Por Teresita Carabajal
26 Agosto 2012
Cada 100 docentes hay cinco o seis que faltan seguido a clases y no lo justifican
El Ministerio de Educación reconoció que los directores de las escuelas y los padres de alumnos se quejan por las excesivas ausencias de los educadores a clases. Es un problema de todo el país. El Consejo Federal de Educación lo incluyó en su agenda como problema preocupante. Buenos Aires hizo punta y creó un plan integral de presentismo. Los efectos del ausentismo son fatales en los chicos: "si falta el maestro, para qué ir a la escuela".
Los padres de alumnos dicen que en las nuevas escuelas, recientemente inauguradas, no hay docentes designados. Los alumnos salen sin notas en las libretas, en el mejor de los casos; en el peor, los aplazan sin que hayan tenido ni una hora de clases. Lo grave, aseguraron a LA GACETA, es el ausentismo docente.
"Faltan mucho: en los primeros años del secundario hay casos de docentes que hace un año no dictan clases porque piden licencias por goteo; de esa manera evitan que nombren a otro en su lugar", dijo Verónica de Valdez. Ella tiene una hija en una escuela de Lomas de Tafí, inaugurada en abril; y el otro hijo egresó del Colegio Nacional en 2011. Contó el caso de un docente que no fue en todo el año y los directivos hicieron rendir a fin de año a todos los alumnos, para que tuvieron calificación. "El problema era que estos egresaban y debían inscribirse en la universidad. Mi hijo aprobó, pero hay otros chicos cuya situación está sin resolver", explicó esta madre. Por su parte Miriam Gutiérrez, madre de un alumno de una escuela técnica, apuntó que hay demasiadas horas libres porque los profesores no van. "Los alumnos hacen lo quieren, muchos se escapan o se quedan fumando en un sector del colegio. Si es en la primaria, el problema es fatal: las aulas son campos de batalla", sostuvo. Jorge Mercado añadió que en los colegios privados se cuidan más, porque si faltan mucho los echan. "Hay apañamiento en las escuelas, los docentes tienen varias licencias, legales y de las otras, pero también faltan sin justificación. No sé cómo hacen, porque deben firmar registros de asistencia, por eso hay sospechas de que entre ellos se cubren las ausencias o el retiro antes de completar la jornada", remarcó.
Mercado y Valdez coincidieron en que en muchos casos los docentes no van a clases porque no deben tener motivaciones: "aulas con muchos alumnos; alumnos con infinidad de problemáticas, y un arrastre de insatisfacciones". Más allá de que existen enfermedades propias de la profesión (cuerdas vocales) y las estacionales (respiratorias y posturales), Josefina Ferrer, de la Comisión de Padres, opinó que el sistema de presentismo de los alumnos es mucho más exigente que el de los docentes (15 faltas y una reincorporación), considerando que la enseñanza es un trabajo por el que se recibe un sueldo. Los padres se preocupan porque aducen que hay muchos casos en los que en las libretas hay asignaturas sin notas y en otros, se las inventan para no tener problemas con la autoridad.
La media nacional
El ausentismo docente es realmente un problema en todo el país. Buenos Aires salió de punta al anunciar el cambio del sistema de control del presentismo, similar al que tiene Tucumán con el Sesop (Sistema de Salud y Ocupacional de la provincia). Pero los porteños serán controlados por el Colegio Médico. Es lo que anunció el jefe de Gabinete del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Alberto Pérez. Enfatizó que el promedio de ausentismo nacional es del 24,18%, y que el provincial se encuentra en rangos similares.
"A nosotros lo que más nos preocupa son las faltas injustificadas; las otras, por enfermedades de corto y largo tratamiento las justifica el Sesop. Las condiciones laborales y licencias acordadas con los gremios se respetan a rajatabla", dijo la ministra Silvia Rojkés de Temkin. El Sesop no respondió el requerimiento por escrito que LA GACETA había acordado con su titular, Savino Bertolli, a quien se le preguntó el porcentaje de licencias por enfermedad en el sistema educativo.
Tampoco la ministra mostró cifras ni porcentajes, pero reconoció que la problemática figura en la agenda del Consejo Federal de Educación, ya que el ausentismo como problema atraviesa todas las escuelas del país. Temkin piensa que es un problema cultural que se viene revirtiendo en la provincia. Hay proyectos por los cuales se dio un mayor compromiso de los docentes: el plan de mejora institucional, los de competencia académica, la capacitación, los planes de inclusión, entre otros. "Vemos que la mayoría de nuestros docentes están comprometidos. Pero en cada reunión escuchamos a los directores, preocupados por los niveles de ausentismo en las escuelas y por las quejas de los padres", reconoció.
Serias consecuencias
La secretaria de Gestión Educativa, Silvia Ojeda, consignó -para dar un ejemplo- que en un grupo de entre 100 a 150 docentes, hay cinco o seis que son los que siempre faltan sin justificación.
Proyectado en porcentajes significa entre 5 al 3,5 %, sin tener en cuenta las otras licencias pautadas en el régimen de trabajo. Si se tiene en cuenta que un docente atiende varios cursos y diferentes divisiones, los efectos de una falta se multiplican hasta cuatro veces. Hace un par de años, el Ministerio delegó a las escuelas el hacerse cargo de sus logros y fracasos. De la misma manera se remitieron, escuela por escuela, los informes de presentismo, tanto de alumnos como de docentes. Temkin consignó que ya no deberían existir las horas libres. Explicó que hay preceptores, tutores, y parejas pedagógicas que pueden atender la ausencia de un profesor en el aula.
La reflexión pasa por sincerar qué es lo que está sucediendo con los educadores; porque hay más inversión, más posibilidades para las instituciones, desde el punto de vista tecnológico y de recursos didácticos, hay más capacitación, proyectos y mejores sueldos. ¿A qué se deben tantas ausencias? "Es lo que cada escuela debe debatir y revertir, puertas adentro", replicó la ministra.
"Si el docente falta, pide licencia y se ausenta de sus clases, al final el alumno termina diciendo: para qué voy a ir a la escuela", consignó la ministra, quien destacó la importancia de la continuidad.
Horas libres, cero
Para muchas directoras lograr revertir el ausentismo docente implicó creatividad, consenso y entender que el cambio era cuestión de proceso. En la secundaria de El Mollar, la directora, Teresa Díaz, dijo que el ausentismo docente bajó, y que las horas libres ya no existen. Allí se aplica un proyecto de "recuperación", por el cual cada profesor deja en Biblioteca el programa, con las clases alternativas de temática general, que incluyen actividades para los chicos, por si debe ausentarse de la escuela.
"Nos ha dado muy buenos resultados, porque los chicos no pierden ni un minuto de clases. Son atendidos por preceptores, o por docentes-tutores y de apoyo, que usan la carpeta que dejó el profesor para cada materia. Por ejemplo, hemos avanzado en lograr que los chicos lean más y escriban mejor -dijo la directora-. Muchas de las escuelas de los Valles lo están aplicando".
"Faltan mucho: en los primeros años del secundario hay casos de docentes que hace un año no dictan clases porque piden licencias por goteo; de esa manera evitan que nombren a otro en su lugar", dijo Verónica de Valdez. Ella tiene una hija en una escuela de Lomas de Tafí, inaugurada en abril; y el otro hijo egresó del Colegio Nacional en 2011. Contó el caso de un docente que no fue en todo el año y los directivos hicieron rendir a fin de año a todos los alumnos, para que tuvieron calificación. "El problema era que estos egresaban y debían inscribirse en la universidad. Mi hijo aprobó, pero hay otros chicos cuya situación está sin resolver", explicó esta madre. Por su parte Miriam Gutiérrez, madre de un alumno de una escuela técnica, apuntó que hay demasiadas horas libres porque los profesores no van. "Los alumnos hacen lo quieren, muchos se escapan o se quedan fumando en un sector del colegio. Si es en la primaria, el problema es fatal: las aulas son campos de batalla", sostuvo. Jorge Mercado añadió que en los colegios privados se cuidan más, porque si faltan mucho los echan. "Hay apañamiento en las escuelas, los docentes tienen varias licencias, legales y de las otras, pero también faltan sin justificación. No sé cómo hacen, porque deben firmar registros de asistencia, por eso hay sospechas de que entre ellos se cubren las ausencias o el retiro antes de completar la jornada", remarcó.
Mercado y Valdez coincidieron en que en muchos casos los docentes no van a clases porque no deben tener motivaciones: "aulas con muchos alumnos; alumnos con infinidad de problemáticas, y un arrastre de insatisfacciones". Más allá de que existen enfermedades propias de la profesión (cuerdas vocales) y las estacionales (respiratorias y posturales), Josefina Ferrer, de la Comisión de Padres, opinó que el sistema de presentismo de los alumnos es mucho más exigente que el de los docentes (15 faltas y una reincorporación), considerando que la enseñanza es un trabajo por el que se recibe un sueldo. Los padres se preocupan porque aducen que hay muchos casos en los que en las libretas hay asignaturas sin notas y en otros, se las inventan para no tener problemas con la autoridad.
La media nacional
El ausentismo docente es realmente un problema en todo el país. Buenos Aires salió de punta al anunciar el cambio del sistema de control del presentismo, similar al que tiene Tucumán con el Sesop (Sistema de Salud y Ocupacional de la provincia). Pero los porteños serán controlados por el Colegio Médico. Es lo que anunció el jefe de Gabinete del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Alberto Pérez. Enfatizó que el promedio de ausentismo nacional es del 24,18%, y que el provincial se encuentra en rangos similares.
"A nosotros lo que más nos preocupa son las faltas injustificadas; las otras, por enfermedades de corto y largo tratamiento las justifica el Sesop. Las condiciones laborales y licencias acordadas con los gremios se respetan a rajatabla", dijo la ministra Silvia Rojkés de Temkin. El Sesop no respondió el requerimiento por escrito que LA GACETA había acordado con su titular, Savino Bertolli, a quien se le preguntó el porcentaje de licencias por enfermedad en el sistema educativo.
Tampoco la ministra mostró cifras ni porcentajes, pero reconoció que la problemática figura en la agenda del Consejo Federal de Educación, ya que el ausentismo como problema atraviesa todas las escuelas del país. Temkin piensa que es un problema cultural que se viene revirtiendo en la provincia. Hay proyectos por los cuales se dio un mayor compromiso de los docentes: el plan de mejora institucional, los de competencia académica, la capacitación, los planes de inclusión, entre otros. "Vemos que la mayoría de nuestros docentes están comprometidos. Pero en cada reunión escuchamos a los directores, preocupados por los niveles de ausentismo en las escuelas y por las quejas de los padres", reconoció.
Serias consecuencias
La secretaria de Gestión Educativa, Silvia Ojeda, consignó -para dar un ejemplo- que en un grupo de entre 100 a 150 docentes, hay cinco o seis que son los que siempre faltan sin justificación.
Proyectado en porcentajes significa entre 5 al 3,5 %, sin tener en cuenta las otras licencias pautadas en el régimen de trabajo. Si se tiene en cuenta que un docente atiende varios cursos y diferentes divisiones, los efectos de una falta se multiplican hasta cuatro veces. Hace un par de años, el Ministerio delegó a las escuelas el hacerse cargo de sus logros y fracasos. De la misma manera se remitieron, escuela por escuela, los informes de presentismo, tanto de alumnos como de docentes. Temkin consignó que ya no deberían existir las horas libres. Explicó que hay preceptores, tutores, y parejas pedagógicas que pueden atender la ausencia de un profesor en el aula.
La reflexión pasa por sincerar qué es lo que está sucediendo con los educadores; porque hay más inversión, más posibilidades para las instituciones, desde el punto de vista tecnológico y de recursos didácticos, hay más capacitación, proyectos y mejores sueldos. ¿A qué se deben tantas ausencias? "Es lo que cada escuela debe debatir y revertir, puertas adentro", replicó la ministra.
"Si el docente falta, pide licencia y se ausenta de sus clases, al final el alumno termina diciendo: para qué voy a ir a la escuela", consignó la ministra, quien destacó la importancia de la continuidad.
Horas libres, cero
Para muchas directoras lograr revertir el ausentismo docente implicó creatividad, consenso y entender que el cambio era cuestión de proceso. En la secundaria de El Mollar, la directora, Teresa Díaz, dijo que el ausentismo docente bajó, y que las horas libres ya no existen. Allí se aplica un proyecto de "recuperación", por el cual cada profesor deja en Biblioteca el programa, con las clases alternativas de temática general, que incluyen actividades para los chicos, por si debe ausentarse de la escuela.
"Nos ha dado muy buenos resultados, porque los chicos no pierden ni un minuto de clases. Son atendidos por preceptores, o por docentes-tutores y de apoyo, que usan la carpeta que dejó el profesor para cada materia. Por ejemplo, hemos avanzado en lograr que los chicos lean más y escriban mejor -dijo la directora-. Muchas de las escuelas de los Valles lo están aplicando".
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