Es italiano, vino por amor, perdió todo y ahora mendiga en Salta

Es italiano, vino por amor, perdió todo y ahora mendiga en Salta

Rafael Napolitano no tiene plata ni para el pasaporte para regresar a su país.

ACOMPAÑADO. Rafael Napolitano vive en la calle con sus perros Perla y Chiquitín. FOTO TOMADA DE CLARIN.COM ACOMPAÑADO. Rafael Napolitano vive en la calle con sus perros Perla y Chiquitín. FOTO TOMADA DE CLARIN.COM
02 Octubre 2012
SALTA.- Poco tiempo después de sufrir un accidente laboral en Italia, su país natal, conoció a una mujer salteña y se enamoró. Por ella, Rafael Napolitano decidió venir a la Argentina para empezar una nueva vida. Pero las cosas no salieron como esperaba, porque su pareja, según contó, le robó dinero y el pasaporte. Ahora pide plata en una iglesia de Salta.
En 2003, el hombre de 39 años perdió los dedos de su mano izquierda hasta los nudillos y el índice de la derecha , mientras operaba una prensa hidráulica en una fábrica automotriz. Por esta discapacidad, el Estado italiano lo jubiló con un haber mensual de 1.800 euros. Además, la aseguradora de trabajo le pagó 130.000 euros.
Después, en Pomigliano D'Arco, su pueblo natal, ubicado en la provincia de Nápoles, conoció a su ex novia -le menciona como Marta, porque no quiere ni decir su nombre- y se enamoró. Con ella, viajó a la Argentina con una visa turística y se instalaron en la capital salteña. La idea original del italiano era regresar con Carmela Toscano, su madre. Pero su ex pareja lo convenció de quedarse. "Primero alquilamos y después fuimos a la casa de sus padres", contó en una entrevista que publicó el diario "Clarín".
Napoliatno le otorgó a la mujer un poder para que cobrara la pensión. Mientras tanto, la visa de turista se renovaba cada tres meses, hasta que en 2008 dejó de recibir el dinero porque tenía que actualizar su registro médica en Italia. "Ella cobraba las jubilaciones y disponía del dinero. Cobraba y se iba al casino a jugar. No me daba ni para cigarrillos".
Empezó el suplicio
Su vida cambió por completo cuando ya no pudo cobrar más sus haberes. "Un día volví del centro en remis. Me bajo, toco el timbre y ella atiende por la ventana. Le pido que me dé $8 para pagar el viaje, y le grita al remisero "no hay plata y si quiere, mándelo en cana". Entonces fui en cana, como se dice aquí, por $8. No recuerdo cuántos días estuve preso", relató.
Cuando recuperó la libertad, descubrió que la mujer no aparecía. Hasta sus padres la buscaban. Napolitano afirmó que una vecina les dijo que se había ido con un hombre al sur del país, donde vive ahora. "Se llevó mis documentos. Me dejó en la calle. Y sin pasaporte no pude renovar la visa. Hace casi cuatro años que vivo irregularmente en la Argentina", aseguró.
Por estos días, Rafael vive en la calle con sus perros Perla y Chiquitín. Lleva consigo bolsas plásticas y cosas que recoge de la basura o que recibe de la gente. "Me puede faltar a mí la comida, pero a mis perros, no", expresó. Además, mencionó las dificultades para conseguir un trabajo. "Me veían las manos y me decían que no había nada. Entiendo, si ni siquiera puedo barrer con una escoba", manifestó.
La esperanza que alberga es poder regresar algún día a Italia, donde lo espera su madre. "Le conté todo. Que no tenía dónde vivir, que dormía en la calle sin poder bañarme, y que, para comer, iba casa por casa pidiendo las sobras de los almuerzos, o pan duro. Mamá me dijo que no podía estar así y con mi hermano, me enviaron un pasaje de avión, a confirmar en ventanilla, pero no puedo hacer uso del pasaje porque no tengo pasaporte", remarcó, según "Clarín".
A propósito, insistió que el año pasado, su madre inició los trámites para obtener el documento que le permitirá salir del país en el Consulado Italiano de Córdoba. "Pero nadie me puede decir nada. Y encima, como vivo en la calle, no tengo dónde recibir una carta", concluyó. LA GACETA ©

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