13 Julio 2012
- SIGNIFICADO.- En quechua, Burruyacu significa "aguada de los burros". En el siglo XVII, cuando la región pertenecía al curato rural del valle de Choromoro, la zona se fertilizaba por las vertientes (ojos de agua), en una zona arisca y tuscada. Ahí iban a beber los burros, por lo que en la lengua quechua se formó burru-yacu (donde beben agua los burros).
- ANTECEDENTES.- En 1800 Burruyacu fue separado, junto a parte de Cruz Alta, del curato y alrededor de la vieja parroquia fue creciendo incesantemente el caserío. Un antiguo plano del Potrero del Nío, confeccionado por el francés Felipe Bertrés, confirmó en 1826 la existencia de un primitivo templo con una torre, que desapareció a mediados del siglo. No se conocen las razones. Incluso se llegó a conjeturar que allí funcionaba un fortín que después se hizo mensajería.
- LOTEO.- La Villa de Burruyacu surgió como comunidad organizada en 1873. Ese año el vecino Florentino Matilde Lobo donó siete leguas cuadradas, que se lotearon para el pueblo. El loteo fue encomendado al escribano José Sobrecasas, por disposición del entonces gobernador Federico Helguera. Según ese trazado existen manzanas de 166 varas (138,760 m) por cuadra y calles de 20 varas ( 16,71 m) de ancho.
- TESTIGOS.- El viaducto ubicado al fondo del barrio 50 Viviendas, próximo al sector del antiguo acceso a la ciudad, es una obra de arte en arco de la arquitectura ferroviaria del siglo pasado (foto arriba). También el tanque de agua de ladrillo a la vista (foto a la derecha) en el interior del ahora corralón y taller municipal es otra reliquia del esplendor y crecimiento que fue la trocha ancha para Burruyacu. Las vías ise iban a prolongar hasta Orán, pero el proyecto quedó trunco luego de que hicieron dos túneles.
- MUNICIPALIDAD.- En 1877 había unos 200 pobladores, una escuela, el juzgado de paz, varias casas de negocios y comenzó a construirse la actual iglesia de la calle Manuel Belgrano 188. El desarrollo de la agricultura y de la ganadería; la explotación de leña y de madera y la extensión del ramal ferroviario, en 1930, consolidaron la proyección de Burruyacu. Así, en 1976, fue elevada al rango de ciudad y, por ende, de municipalidad.
- VILLORIO.- Hasta la década de 1930 Burruyacu fue un villorio con pocos habitantes y viviendas, según consignó Ysmael Díaz en su libro "La Aguada del Burro, Memorias de Burruyacu, un aporte para su historia". Pero la llegada del ferrocarril provocó un giro de 180 grados en cuanto al crecimiento.
- MÁS ESPLENDOR.- En 1946, al agotarse los montes cercanos a Burruyacu, los pobladores comenzaron a emigrar hacia el norte. La actividad forestal se extendió hasta el kilómetro 37. Pero en 1950 surgió el cultivo de caña y La Aguada del Burro renació económica y laboralmente. Se convirtió en recepcionista y centro de cargas, vía ferrocarril, de toda la producción cañera.
- LA DEBACLE.- El esplendor económico se extendió hasta fines de la década de 1960. La producción cañera cayó a causa de los fletes, la cupificación y el precio bajo. A ello se sumó el cierre y posterior retiro de las vías del ramal ferroviario del ex Mitre. Burruyacu se empobreció y el éxodo de jóvenes y habitantes fue masivo.
- ANTECEDENTES.- En 1800 Burruyacu fue separado, junto a parte de Cruz Alta, del curato y alrededor de la vieja parroquia fue creciendo incesantemente el caserío. Un antiguo plano del Potrero del Nío, confeccionado por el francés Felipe Bertrés, confirmó en 1826 la existencia de un primitivo templo con una torre, que desapareció a mediados del siglo. No se conocen las razones. Incluso se llegó a conjeturar que allí funcionaba un fortín que después se hizo mensajería.
- LOTEO.- La Villa de Burruyacu surgió como comunidad organizada en 1873. Ese año el vecino Florentino Matilde Lobo donó siete leguas cuadradas, que se lotearon para el pueblo. El loteo fue encomendado al escribano José Sobrecasas, por disposición del entonces gobernador Federico Helguera. Según ese trazado existen manzanas de 166 varas (138,760 m) por cuadra y calles de 20 varas ( 16,71 m) de ancho.
- TESTIGOS.- El viaducto ubicado al fondo del barrio 50 Viviendas, próximo al sector del antiguo acceso a la ciudad, es una obra de arte en arco de la arquitectura ferroviaria del siglo pasado (foto arriba). También el tanque de agua de ladrillo a la vista (foto a la derecha) en el interior del ahora corralón y taller municipal es otra reliquia del esplendor y crecimiento que fue la trocha ancha para Burruyacu. Las vías ise iban a prolongar hasta Orán, pero el proyecto quedó trunco luego de que hicieron dos túneles.
- MUNICIPALIDAD.- En 1877 había unos 200 pobladores, una escuela, el juzgado de paz, varias casas de negocios y comenzó a construirse la actual iglesia de la calle Manuel Belgrano 188. El desarrollo de la agricultura y de la ganadería; la explotación de leña y de madera y la extensión del ramal ferroviario, en 1930, consolidaron la proyección de Burruyacu. Así, en 1976, fue elevada al rango de ciudad y, por ende, de municipalidad.
- VILLORIO.- Hasta la década de 1930 Burruyacu fue un villorio con pocos habitantes y viviendas, según consignó Ysmael Díaz en su libro "La Aguada del Burro, Memorias de Burruyacu, un aporte para su historia". Pero la llegada del ferrocarril provocó un giro de 180 grados en cuanto al crecimiento.
- MÁS ESPLENDOR.- En 1946, al agotarse los montes cercanos a Burruyacu, los pobladores comenzaron a emigrar hacia el norte. La actividad forestal se extendió hasta el kilómetro 37. Pero en 1950 surgió el cultivo de caña y La Aguada del Burro renació económica y laboralmente. Se convirtió en recepcionista y centro de cargas, vía ferrocarril, de toda la producción cañera.
- LA DEBACLE.- El esplendor económico se extendió hasta fines de la década de 1960. La producción cañera cayó a causa de los fletes, la cupificación y el precio bajo. A ello se sumó el cierre y posterior retiro de las vías del ramal ferroviario del ex Mitre. Burruyacu se empobreció y el éxodo de jóvenes y habitantes fue masivo.
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