Fernando Heller - Agencia DPA
BRUSELAS.- En una de las sesiones del Eurogrupo más largas que se recuerdan en Bruselas, España logró en la madrugada de ayer algunos de sus objetivos, entre ellos el pronto desembolso de un primer tramo del crédito europeo para su maltrecho sector bancario. No obstante, lejos de una victoria clara para Madrid, la Unión Europea (UE) no ha extendido a Mariano Rajoy un "cheque en blanco": hay duras condiciones. Victoria parcial, moderada, ¿o pírrica? No es fácil etiquetar el resultado más tangible de las negociaciones ya que los 30.000 millones de euros que recibirá el sector bancario español antes de finales de mes para evitar un posible colapso no salen gratis.
Mientras el ministro español de Economía, Luis de Guindos, hacía gala de optimismo al afirmar que el país logró "dos muy buenos acuerdos", la partitura final también tiene muchos bemoles, entre ellos recomendaciones -término que en el diccionario de la jerga de la UE equivale a obligaciones- entre ellas subir el IVA o una dura medicina para el sector bancario.
Según las conclusiones de la maratoniana reunión de la pasada noche (cerca de nueve horas de negociaciones), las condiciones son mucho menos dolorosas en términos de ajustes y reformas que las impuestas a los tres países oficialmente rescatados, Grecia, Irlanda, y Portugal, bajo la tutela de Bruselas y del Fondo Monetario Internacional (FMI). Y es que oficialmente España no será rescatada.
Los "hombres de negro", en la metáfora que hace unas semanas utilizó el ministro español de Hacienda, Cristóbal Montoro, para definir a los técnicos de Bruselas, podrían viajar a España cada tres meses. La regularidad de las inspecciones podría ser un síntoma claro de que Bruselas y el FMI prefieren hacer un seguimiento estrecho a las acciones del gobierno, especialmente en lo que atañe al sector bancario y su supervisión.