La belleza: un peligroso negocio sin control

La belleza: un peligroso negocio sin control

Se promocionan como la mejores opciones para moldear la figura rápido y efectivamente. Cada vez hay más centros que usan aparatos para quemar grasas y cuidar la piel. Muchos funcionan sin supervisión médica y utilizan técnicas que pueden ser riesgosas para la salud. Las autoridades sanitarias buscan crear una reglamentación para regular la actividad.

La belleza: un peligroso negocio sin control
Buenos días, quiero averiguar sobre la ultracavitación", consultamos en un centro de estética ubicado en un barrio de Villa Carmela. "Sirve para modelar el cuerpo, elimina grasas, reduce centímetros y trata la celulitis", nos contesta una mujer, dueña de lo que evidentemente comenzó como una peluquería y con el paso del tiempo fue sumando otros tratamientos de belleza, algunos de los cuales se realizan con aparatos.

"¿Tengo que hacerme algún estudio médico antes del procedimiento? ¿Me va a ver un médico?", preguntamos. "No hace falta nada. El tratamiento se hace en varias sesiones. Este aparato no produce ningún efecto adverso", nos aclara la peluquera, antes de darnos el precio de lo solicitado: $ 50 por sesión.

Están por todos lados. Se promocionan como la mejor forma para moldear la figura en forma rápida y efectiva. Tucumán es el escenario de un verdadero "boom" de centros de estética. Algunos son una especie de clínica (estos son los más seguros) y otros funcionan dentro de una peluquería o de un spa. También están aquellos que se abren en alguna habitación de una casa o en un departamento céntrico. Miles de tucumanas y tucumanos se someten a estas terapias para embellecerse. Y aunque la mayoría no tiene problemas, cada vez hay más casos de personas que sufren las consecuencias de haberse sometido a tratamientos realizados por personal que no está capacitado.

"Los dermatólogos recibimos a diario pacientes con quemaduras y otras lesiones en la piel. En todos los casos, es porque se sometieron a tratamientos de belleza poco serios; es decir, llevados a cabo por gente que invade el campo de la medicina sin ser profesional", disparó Adriana Arangio, presidenta de la Asociación Tucumana de Dermatología. Ella, junto a médicos de otras áreas, se presentaron ante las autoridades del Sistema Provincial de Salud (Siprosa) para solicitar que se empiece a fiscalizar la proliferación de centros de estética. Los profesionales afirman que la situación está totalmente descontrolada y que esto va en desmedro de la salud de la población. En el Siprosa admiten que es un tema muy delicado y complejo. Y reconocen que es imposible, por ahora, fiscalizar la actividad, ya que no existe una normativa que la regule. Están trabajando en un proyecto para crear una resolución que establezca qué procedimientos estéticos son exclusivos de los médicos y cuáles son los que pueden realizar los técnicos. Lo que ya tienen en claro: se les exigirá a los institutos de belleza que sí o sí cuenten con la supervisión de un profesional de la salud, algo que muy pocos tienen en la actualidad, reconoció la doctora Ester Cristina de Kaplan, jefa del Departamento de Fiscalización de Servicios de Salud.

Por ahora, los expertos del Siprosa están evaluando todas las técnicas estéticas que se realizan en la actualidad: ultracavitación, mesoterapia, láser, ondas rusas, drenaje linfático y ultrasonido, entre otras. Cada una de ellas tiene sus peligros. Lo sabe bien Carolina F., una docente universitaria, que por estos días paga las consecuencias de haberse realizado una depilación definitiva con luz pulsada intensa, sin la supervisión de un experto. Terminó con quemaduras de primer y segundo grado. "Aunque al principio no sentí nada, después aparecieron marcas blancas y algunas zonas comenzaron a arderme hasta que aparecieron ampollas. Fue terrible", confesó.

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