25 Julio 2012
En todo el mundo la gente se marca nuevos objetivos para batir récords de velocidad y distancia, anhela conseguir algo único en todo tipo de disciplinas, desde ir desnudo en trineo a carreras en sillas de oficina. La televisión e Internet -en especial YouTube- no hacen más que espolear estas ambiciones.
La búsqueda de récords está creciendo debido al anhelo de reconocimiento. Las instituciones que antes ofrecían el sentimiento de ser mejores han perdido su estatus: las familias, debido a las altas tasas de divorcio; los partidos políticos, por su ambigüedad; y la Iglesia, por los cambios sociales. El resultado es una pérdida de orientación.
Los rankings proporcionan la sensación de que somos el centro de atención. Igual si es algo estúpido, como lanzar pasteles, o retos serios como dar la vuelta al mundo navegando a los 16 años o recorrer la cuerda floja sobre las cataratas del Niágara.
La búsqueda de récords está creciendo debido al anhelo de reconocimiento. Las instituciones que antes ofrecían el sentimiento de ser mejores han perdido su estatus: las familias, debido a las altas tasas de divorcio; los partidos políticos, por su ambigüedad; y la Iglesia, por los cambios sociales. El resultado es una pérdida de orientación.
Los rankings proporcionan la sensación de que somos el centro de atención. Igual si es algo estúpido, como lanzar pasteles, o retos serios como dar la vuelta al mundo navegando a los 16 años o recorrer la cuerda floja sobre las cataratas del Niágara.
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