Por Mariana Apud
16 Agosto 2012
EL EQUIPO. Alexander, hijo de Acuña; Ramón, el marido; "La Tigresa"; Josué, el menor de los hermanos y María Ruiz, la sparring, en Plaza Independencia. LA GACETA / FOTOS DE HECTOR PERALTA
Pasaron ocho años de su primera vez en Tucumán. El recuerdo es grato porque en aquella ocasión venció en su pelea que, así como la que tendrá mañana, se hizo en Caja Popular. Será por eso que Marcela "La Tigresa" Acuña no para de sonreír desde el domingo, cuando llegó al "Jardín de la República". Aunque también la "culpa" de su alegría la tiene la gente que le pide una foto, un autógrafo o quiere charlar con ella.
"Estoy muy contenta de volver a Tucumán. De la última vez quedó la deuda de retornar y creo que hemos vuelto con algo mejor, que es la defensa de un título mundial", se enorgullece la dueña de la corona Plata Supergallo del Consejo Mundial de Boxeo.
No sólo llega con un cinturón importante por defender, sino con cambios en su vida. La de 2004 fue su 19ª pelea y mañana encarará su 41° compromiso. Peleó por varios títulos mundiales y los ganó. Probó con la política y bailó por un sueño en Showmatch. En el medio se retiró y después volvió. En Tucumán peleará por segunda vez luego de una inactividad de dos años.
"En la presentación de mayo, demostré que estoy para dar mucho más. Ya pasó un tiempo y me siento mucho más segura. Lo que prevalecerá en la pelea es mi experiencia y mi velocidad", pronosticó "La Tigresa" con respecto al combate ante Betiana Viñas.
Con la misma seguridad, reconoce que no quería que sus hijos boxearan. "Buscamos por todos los medios que hagan una actividad diferente. Siempre dije que no podía cortarles las alas, pero ellos fueron perseverantes", dice Acuña mientras Ramón Chaparro, su marido y entrenador, sostiene que la carrera del boxeador es muy sacrificada.
Rápidamente "La Tigresa" irrumpió en el concepto y aclaró: "ahora, una de las condiciones fue el estudio. Pueden hacer lo que quieran con el boxeo, pero sin descuidar el estudio, que es lo que los va a sostener porque el deporte es muy corto".
Y vaya que "La Tigresa" lo vive en carne propia porque, aunque su intención es seguir peleando, ya se arremangó y está estudiando abogacía. Precisamente, Alexander, el hijo mayor, sigue los pasos de mamá no sólo en el ring, también en lo universitario, mientras que Josué se mantendrá en el rubro cuando empiece con Criminalística.
La razón por la que Acuña no quería que sus hijos también se dedicaran al deporte de los puños fue que el boxeo aleja de la familia. Pero "La Tigresa" reconoce que ahora, lo que en algún momento los separó, los une. "Entrenamos todos en el mismo gimnasio y esta familia se ha unido más, compartimos cosas que antes no. ¡Hasta competimos juntos!", no deja de sorprenderse. Es que, por ejemplo, el debut de Josué no pudo verlo, al menos, en vivo porque ella se estaba preparando para su regreso al ring en el vestuario.
Mañana, "La Tigresa", con el apoyo de toda su familia, buscará defender su título para que otra vez quede en la dinastía Acuña.
"Estoy muy contenta de volver a Tucumán. De la última vez quedó la deuda de retornar y creo que hemos vuelto con algo mejor, que es la defensa de un título mundial", se enorgullece la dueña de la corona Plata Supergallo del Consejo Mundial de Boxeo.
No sólo llega con un cinturón importante por defender, sino con cambios en su vida. La de 2004 fue su 19ª pelea y mañana encarará su 41° compromiso. Peleó por varios títulos mundiales y los ganó. Probó con la política y bailó por un sueño en Showmatch. En el medio se retiró y después volvió. En Tucumán peleará por segunda vez luego de una inactividad de dos años.
"En la presentación de mayo, demostré que estoy para dar mucho más. Ya pasó un tiempo y me siento mucho más segura. Lo que prevalecerá en la pelea es mi experiencia y mi velocidad", pronosticó "La Tigresa" con respecto al combate ante Betiana Viñas.
Con la misma seguridad, reconoce que no quería que sus hijos boxearan. "Buscamos por todos los medios que hagan una actividad diferente. Siempre dije que no podía cortarles las alas, pero ellos fueron perseverantes", dice Acuña mientras Ramón Chaparro, su marido y entrenador, sostiene que la carrera del boxeador es muy sacrificada.
Rápidamente "La Tigresa" irrumpió en el concepto y aclaró: "ahora, una de las condiciones fue el estudio. Pueden hacer lo que quieran con el boxeo, pero sin descuidar el estudio, que es lo que los va a sostener porque el deporte es muy corto".
Y vaya que "La Tigresa" lo vive en carne propia porque, aunque su intención es seguir peleando, ya se arremangó y está estudiando abogacía. Precisamente, Alexander, el hijo mayor, sigue los pasos de mamá no sólo en el ring, también en lo universitario, mientras que Josué se mantendrá en el rubro cuando empiece con Criminalística.
La razón por la que Acuña no quería que sus hijos también se dedicaran al deporte de los puños fue que el boxeo aleja de la familia. Pero "La Tigresa" reconoce que ahora, lo que en algún momento los separó, los une. "Entrenamos todos en el mismo gimnasio y esta familia se ha unido más, compartimos cosas que antes no. ¡Hasta competimos juntos!", no deja de sorprenderse. Es que, por ejemplo, el debut de Josué no pudo verlo, al menos, en vivo porque ella se estaba preparando para su regreso al ring en el vestuario.
Mañana, "La Tigresa", con el apoyo de toda su familia, buscará defender su título para que otra vez quede en la dinastía Acuña.
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