Las buscaron tres días y aparecieron ayer, pero investigarán si fueron secuestradas

Las buscaron tres días y aparecieron ayer, pero investigarán si fueron secuestradas

Dos niñas de 8 y 12 años habían desaparecido el lunes y la Policía realizó rastrillajes hasta que las hallaron en pleno centro de Monteros. En la Villa Brava la familia vive en condiciones infrahumanas. Los policías se sorprendieron al ver la precariedad de la vivienda, ubicada cerca del río Mandolo

EXPLORARON ENTRE LAS MALEZAS. La Policía realizó ayer varios rastrillajes en los lugares más recónditos de la localidad de Monteros para intentar localizar a las hermanitas. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL EXPLORARON ENTRE LAS MALEZAS. La Policía realizó ayer varios rastrillajes en los lugares más recónditos de la localidad de Monteros para intentar localizar a las hermanitas. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL
CONCEPCION.- Dos hermanitas de 8 y 12 años, de una familia de Monteros que vive en extrema precariedad, mantuvieron en vilo durante tres días a los pobladores de esa ciudad.

Las pequeñas (la menor padece una discapacidad mental) estuvieron desaparecidas desde el lunes a la tarde y, luego de movilizar a casi un centenar de policías y a vecinos, aparecieron en la tarde de ayer deambulando por una calle céntrica del municipio del sur tucumano.

Las niñas fueron halladas por el prosecretario de la Fiscalía de Instrucción de la IIa Nominación de los tribunales locales, Mario De La Barra. "Caminaban por la calle 24 de Septiembre, cerca del puente sobre el arroyo El Tejar. La mayor parecía asustada, mientras que la más pequeña no demostraba nada. Se las ubicó luego de un llamado telefónico que recibimos de un vecino", puntualizó el funcionario judicial.

El lugar donde estuvieron las pequeñas durante todo este tiempo, así como las circunstancias de la desaparición, son todavía un misterio para las autoridades judiciales. "Se advierte que las criaturas fueron alimentadas y que estuvieron albergadas en algún lugar. No evidencian signos de haber sido golpeadas o abusadas. De todos modos ordené que se realicen revisiones médicas y psicológicas", remarcó el fiscal Jorge Ariel Carrasco.

Hoy, según adelantó, se les tomará declaración a través de la cámara Gesell con el fin de procurar obtener algún dato que clarifique lo sucedido.

La mayor de las hermanitas salió en bicicleta el lunes a las 7.15 desde su casa de la Villa Brava (ubicada a 2,5 kilómetros al oeste del municipio), llevando a la Escuela Especial a la más chica. A medio trayecto se le pinchó una rueda del rodado. Por esa razón, dejó el vehículo en la vivienda en la que trabaja una hermana más grande.

De acuerdo a la versión dada por A.G.M. (34), la mamá de las niñas, la nena mayor, luego de la demora, decidió no acercar a su hermanita hasta la escuela, ya que se había hecho tarde. Entonces ambas se trasladaron hasta la casa de la abuela L.J.A., del barrio Matadero. Allí estuvieron hasta las 17, cuando la mujer les ordenó a las niñas que regresaran a su hogar. Debían caminar más de tres kilómetros. Esa noche no llegaron a Villa Brava. Al otro día se las vio cerca de la escuela de Manualidades. A partir de ahí se perdieron sus rastros. Lo curioso es que sus padres denunciaron la desaparición recién el miércoles en la comisaría local.

"Es que pensábamos que ya volverían. Que andaban por aquí cerca nomás. La Policía nos dijo además que debíamos esperar. Pero igual nosotros andábamos buscándolas por todos lados", dijo la madre.

El comisario Julio López, jefe de la comisaría local, desde un principio confió en encontrar con vida a las pequeñas y no ocultó sus sospechas de que el caso pudiera tener vinculación con las condiciones de vida precaria y de riesgo que evidencia la familia.

Desde el miércoles, los vecinos estaban angustiados esperando las novedades. Cerca de un centenar de efectivos de la Policía, de Defensa Civil y voluntarios, participó ayer de un rastrillaje que se desplegó por alrededores de la Villa Brava, a lo largo del camino de tierra que comunica al lugar con el microcentro y el barrio Matadero. No se descarta que alguien haya dejado a las hermanitas cerca del lugar en el que las encontraron. Pues nadie las había visto antes por la zona.

Absoluta precariedad

Nadie ocultó ayer la sorpresa y la indignación al llegar a la casa de la familia en la Villa Brava y ver las condiciones infrahumanas en que viven las niñas, junto con sus otros cuatro hermanos y sus padres. La casa está ubicada en una cortada de ladrillos, cerca del río Mandolo. Se trata de un reducido y precario ambiente.

La pieza, levantada con ladrillos y techo de chapas, tiene apenas unos seis metros cuadrados en los que hay tres camas. La pared del fondo está levantada hasta la mitad y el resto se cubrió con plástico. Una vieja colcha sirve de puerta. A la par unas chapas sostenidas por postes cubren una vieja cocina, una mesa chica y los utensilios.

"Es increíble que aquí vivan personas, en medio de tanta precariedad", dijo el comisario José Castillo, al frente de una patrulla que rastrillaba la zona.

El padre de las niñas, R.I.S, al parecer arrastra un crónico problema de salud y no tiene empleo. Una docente de la escuela 378 Manuel Vaquera, a la que concurre la mayor de las hermanitas, puntualizó que las autoridades del establecimiento y de la Municipalidad están al tanto de la situación crítica en que vive esa familia.

"Hace poco les entregamos mercaderías y por ahora, según me comentaron, no se les podía levantar una casa digna porque no tenían terreno propio. Creo que en eso andaba la intendencia", relató la maestra. (C)

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