Ellos sueñan con la computadora cuántica que descifrará el mundo

Ellos sueñan con la computadora cuántica que descifrará el mundo

Serge Haroche y David Wineland ganaron el premio por sus investigaciones sobre las interacciones entre la luz y la materia.

EL ANUNCIO. El jurado premió a los padres de la informática cuántica. REUTERS EL ANUNCIO. El jurado premió a los padres de la informática cuántica. REUTERS
10 Octubre 2012
"Que los dos científicos hayan hecho posible la medición de fotones sin destruirlos es un poco como si se pudiera comer una torta pero tenerla después ahí", comparó Per Delsing, miembro del Comité Nobel. Se refería a los logros del francés Serge Haroche y el estadounidense David Wineland (ambos de 68 años), los ganadores el Premio Nobel de Física por sus revolucionarias investigaciones en el campo de la óptica cuántica.

Haroche, con su colega de la Escuela Normal Superior Jean-Michel Raimond, logró en 2008 observar el paso de la física cuántica a la física clásica en un pequeño conjunto de fotones (partículas que constituyen la luz). Y al igual que Wineland, trabajó en el sector de la física cuántica estudiando la interacción fundamental entre la luz y la materia.

Los innovadores experimentos de ambos físicos posibilitaron la manipulación de sistemas cuánticos, así como importantes avances en la computación cuántica, y también la creación de relojes atómicos de máxima precisión que suponen un trabajo con el que soñaron físicos de muchas generaciones. Lo explicó el jurado de la Academia Sueca.

Abrieron una puerta
Los científicos abrieron la puerta a una nueva era de experimentación con la física cuántica, ya que permitieron la observación directa de partículas cuánticas individuales sin destruirlas. Los nuevos métodos permiten examinar, controlar y contar las partículas.

Desde el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) y la Universidad de Colorado (EEUU), Wineland logró atrapar iones, y empleó fotones para controlarlos y medirlos. En tanto, Haroche controló y midió los fotones usando trampas. "Hay un camino largo hasta que tengamos una computadora cuántica útil, pero muchos de nosotros creemos que finalmente ocurrirá", destacó Wineland.

El físico estadounidense confesó que no pensó en recibir la noticia del Nobel ni en sueños. Respecto de lo monótono de investigar lo mismo durante décadas, Wineland comentó: "no, es divertido esperar con impaciencia el próximo descubrimiento. Además, me fascina la perspectiva de que un día puedan descubrirse casi todos los códigos secretos del mundo con una computadora cuántica".

"Es abrumador. Estaba en la calle, caminando de vuelta a casa con mi mujer. Menos mal que pude sentarme", dijo desde Francia Haroche. "Primero llamé a mis hijos y a mis colegas más cercanos -reveló-. Uno estaba dando una clase y le envié un mensaje. No vi venir el premio. Me veía solo como uno de los candidatos. Hay tanta gente que lo merece... Fue una maravillosa sorpresa. Tendremos champán en casa y después iré al laboratorio".

"Usamos la física cuántica cada día sin darnos cuenta -explicó Haroche pocos minutos después de que se diera a conocer el premio-. Si se toma un teléfono celular, sus componentes y la forma en que funciona están basados en las leyes cuánticas".

El premio Nobel está dotado con ocho millones de coronas suecas (unos 930.000 euros), un 20 % menos que en 2011 debido a la crisis económica y financiera europea.

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