12 Septiembre 2012
De acuerdo con el estudio de los hospitales Garrahan, Gutiérrez y Alessia, en un 21% de los casos se acudió a la consulta tardíamente, sin sospechar que el niño pudo haberse tragado un objeto extraño. Esto demoró la extracción de uno a tres meses en la mayoría de los casos En otros, de seis a 18 meses. El retraso puede ser atribuido a: diagnóstico erróneo inicial, ausencia de testigos, niños que no admiten lo que ocurrió por miedo a ser castigados o padres que no cuentan el accidente debido a que no fueron escuchados por los médicos en las primeras consultas. También limitan la prevención de este tipo de accidentes la falta de disponibilidad de datos con el grado de detalle necesario para la vigilancia activa y con fines de análisis de riesgos, y el subregistro de las lesiones, pues no se informan las resueltas espontáneamente o sin complicaciones.
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