciudad natal, Austin.
Armstrong fue suspendido de por vida y ya no se podrá hablar más del ciclista más exitoso de la historia, sino de uno de los mayores escándalos del deporte.
El hombre para el que ganar significa todo y que incluso aspiró a ser gobernador del estado de Texas, tendrá que hacer frente a la mayor derrota de su carrera. Ahora se enfrentará a demandas millonarias y a un proceso penal que puede llevarlo a la cárcel. (DPA)
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