Desde 1954 construyen la psicología en Tucumán

Desde 1954 construyen la psicología en Tucumán

Primero, maestro y alumno; luego, colegas. Hoy son, básicamente, amigos entrañables. Con ustedes: Jorge Bianchi y Ricardo Moreno.

CRUCE DE MIRADAS. El respeto de Bianchi por su maestro, el enorme afecto de Moreno por su mejor alumno. LA GACETA / FOTOS DE INéS QUINTEROS ORIO CRUCE DE MIRADAS. El respeto de Bianchi por su maestro, el enorme afecto de Moreno por su mejor alumno. LA GACETA / FOTOS DE INéS QUINTEROS ORIO
08 Agosto 2012

Son, decididamente, dos pioneros. Ambos fueron activos protagonistas (uno, como docente, el otro, como "el único estudiante al que se le encargaron tareas") del Congreso Argentino de Psicología de 1954. Sesionó en Tucumán y fue fuente del empujón que terminó con la creación de las primeras seis Licenciaturas en Psicología del país, entre ellas, la de la UNT. Ambos fueron profesores de eso que hoy es la Facultad de Psicología. Pero los unen otros vínculos más fuertes: el profesor Jorge Bianchi describe a Moreno como su maestro. El profesor Ricardo Moreno afirma que Bianchi fue uno de sus mejores alumnos. Y, por encima de todo ello hoy son -y en eso están totalmente de acuerdo- básicamente, amigos.

La Universidad Nacional de Tucumán distinguió la trayectoria de ambos con el título de Profesor Emérito. Unos días antes habían charlado con LA GACETA. La primera pregunta fue -hay que reconocerlo- bastante elemental. Pero disparó tanta historia y tanta anécdota, puso en juego tanto afecto, que se puede perdonar. Fue "¿cómo se conocieron?" Bianchi tomó la posta con prestaza:

"Yo estudiaba dos carreras en la Facultad de Filosofía y Letras, la Licenciatura en Psicotecnia y Orientación Profesional, y Ciencias de la Educación. Estamos hablando de 1952. El profesor Moreno, que venía de La Plata -donde había fundado la Dirección de Psicología de la Provincia de Buenos Aires-, fue mi profesor de Introducción a la Psicología. Allí descubrí qué era la Psicología... y abandoné Ciencias de la Educación. Al profesor Moreno le debo mucho, mucho. Le debo haber conocido a (Kurt) Koffka (uno de los fundadores de la psicología de la Gestalt), por ejemplo, y él fue quien me sugirió que mi camino podía ser la Psicoestadística". Todo el tiempo Moreno lo miraba sonriente. "¿Puedo dar mi versión?", preguntó. No hacía falta respuesta.

- Era un grupo de unos 25 alumnos. Y no era como ahora, que hay de todo un poco. ¡Eran todos buenos! Pero Jorge era sencillamente brillante. Todo lo aprendía rápido, lo entendía rápido, y además era dueño de un montón de virtudes personales. De hecho, fue mi primer jefe de trabajos prácticos...

- ¡Antes fui ayudante estudiantil! -interrumpió jocosamente Bianchi.

- Ja, ja, ja... cierto -reconoció el maestro-. Como sea, desde entonces hemos trabajado juntos con mucha frecuencia. E incluso cuando nuestros caminos profesionales se distanciaron, nunca hemos discrepado.

-¿Por qué se diferenciaron los caminos?

- Porque él es un psicólogo profesional y yo soy investigador -respondió Bianchi-. El fuerte del psicólogo profesional es su saber; y su trabajo, ayudar a solucionar problemas. En cambio, un investigador trabaja a partir de su ignorancia, y, ante un problema, su objetivo es entenderlo. Es indispensable poder asumirse como ignorante; bien entendida, la ignorancia en el investigador casi debe ser vocacional. Por ejemplo: en un trabajo que estoy haciendo junto con el doctor (Alfredo) Coviello sobre el estrés hemos obtenido resultados que no esperábamos. A la pregunta de "¿por qué?", la respuesta es "no sé". ¡Y ese es, precisamente, el motor del trabajo!

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- ¿El profesor Moreno también sigue trabajando?

- ¿Que si sigue trabajando? -ríe Bianchi-. A sus 95 años no es infrecuente que cundo lo busco me diga "llamame en un rato, estoy con pacientes..." Pero eso no es todo: ha publicado hace muy poco un libro...

- Fueron 10 años de trabajo -contó Moreno-, de los 75 que llevo en esta profesión, intentando una definición de Psicología. Nunca había encontrado una que me gustara...

- ... hoy se registran unas 56 diferentes... - aclaró Bianchi.

- ... y decidí tomar cuatro líneas para construir la definición. En primer lugar, buscar la fuente de la actividad psicológica, que es el sistema nervioso. En segunda instancia había que responder la pregunta "¿para qué sirve?"

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-¿Y la respuesta sería...?

- Para que los seres humanos pueden llevar una vida de bienestar y cumplir sus objetivos.

- ¿La tercera línea?

- La función esencial del lenguaje, que es lo que nos diferencia de los animales. La aparición del lenguaje implica la aparición del inconsciente. Solo podemos pensar usando palabras y las raíces de lo que pensamos son los afectos. Si a esto sumamos las diferentes áreas del quehacer psicológico (clínica, educacional, jurídica, artística, laboral...) descubrimos que, en realidad, ejercer la psicología puede ser ocuparse de la vida toda, ayudar a los que sufren a encontrar salidas. Y, al mismo tiempo, ¡uno aprende tanto de los pacientes!

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