La mufa empeora su amnesia futbolística

La mufa empeora su amnesia futbolística

Boca Unidos aprovechó la mano de Merlos para noquear a Atlético, al que le faltaron luces.

EN SOLEDAD. Barrado fue el motor del medio. Anduvo derecho el pensador y hasta anotó el  2 a 2 parcial. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO EN SOLEDAD. Barrado fue el motor del medio. Anduvo derecho el pensador y hasta anotó el 2 a 2 parcial. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Un pelotazo en contra. Eso. Atlético es un frontón, un frontón que recibe de lo lindo. No le sale nada. Se le cobra todo (en contra). No encuentran los caminos sus jugadores. Y después penan. Penan porque la suerte es su enemiga, porque el árbitro en este caso fue un rival más con sus líneas, y porque su fútbol, que pintaba para bonito, hoy es un parte de un suspiro melancólico.

Llegó una nueva derrota. Injusta por cómo se dio. No mereció perder así como lo hizo, por 3 a 2, con dos goles excelentemente bien definidos aunque nacidos de movidas que, del vamos, arrancaron en posición adelantada. Un papelón mayúsculo de Andrés Merlos y sus asistentes. Flojísima actuación que termina de desnudar las falencias de un plantel que entró renovado y se fue demolido del Monumental. Tiempo atrás se habló de los ocho goles que Atlético había metido en dos partidos. Mañana se hablará de los 7 que se comió en 180'. Todos de gruesa factura con el aderezo de que algunos vinieron llenos de suerte.

La suerte es una metáfora de mal gusto. No sale nada. El gol de Ríos, el del 1-0, lo dice todo. Mármol pelea, gana y revienta. Pero la bocha se topa con la humanidad de Calgaro y regresa hacia la zona de la zaga. Ríos recibe en soledad y fusila a Cacace. Una locura. El impacto no fue tan profundo, porque el equipo no se mancó. Fue por el todo. De hecho, consiguió apenas el 1-1 gracias a una notable definición del cantante de Simoca. ¡Qué vaselina! Un golazo forjado por un buen pase de Cobelli y la mágica pinchada de Luis. Había justicia en 25 y Chile. Duró nada.

Antes del descanso, Manchot desparramó a Cacace con un amague y definió en paz. Su tanto no debió valer. Manchot estaba un metro fuera de juego. Merlos hizo la vista gorda y su línea amagó y bajó la bandera, como en los penales que olvidó sancionar. Hubo un momento, ese del 2-2 de Barrado, que pareció haber venido abrazo a la cintura de la Diosa Fortuna. Fue un respiro haber invertido y cobrado, mediante la gestión de Diego Armando, un pase mal dado. El "Pensador" la durmió en el palo izquierdo de "Gato" Sessa, que se peleó con la gente. Provocador 100%.

Con la cosa en tablas, Atlético estaba para ganarlo, jugando mal, pero mal en serio. Y las patas de su mesa tambalearon. Igual que la muñeca del línea calvo, cuando se guardó la banderita en un pase largo de García a un compa adelantado. "Oveja" mismo lo buscó y al ratito, giro incluido en el combo, mandó el cuero a dormir al ángulo. Ese gol con destino de museo hirió el corazón de Matías. Sin desearlo, mató a su amor. Mató a Atlético.

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