27 Junio 2012
Cada tanto, Juana González baja a la ciudad en auto. Para ella es lindo, porque está acostumbrada a hacerlo en colectivo. Lo que más le gusta a esta vecina de San Javier es conversar con las personas que la llevan; generalmente son turistas que se ofrecen a trasladarla cuando la ven en la parada ("prefieren bajar acompañados porque no conocen el cerro; nos llevan a los que nos encuentran esperando el ómnibus", explicó). Durante esos viajes se habla de todo: historias de vida, política, recuerdos y detalles irrelevantes que sirven para llenar el silencio. Pero hay un tema infaltable: las sorpresas tristes que depara el camino.
Las rutas provinciales 338 y 340 unen El Corte, en Yerba Buena, con la zona cercana a Raco. Este camino atraviesa las localidades de San Javier, La Sala y El Portezuelo, y es utilizado por turistas que recorren el Circuito Chico y por los habitantes de estos parajes que deben ir y volver de la ciudad con frecuencia (para hacer compras, ir al hospital y visitar familiares, por ejemplo). Lamentablemente, el estado de algunos tramos contrasta con los paisajes hermosos que los enmarcan.
Indignado con esta situación, el lector Juan José Grassi lo denunció en una carta (LA GACETA 24/06). "El problema principal es que la ruta no tiene señalizaciones, lo que la hace peligrosa y arriesgada su transitabilidad debido a la intensa y densa niebla", detalló, entre otros reclamos.
El comisionado comunal de San Javier, José Pistán, le respondió con otra carta (LA GACETA 25/06). Explicó que en el expediente 2417-C-2012 le solicitó a la Dirección Provincial de Vialidad (DPV) que repavimente la 338 desde la Primera Confitería hasta San Javier y la 340 hasta La Sala. "Al día de la fecha no recibí respuesta alguna", concluyó.
A lo largo de los 39 kilómetros que separan El Corte de Raco por las rutas 338 y 340 la falta de mantenimiento es evidente. Pocos metros después de la Primera Confitería el pavimento se vuelve áspero. Una buena: los guardrail y los muros de contención están bien pintados. Pero la señalización horizontal es regular: en algunas zonas está impecable y en otras, casi invisible. En San Javier (localidad a la que por fin de semana llegan alrededor de 1.000 vehículos, según la comuna, y donde se empalman las dos rutas) empiezan a aparecer los animales sueltos y la pintura sobre el pavimento se termina justo frente al Hotel Sol. Camino a La Sala, las vacas, los caballos y los chanchos ocupan las banquinas. Entre esta localidad y El Portezuelo es necesario bajar la velocidad por culpa de los baches. Y la postal que presenta el empalme de la 340 con la 341 (une Tapia con Raco) es una síntesis de todo lo que ocurre en el camino: un chico ata un caballo a una estaca clavada en el medio de rotonda y las gallinas surcan el pavimento.
Sin orientación
"Hace falta mejorar la señalización; cuando hay neblina es difícil orientarse. Además, es fundamental un nuevo pavimento y que se hagan banquinas. Con respecto a los animales sueltos, hacemos reclamos en la Policía, porque la comuna tiene trabas legales para secuestrarlos", enumeró Américo Sosa, encargado de Obras Públicas de San Javier.
Hay un dato que confirma que la ruta 338 es cada vez más transitada: la Dirección Provincial de Transporte le exigió a la línea 118 que incremente la cantidad de servicios. Pero, al mismo tiempo está realizando controles en estos caminos para evitar que los pasajeros viajen parados, explicó el director, Roberto Viaña.
El titular de la DPV, Raúl Basilio, admitió que a las rutas les hacen falta arreglos. "La 338 está dentro de un programa de financiamiento externo", reveló. El funcionario reconoció que en algunos tramos falta señalización horizontal, pero adelantó que dentro de poco se realizará una licitación para la pintura de rutas y que incluirá la que lleva a San Javier. "Es una ruta con muchas fallas geológicas en la que se producen hundimientos. No es sencillo arreglarla; por eso la pusimos en un plan de financiamiento", detalló. Basilio se comprometió a desmalezar las banquinas y a tapar los baches. Ojalá: la temporada turística está a la vuelta de la próxima curva y será feo que los viajeros se lleven el recuerdo triste de un camino olvidado.
Las rutas provinciales 338 y 340 unen El Corte, en Yerba Buena, con la zona cercana a Raco. Este camino atraviesa las localidades de San Javier, La Sala y El Portezuelo, y es utilizado por turistas que recorren el Circuito Chico y por los habitantes de estos parajes que deben ir y volver de la ciudad con frecuencia (para hacer compras, ir al hospital y visitar familiares, por ejemplo). Lamentablemente, el estado de algunos tramos contrasta con los paisajes hermosos que los enmarcan.
Indignado con esta situación, el lector Juan José Grassi lo denunció en una carta (LA GACETA 24/06). "El problema principal es que la ruta no tiene señalizaciones, lo que la hace peligrosa y arriesgada su transitabilidad debido a la intensa y densa niebla", detalló, entre otros reclamos.
El comisionado comunal de San Javier, José Pistán, le respondió con otra carta (LA GACETA 25/06). Explicó que en el expediente 2417-C-2012 le solicitó a la Dirección Provincial de Vialidad (DPV) que repavimente la 338 desde la Primera Confitería hasta San Javier y la 340 hasta La Sala. "Al día de la fecha no recibí respuesta alguna", concluyó.
A lo largo de los 39 kilómetros que separan El Corte de Raco por las rutas 338 y 340 la falta de mantenimiento es evidente. Pocos metros después de la Primera Confitería el pavimento se vuelve áspero. Una buena: los guardrail y los muros de contención están bien pintados. Pero la señalización horizontal es regular: en algunas zonas está impecable y en otras, casi invisible. En San Javier (localidad a la que por fin de semana llegan alrededor de 1.000 vehículos, según la comuna, y donde se empalman las dos rutas) empiezan a aparecer los animales sueltos y la pintura sobre el pavimento se termina justo frente al Hotel Sol. Camino a La Sala, las vacas, los caballos y los chanchos ocupan las banquinas. Entre esta localidad y El Portezuelo es necesario bajar la velocidad por culpa de los baches. Y la postal que presenta el empalme de la 340 con la 341 (une Tapia con Raco) es una síntesis de todo lo que ocurre en el camino: un chico ata un caballo a una estaca clavada en el medio de rotonda y las gallinas surcan el pavimento.
Sin orientación
"Hace falta mejorar la señalización; cuando hay neblina es difícil orientarse. Además, es fundamental un nuevo pavimento y que se hagan banquinas. Con respecto a los animales sueltos, hacemos reclamos en la Policía, porque la comuna tiene trabas legales para secuestrarlos", enumeró Américo Sosa, encargado de Obras Públicas de San Javier.
Hay un dato que confirma que la ruta 338 es cada vez más transitada: la Dirección Provincial de Transporte le exigió a la línea 118 que incremente la cantidad de servicios. Pero, al mismo tiempo está realizando controles en estos caminos para evitar que los pasajeros viajen parados, explicó el director, Roberto Viaña.
El titular de la DPV, Raúl Basilio, admitió que a las rutas les hacen falta arreglos. "La 338 está dentro de un programa de financiamiento externo", reveló. El funcionario reconoció que en algunos tramos falta señalización horizontal, pero adelantó que dentro de poco se realizará una licitación para la pintura de rutas y que incluirá la que lleva a San Javier. "Es una ruta con muchas fallas geológicas en la que se producen hundimientos. No es sencillo arreglarla; por eso la pusimos en un plan de financiamiento", detalló. Basilio se comprometió a desmalezar las banquinas y a tapar los baches. Ojalá: la temporada turística está a la vuelta de la próxima curva y será feo que los viajeros se lleven el recuerdo triste de un camino olvidado.
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