26 Septiembre 2012
ARRASTRADO. La Policía se lleva a un ciudadano mayor, durante la protesta de ayer. REUTERS
MADRID, España.- El Gobierno español defendió la actuación de la policía en la manifestación de ayer, que dejó decenas de heridos después de que miles de personas trataran de rodear el Congreso de los Diputados para protestar contra los recortes impuestos por el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
La protesta congregó a unas 6.000 personas en el centro de Madrid, según las autoridades, en un día que acabó con un saldo de 35 detenidos y 64 heridos, 27 de ellos policías.
"La policía preservó el Congreso de los Diputados, que es el símbolo de nuestra democracia", manifestó la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, en Radio Nacional de España. "Los violentos y los radicales consiguieron reventar lo que tenía que haber sido una reivindicación ciudadana pacífica y sin violencia", agregó.
Los primeros enfrentamientos se produjeron a media tarde, cuando la policía antidisturbios frenó por la fuerza a un pequeño grupo de manifestantes que intentaron derribar las vallas que cortaban el acceso al Congreso, donde los diputados estuvieron reunidos toda la jornada.
Los choques más graves llegaron por la noche, cuando los policías dispararon balas de goma en un intento por desalojar la concentración convocada por la coordinadora 25-S, que agrupa a varias asociaciones de ciudadanos indignados.
La delegada del Gobierno en Madrid lamentó que los incidentes "llevan fuera de nuestras fronteras una imagen que nos perjudica notablemente", después de que numerosos medios internacionales llevaran en sus portadas las fotografías de la violencia al término de la manifestación.
"(Fue una) agresión a la democracia, un delito contra las instituciones del Estado, nuestro sistema se puede criticar, pero lo que no se puede es de una forma violenta tratar de coaccionar al poder legislativo", declaró Cifuentes. Las protestas coinciden con un momento delicado para el Gobierno español, que afronta presiones para que solicite un rescate. (Reuters)
La protesta congregó a unas 6.000 personas en el centro de Madrid, según las autoridades, en un día que acabó con un saldo de 35 detenidos y 64 heridos, 27 de ellos policías.
"La policía preservó el Congreso de los Diputados, que es el símbolo de nuestra democracia", manifestó la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, en Radio Nacional de España. "Los violentos y los radicales consiguieron reventar lo que tenía que haber sido una reivindicación ciudadana pacífica y sin violencia", agregó.
Los primeros enfrentamientos se produjeron a media tarde, cuando la policía antidisturbios frenó por la fuerza a un pequeño grupo de manifestantes que intentaron derribar las vallas que cortaban el acceso al Congreso, donde los diputados estuvieron reunidos toda la jornada.
Los choques más graves llegaron por la noche, cuando los policías dispararon balas de goma en un intento por desalojar la concentración convocada por la coordinadora 25-S, que agrupa a varias asociaciones de ciudadanos indignados.
La delegada del Gobierno en Madrid lamentó que los incidentes "llevan fuera de nuestras fronteras una imagen que nos perjudica notablemente", después de que numerosos medios internacionales llevaran en sus portadas las fotografías de la violencia al término de la manifestación.
"(Fue una) agresión a la democracia, un delito contra las instituciones del Estado, nuestro sistema se puede criticar, pero lo que no se puede es de una forma violenta tratar de coaccionar al poder legislativo", declaró Cifuentes. Las protestas coinciden con un momento delicado para el Gobierno español, que afronta presiones para que solicite un rescate. (Reuters)
Lo más popular