05 Julio 2012
ATENTOS. Los 12 imputados que presenciaron el debate en una sala contigua siguieron en detalle la declaración de Blanca. Algunos tomaron apuntes. LA GACETA / FOTOS DE JORGE OLMOS SGROSSO - ENRIQUE GALINDEZ
Habló rápido. Ante cada pregunta respondió con seguridad, sin dudar, a pesar de que le señalaron contradicciones con algunas de las cosas que dijo hace 10 años. Blanca, la testigo que dijo haber hablado con Marita Verón en un prostíbulo de La Rioja, no respetó ninguna de las reglas de cortesía. "Te puedo contestar", le respondió varias veces a los abogados y a los jueces, dejando siempre de lado el "usted".
Ayer a la mañana, la mujer siguió declarando sobre sus días en La Rioja, y tuvo que afrontar las preguntas de los abogados defensores de los imputados riojanos, Jorge Cáceres y Roberto Flores. El primero de ellos procuró señalar, insistentemente, las contradicciones del relato de la testigo.
Blanca declaró en 2002 que había visto a Marita en el "Desafío", y que las chicas que estaban allí le habían dicho quién era la joven de mirada perdida. En 2003 afirmó que fue secuestrada y que la llevaron a La Rioja porque "había contado lo de Marita". Esa vez logró hablar con la joven en un baño. Nueve años después, durante el debate, tuvo versiones distintas sobre cómo llegó al prostíbulo que, dice, era de José Fernando "Chenga" Gómez, y sobre cómo logró escapar.
Las "doñas"
La mujer había dicho el martes que Marita era una de las "doñas", esposa de "don Chenga". Es decir, no era la única. Pero dijo no saber el nombre de las restantes. Cáceres señaló que en su declaración anterior dio el nombre de dos chicas.
"Es correcto lo que dice ahí. Los 'dones' tienen varias esposas. Conocí a Florencia y a Lorena, las otras esposas. Florencia era delgada y de cabello ondulado. Lorena era un poquito gordita, con el pelo teñido de rubio. Eran muy bonitas", manifestó la testigo luego que le leyeran su declaración anterior. A pesar de los años, Blanca sigue refiriéndose a los dueños de los boliches con el mote de "don" o "doña".
Si hablaban con alguna de estas mujeres, recibían una multa, según Blanca. "Eran intocables e inacercables para nosotras", agregó. Pero como la testigo afirmó que habló una vez con Marita en el baño, Cáceres trató de saber cómo era el baño, a qué distancia estaban, y otros detalles de ese relato, que en muchos casos la mujer dijo no recordar.
"Pasó mucho tiempo y no recuerdo muchas cosas. Pero yo conocía a Marita porque vi su cara en la televisión y en afiches que estaban pegados por todos lados en Tucumán", contó Blanca. La otra contradicción fue señalada por Flores, y estuvo relacionada con la versión de que Marita tuvo un hijo con "Chenga".
"Tengo conocimiento de que tenía un hijo con 'don' Chenga, nada más", expresó la testigo. Cuando le leyeron que hace nueve años había dicho que no había visto a Marita con un hijo, Blanca no dudó en afirmar: "es como yo te estoy respondiendo ahora".
Flores le pidió que explicara por qué decía una versión distinta. "Yo te voy a explicar algo. Pasaron 10 años y pasé por un montón de cosas. Cuando a mí me rescataron estaba en muy malas condiciones, y no me acuerdo de 10.000 cosas. Si yo me acordaría, sería algo muy distinto", manifestó Blanca a los jueces.
La testigo volvió a estar acompañada por su médica psiquiatra, Graciela Balderrama. En varios tramos del interrogatorio manifestó que quería que la de ayer fuera la última jornada en la que ella declarara. "Quiero que esto termine hoy", repitió. Durante el cuarto intermedio, Blanca sufrió una descompensación, que le produjo vómitos cuando estaba en el baño. Fueron casi tres horas en las que la mujer tuvo que describir nuevamente cómo era el "Desafío", y relatar cómo se fugó en las dos oportunidades en que estuvo allí. La estrategia de los defensores fue, durante casi toda la jornada, marcar las contradicciones de Blanca.
"La estrategia de la defensa o de la querella en el interrogatorio sobre los hechos principales que generan contradicciones, es válida. Un interrogatorio paralelo cuyo único fin es tratar de sacar contradicciones no es válido, porque escapa del objeto central del debate. Esa es la diferencia", manifestó el vocal Eduardo Romero Lascano, cuando el tribunal rechazó una de las preguntas de los abogados.
El letrado Carlos Posse, defensor de Irma Medina, comenzará interrogando hoy desde las 8.30, y adelantó que pedirá careos. La idea sería sentar a Blanca frente a frente con los que ella denuncia que la tuvieron cautiva.
Un hecho inusual sucedió al final de la audiencia, cuando el querellante Carlos Varela Álvarez pidió que Cáceres sea apartado del juicio. "Tienden a intimidar y confundir a las personas, a engañar al tribunal. No cumple el rol de ser una persona leal con su cliente", argumentó el letrado.
Cáceres rechazó la acusación. "Cada uno tiene un estilo. Hace 10 años que ejerzo mi profesión así. Jamás me entrometí con el ejercicio profesional de nadie. Molesta que estoy tratando de descubrir todas las mentiras que dicen estas chicas", se defendió Cáceres.
El presidente del tribunal, Alberto Piedrabuena, pidió a Blanca que entendiera la necesidad de pasar a un cuarto intermedio, para descansar. "Lo voy a aceptar, por el respeto que ustedes se merecen, porque si fuese por los abogados, no", respondió.
Ayer a la mañana, la mujer siguió declarando sobre sus días en La Rioja, y tuvo que afrontar las preguntas de los abogados defensores de los imputados riojanos, Jorge Cáceres y Roberto Flores. El primero de ellos procuró señalar, insistentemente, las contradicciones del relato de la testigo.
Blanca declaró en 2002 que había visto a Marita en el "Desafío", y que las chicas que estaban allí le habían dicho quién era la joven de mirada perdida. En 2003 afirmó que fue secuestrada y que la llevaron a La Rioja porque "había contado lo de Marita". Esa vez logró hablar con la joven en un baño. Nueve años después, durante el debate, tuvo versiones distintas sobre cómo llegó al prostíbulo que, dice, era de José Fernando "Chenga" Gómez, y sobre cómo logró escapar.
Las "doñas"
La mujer había dicho el martes que Marita era una de las "doñas", esposa de "don Chenga". Es decir, no era la única. Pero dijo no saber el nombre de las restantes. Cáceres señaló que en su declaración anterior dio el nombre de dos chicas.
"Es correcto lo que dice ahí. Los 'dones' tienen varias esposas. Conocí a Florencia y a Lorena, las otras esposas. Florencia era delgada y de cabello ondulado. Lorena era un poquito gordita, con el pelo teñido de rubio. Eran muy bonitas", manifestó la testigo luego que le leyeran su declaración anterior. A pesar de los años, Blanca sigue refiriéndose a los dueños de los boliches con el mote de "don" o "doña".
Si hablaban con alguna de estas mujeres, recibían una multa, según Blanca. "Eran intocables e inacercables para nosotras", agregó. Pero como la testigo afirmó que habló una vez con Marita en el baño, Cáceres trató de saber cómo era el baño, a qué distancia estaban, y otros detalles de ese relato, que en muchos casos la mujer dijo no recordar.
"Pasó mucho tiempo y no recuerdo muchas cosas. Pero yo conocía a Marita porque vi su cara en la televisión y en afiches que estaban pegados por todos lados en Tucumán", contó Blanca. La otra contradicción fue señalada por Flores, y estuvo relacionada con la versión de que Marita tuvo un hijo con "Chenga".
"Tengo conocimiento de que tenía un hijo con 'don' Chenga, nada más", expresó la testigo. Cuando le leyeron que hace nueve años había dicho que no había visto a Marita con un hijo, Blanca no dudó en afirmar: "es como yo te estoy respondiendo ahora".
Flores le pidió que explicara por qué decía una versión distinta. "Yo te voy a explicar algo. Pasaron 10 años y pasé por un montón de cosas. Cuando a mí me rescataron estaba en muy malas condiciones, y no me acuerdo de 10.000 cosas. Si yo me acordaría, sería algo muy distinto", manifestó Blanca a los jueces.
La testigo volvió a estar acompañada por su médica psiquiatra, Graciela Balderrama. En varios tramos del interrogatorio manifestó que quería que la de ayer fuera la última jornada en la que ella declarara. "Quiero que esto termine hoy", repitió. Durante el cuarto intermedio, Blanca sufrió una descompensación, que le produjo vómitos cuando estaba en el baño. Fueron casi tres horas en las que la mujer tuvo que describir nuevamente cómo era el "Desafío", y relatar cómo se fugó en las dos oportunidades en que estuvo allí. La estrategia de los defensores fue, durante casi toda la jornada, marcar las contradicciones de Blanca.
"La estrategia de la defensa o de la querella en el interrogatorio sobre los hechos principales que generan contradicciones, es válida. Un interrogatorio paralelo cuyo único fin es tratar de sacar contradicciones no es válido, porque escapa del objeto central del debate. Esa es la diferencia", manifestó el vocal Eduardo Romero Lascano, cuando el tribunal rechazó una de las preguntas de los abogados.
El letrado Carlos Posse, defensor de Irma Medina, comenzará interrogando hoy desde las 8.30, y adelantó que pedirá careos. La idea sería sentar a Blanca frente a frente con los que ella denuncia que la tuvieron cautiva.
Un hecho inusual sucedió al final de la audiencia, cuando el querellante Carlos Varela Álvarez pidió que Cáceres sea apartado del juicio. "Tienden a intimidar y confundir a las personas, a engañar al tribunal. No cumple el rol de ser una persona leal con su cliente", argumentó el letrado.
Cáceres rechazó la acusación. "Cada uno tiene un estilo. Hace 10 años que ejerzo mi profesión así. Jamás me entrometí con el ejercicio profesional de nadie. Molesta que estoy tratando de descubrir todas las mentiras que dicen estas chicas", se defendió Cáceres.
El presidente del tribunal, Alberto Piedrabuena, pidió a Blanca que entendiera la necesidad de pasar a un cuarto intermedio, para descansar. "Lo voy a aceptar, por el respeto que ustedes se merecen, porque si fuese por los abogados, no", respondió.
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