Manuel Belgrano: educación, producción y comercio

Belgrano fue nuestro primer estadista, despersonalizándose y proponiendo políticas de largo plazo para el bienestar del país y de sus ciudadanos. Dedicó su vida al bien del país, nació rico y murió pobre. También fue nuestro primer educador, economista y ambientalista.

Durante sus primeros 16 años de regreso a su suelo natal llevó a cabo una muy importante labor como Secretario del Real Consulado de Buenos Aires (1794-1810) y editor del periódico Correo de Comercio (1810-1811).

Su permanente preocupación fue la enseñanza en todos sus aspectos, comenzando por señalar que para toda la actividad es indispensable "saber".

Bregó incansablemente contra la ignorancia, la miseria y la holgazanería, así como por la creación de escuelas: impulsó a la educación en todos los niveles, recordando "Hubo un tiempo de desgracia para la humanidad en que se creía que debía mantenerse al Pueblo en la ignorancia, y por consiguiente en la pobreza, para conservarlo en el mayor grado de sujeción, pero esa máxima injuriosa al genero humano se proscribió como una producción de la barbarie mas cruel".

Concibiendo la escuela pública para el país, expone la necesidad de escuelas primarias gratuitas, en particular para niñas. Para los productos del suelo impulsa la mano de obra y conocimiento agregado, para lo que propone el estudio de la matemática y escuelas de agricultura, técnicas, de hilanzas de lana y algodón, de dibujo, de arquitectura, de comercio, de náutica. Logra la concesión de premios en las ramas de agricultura, artes y comercio, recompensando el conocimiento y experiencia y estimulando la iniciativa y la innovación.

En su desvelo por la instrucción, en el curso de su expedición al Norte refundó Curuzú-Cuatiá en donde estableció una escuela a la que dotó de normas por él redactadas. Luego del triunfo de Salta, la Asamblea lo premia con 40.000 pesos que Belgrano dona para la dotación de cuatro escuelas públicas de primeras letras "en que se enseñe a leer y escribir y los primeros rudimentos de los derechos y obligaciones del hombre", en Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero, para las cuales redacta su reglamento. En carta desde Tucumán del 24 de diciembre de 1818 reafirma su política de educación para los paisanos: "No hay otro medio de sacarlos de la barbarie".

El conflicto entre el proteccionismo y el libre cambio comienza con la llegada de Belgrano al consulado: era enemigo del aislacionismo y precursor de la libertad de comercio.

Agricultura y comercio
Promotor del cultivo del suelo definiendo a nuestro país por entonces y para el futuro "todo agricultor" y también impulsor de las industrias.

Respecto a la industria de la curtiembre, la principal exportación de la época, la propone "perfeccionada" y competitiva "para entrar en concurrencia con las del extranjero" para lo cual recomienda la contratación de maestros extranjeros y el envió de jóvenes a Europa a perfeccionarse en dichas industrias.

En su Memoria de 1798 se refiere a la dependencia mutua que existe entre la agricultura y el comercio y que "… este país sin comercio, será un país miserable y desgraciado". Expresa que "La Agricultura sólo florece con el gran consumo, y éste ¿cómo lo habrá en un país aislado y sin comercio?". Señala que "muchos creen que si se concede entera libertad para la extracción de frutos, el país quedará pobre y miserable y todo vendrá a ser caro". Afirma "que no se impida el comercio exterior de los frutos, porque según es la extracción, así es la reproducción y aumento de la agricultura. Que se de entera libertad al comercio, pues la policía del comercio interior y exterior, más segura, exacta y provechosa a la nación y al Estado, consiste en la plena libertad de la concurrencia".

Se refiere a la corrupción que afecta a la producción, a la industria y al comercio del país señalando "Desengañémonos, jamás han podido existir los estados luego que la corrupción ha llegado a pesar de las leyes y faltar a todos los respetos, es un principio inconcuso que en tal situación todo es ruina y desolación".

Metas de un proyecto
En "Homenaje a Belgrano", el mayor reconocimiento que se le puede hacer es la aplicación de su guía de acción.

Existe en el mundo una necesidad alimentaría que la Argentina está en condiciones de contribuir a proveer, con un sector agropecuario altamente tecnificado, informado y activo, con clara visión de mayor conocimiento agregado a la producción e innovación, para participar en un mundo que sólo se rige por el interés y la necesidad y de una descarnada competitividad. Necesitamos una política de libertad de comercio exterior, de exportaciones y de importaciones que hagan posible el desarrollo de nuestras industrias y la salvaguardia de la salud.

Los sectores perjudicados por la restricción a la importación de insumos son más que los beneficiados por la desaparición de competencia.

El capital argentino para el desarrollo local y de empresas locales existe, pero la inversión huye por desconfianza e incertidumbre, por inseguridad jurídica y corrupción. El mundo, aún en crisis, evoluciona rápidamente, no cesa en su desarrollo y necesidades, y no perdona ni tiene compasión con los perdedores.

© LA GACETA V. Guillermo Arnaud - Ex Subsecretario de Paz y Seguridad Internacionales. Miembro de la Academia Nacional de Geografía. Vicepresidente de las academias argentinas de Ciencias del Ambiente y del Mar.