Las últimas tres ceremonias de inauguración de los Juegos Olímpicos

Son uno de los momentos más esperados de los Juegos Olímpicos. Aunque simbólicamente, las ceremonias inaugurales sirven para dar comienzo a las competencias, que en la era moderna se extienden por al menos tres semanas. Miles de deportistas de todo el planeta desfilan por el estadio ante la mirada de millones a través de los medios masivos de comunicación. Con fuegos de artificios, espectáculos teatrales y mucho color, estas puestas en escena buscan resaltar algunas características culturales del país anfitrión y sirven como bievenida al mundo, que centra sus ojos en el evento deportivo más importante.

En Sydney 2000, la velocista Cathy Freeman fue la encargada de encender el pebetero, mientras las imágenes de la bahía y la Opera se llenaban de luces en una ceremonia impecable.

Cuatro años después, los Juegos Olímpicos regresaron a Grecia y fue Atenas la casa de la competencia. Aunque el país ya caminaba hacia una crisis económica -que finalmente explotó en los últimos 24 meses-, los griegos se esmeraron para que todo saliera como estaba previsto. Durante la ceremonia inaugural, se empleó por primera vez un brazo mecánico para encender la llama.

A pesar de las fuertes resistencias de organizaciones internacionales, en 2008, la competencia llegó a Beijing, que a las 8 del 08-08-08 dio comienzo a una ceremonia fastuosa, llena de luces, colores y sincronización. En esa oportunidad, el ex atleta y ahora empresario Li Ning (ganador de seis medallas en Los Angeles 84) voló con la antorcha hasta el pebetero.

Ahora los Juegos Olímpicos regresaron a Europa y es tiempo de Londres, que tiene preparada una sorpresa. Con Paul McCartney sobre el escenario, los ingleses prometen una ceremonia memorable. Que así sea. LA GACETA ©