Por Teresa Barrionuevo
09 Agosto 2012
Por un lado se sufría, pero por el otro, al ver a un equipo sólido y con paciencia, se sentía la tranquilidad de que el plantel tiene bien en claro cómo se debe luchar para tratar de alcanzar la gloria. Las Leonas demostraron una vez más que no es casualidad su llegada a otra final de un Juego Olímpico, pese a los recambios en su plantel. Recambios que muy poco se notan, porque tiene jugadoras jóvenes de gran talento como Rocío Sánchez Moccia, Martina Cavallero, y ni qué hablar de Florencia Habif, la niña mimada del plantel. Las chicas debutaron en un Juego Olímpico como si tuvieran rodaje y experiencia. Hoy, más que Leoncitas, son unas Leonas con hambre de gloria. Esa que buscarán mañana contra Holanda
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