Por Gabriela Baigorrí
10 Julio 2012
Anunció que la Iglesia tiene "mucho para decir". Consideró que leyes como el matrimonio igualitario o de género son "yerros". Aseveró que sobrarían los dedos de las manos para contar los legisladores que tienen noción sobre bioética. Por último, ponderó el diálogo genuino. Cualquiera de las declaraciones del arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca, pronunciadas durante el Tedeum habrían generado revuelo y ocuparían la tapa de este diario. Sin embargo, los conceptos descriptos no fueron expuestos durante la celebración religiosa por el aniversario de la Independencia (la primera que pronuncia en el cargo). De hecho, las autoridades que asistieron a la Catedral, no los escucharon. En la homilía -es decir, frente a los miembros del Gobierno-, monseñor priorizó "dar gracias a Dios por todos los beneficios de tantos años de Patria", según precisó luego a la prensa. Precisamente, al término de la misa, Zecca brindó la conferencia en la que expresó sus opiniones.
Homilía conciliadora
Durante más de 20 minutos, el arzobispo concentró la atención de las principales autoridades de los poderes del Estado (José Alperovich, por el Ejecutivo; Regino Amado, por el Legislativo y Antonio Estofán, por el Judicial). También las de la presidenta provisional del Senado, Beatriz Rojkés; de diputados nacionales del oficialismo y de miembros de la oposición (asistieron los legisladores Silvia Elías de Pérez, José Páez, Ricardo Bussi y el concejal Claudio Viña).
Monseñor reflexionó acerca de la Patria, su cultura e identidad. Si bien se explayó sobre los orígenes, efectuó una proyección hacia el futuro. El religioso contextualizó la noción de Patria con la unidad latinoamericana. "No podemos comprenderla si la aislamos. Forma parte por historia y destino, y tiene su origen en el encuentro de la raza hispano-lusitana con las culturas precolombinas y las africanas. El mestizaje racial y cultural ha marcado este proceso latinoamericano y su dinámica indica que lo seguirá marcando", reseñó.
Luego, Zecca citó al Papa Benedicto XVI para referirse a la relación de la Iglesia con las culturas precolombinas. "El anuncio de Jesús y de su Evangelio no supuso una alienación de las culturas precolombinas ni fue una imposición de una cultura extraña (...). La sabiduría de los pueblos originarios los llevó a formar una síntesis entre sus culturas y la fe cristiana. De allí ha nacido la rica y profunda religiosidad popular, en la cual aparece el alma de los pueblos latinoamericanos", afirmó.
El único pasaje con contenido político fue cuando recordó que en el Preámbulo de la Constitución Nacional se invoca a Dios como "fuente de toda razón y justicia". Al tiempo, remarcó la importancia de la libertad religiosa. "No puede reducirse a mera subjetividad e interioridad, limitándola de hecho a la fe, sino que exige la presencia de lo religioso en la esfera pública", añadió. La máxima autoridad de la Iglesia local consideró que es esencial en la cultura la actitud con que un pueblo afirma o niega una vinculación religiosa con Dios. Después, aseveró que la presencia de la religión católica en el ámbito de lo público es parte de la identidad y de la cultura argentina. Volvió a citar a Benedicto XVI para referirse a la comunión entre razón y fe en relación a la polémica por algunas leyes sancionadas recientemente: "no deberían tener miedo de entablar un diálogo profundo, por el bien de nuestra civilización. La religión no es un problema que los legisladores deban solucionar, sino una contribución vital al diálogo nacional".
Pendientes
Tras la ceremonia, Zecca reconoció que existen dificultades y asuntos pendientes en la sociedad, pero consignó que es necesario "dar gracias a Dios por lo que hemos podido hacer y pedirle que nos dé la fuerza para lograr aquello que todavía nos falta". Después, respecto de su referencia a la tarea legislativa, insistió en que hay cuestiones que no son objeto de legislación, sino de fe o razón.
"Muchos de los yerros que se han cometido en materia de legislación, como el matrimonio igualitario o la ley de género... ¿de dónde provienen? Del divorcio entre naturaleza y cultura. Hay que convencerse; no se puede decir que todo es construcción cultural. Hay una naturaleza que nos dice lo que nos dice. Que hay hombres y mujeres; lo demás, con todo el respeto del mundo, son invenciones", opinó.
"Creo que esto obedece a la falta de formación de muchos legisladores en cuestiones de bioética y ciertos temas. Si analiza el Congreso, a lo mejor sobran los dedos de las dos manos para contar los que más o menos entienden algo. Es un problema muy técnico, donde se mezclan sentimientos", concluyó.
Homilía conciliadora
Durante más de 20 minutos, el arzobispo concentró la atención de las principales autoridades de los poderes del Estado (José Alperovich, por el Ejecutivo; Regino Amado, por el Legislativo y Antonio Estofán, por el Judicial). También las de la presidenta provisional del Senado, Beatriz Rojkés; de diputados nacionales del oficialismo y de miembros de la oposición (asistieron los legisladores Silvia Elías de Pérez, José Páez, Ricardo Bussi y el concejal Claudio Viña).
Monseñor reflexionó acerca de la Patria, su cultura e identidad. Si bien se explayó sobre los orígenes, efectuó una proyección hacia el futuro. El religioso contextualizó la noción de Patria con la unidad latinoamericana. "No podemos comprenderla si la aislamos. Forma parte por historia y destino, y tiene su origen en el encuentro de la raza hispano-lusitana con las culturas precolombinas y las africanas. El mestizaje racial y cultural ha marcado este proceso latinoamericano y su dinámica indica que lo seguirá marcando", reseñó.
Luego, Zecca citó al Papa Benedicto XVI para referirse a la relación de la Iglesia con las culturas precolombinas. "El anuncio de Jesús y de su Evangelio no supuso una alienación de las culturas precolombinas ni fue una imposición de una cultura extraña (...). La sabiduría de los pueblos originarios los llevó a formar una síntesis entre sus culturas y la fe cristiana. De allí ha nacido la rica y profunda religiosidad popular, en la cual aparece el alma de los pueblos latinoamericanos", afirmó.
El único pasaje con contenido político fue cuando recordó que en el Preámbulo de la Constitución Nacional se invoca a Dios como "fuente de toda razón y justicia". Al tiempo, remarcó la importancia de la libertad religiosa. "No puede reducirse a mera subjetividad e interioridad, limitándola de hecho a la fe, sino que exige la presencia de lo religioso en la esfera pública", añadió. La máxima autoridad de la Iglesia local consideró que es esencial en la cultura la actitud con que un pueblo afirma o niega una vinculación religiosa con Dios. Después, aseveró que la presencia de la religión católica en el ámbito de lo público es parte de la identidad y de la cultura argentina. Volvió a citar a Benedicto XVI para referirse a la comunión entre razón y fe en relación a la polémica por algunas leyes sancionadas recientemente: "no deberían tener miedo de entablar un diálogo profundo, por el bien de nuestra civilización. La religión no es un problema que los legisladores deban solucionar, sino una contribución vital al diálogo nacional".
Pendientes
Tras la ceremonia, Zecca reconoció que existen dificultades y asuntos pendientes en la sociedad, pero consignó que es necesario "dar gracias a Dios por lo que hemos podido hacer y pedirle que nos dé la fuerza para lograr aquello que todavía nos falta". Después, respecto de su referencia a la tarea legislativa, insistió en que hay cuestiones que no son objeto de legislación, sino de fe o razón.
"Muchos de los yerros que se han cometido en materia de legislación, como el matrimonio igualitario o la ley de género... ¿de dónde provienen? Del divorcio entre naturaleza y cultura. Hay que convencerse; no se puede decir que todo es construcción cultural. Hay una naturaleza que nos dice lo que nos dice. Que hay hombres y mujeres; lo demás, con todo el respeto del mundo, son invenciones", opinó.
"Creo que esto obedece a la falta de formación de muchos legisladores en cuestiones de bioética y ciertos temas. Si analiza el Congreso, a lo mejor sobran los dedos de las dos manos para contar los que más o menos entienden algo. Es un problema muy técnico, donde se mezclan sentimientos", concluyó.
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