Adiós a un pionero de la psicología en Tucumán

Los ambientes científicos y docentes han perdido una figura de significación con el fallecimiento del psicólogo doctor Ricardo Moreno. Tenía 95 años. Había nacido en Buenos Aires el 23 de abril de 1917. En esa capital fundó, con la doctora Carolina Tobar García, las primeras escuelas diferenciales del Consejo Nacional de Educación.

Le enorgullecía recordar que, en La Plata, como director de Estudios de Psicología Educacional, había fundado, con la colaboración de Jaime Bernstein y Bernardo Serebrinsky, la primera y única "escuela para sobredotados" que existió en el país. Funcionó desde 1950 hasta 1952, año en que la cerró el Gobierno.

Radicado después en Tucumán, con una cátedra en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT, se destacó rápidamente. En 1952 organizó, con su colega Oscar Oñativia, el I Congreso Argentino de Psicología. Fue todo un acontecimiento científico, por el cual, medio siglo más tarde, le otorgarían distinciones de reconocimiento las Facultades de Psicología de la UNT y de la UBA, así como la Asociación Latinoamericana de Roscharch. Logró que ese Congreso declarase la necesidad de crear carreras universitarias de Psicología en el país. Esto determinó la aparición de las primeras en Rosario, Buenos Aires, La Plata, San Luis, Córdoba y en Tucumán, de la cual fue memorable docente por largos años.

Especialista en el test de Roscharch, el doctor Moreno acreditó su dedicación al estudio y los originales conclusiones en la edición de numerosos libros y trabajos publicados por instituciones científicas. Hombre siempre joven de espíritu, de trato jovial y sonriente, gozaba en Tucumán y en el país de un bien justificado prestigio en todos los ámbitos.