26 Junio 2012
ASUNCIÓN.- El destituido presidente paraguayo, Fernando Lugo, encabezó ayer una reunión de su ex gabinete, con el que seguirá trabajando para evaluar la situación del país, y al que invitó a que se integren las fuerzas que objetaron su relevo institucional. El encuentro fue en la sede del Partido País Solidario, integrante de la coalición que lo respaldaba en el poder.
"Con los ministros queremos convertirnos en fiscales y observadores, para monitorear todo lo que van a hacer los nuevos ministros", explicó. Después anunció que concurrirá a la cumbre del Mercosur en Argentina del jueves, para explicar su posición y "lo ocurrido el viernes negro" en el que fue despojado del cargo, y confirmó que así se lo solicitó a la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. También tiene previsto ir a Lima, a una reunión de Unasur.
El bloque sudamericano suspendió el viernes, de forma inmediata, a Paraguay del derecho a participar del plenario ante la veloz destitución de Lugo y la asunción de su reemplazante, Federico Franco.
El ex mandatario insistió en que el restablecimiento del orden democrático es la única solución a la crisis del país. "Hubo un quiebre del proceso democrático, algo reconocido no sólo por el pueblo sino por la gran mayoría de la comunidad internacional", afirmó, y reiteró su apoyo a protestas pacíficas, como las que están organizando el Frente Guasú y el Frente Nacional de Defensa de la Democracia. "La movilización ya comenzó, y lamentablemente la violencia y la intolerancia pueden instalarse", dijo.
Lugo aseguró que fue víctima de un golpe contra sus políticas "de inclusión social y de defensa de la soberanía", y recordó que durante su mandato, que concluía a mediados de 2013, hubo otros 23 intentos de juicio político que no prosperaron. Confirmó que pretende ser candidato a senador en las elecciones del próximo año. Pompeyo Lugo, uno de los hermanos del destituido Presidente, sufrió ayer un infarto, pero estaría fuera de peligro. (Télam-AFP-DPA)
"Con los ministros queremos convertirnos en fiscales y observadores, para monitorear todo lo que van a hacer los nuevos ministros", explicó. Después anunció que concurrirá a la cumbre del Mercosur en Argentina del jueves, para explicar su posición y "lo ocurrido el viernes negro" en el que fue despojado del cargo, y confirmó que así se lo solicitó a la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. También tiene previsto ir a Lima, a una reunión de Unasur.
El bloque sudamericano suspendió el viernes, de forma inmediata, a Paraguay del derecho a participar del plenario ante la veloz destitución de Lugo y la asunción de su reemplazante, Federico Franco.
El ex mandatario insistió en que el restablecimiento del orden democrático es la única solución a la crisis del país. "Hubo un quiebre del proceso democrático, algo reconocido no sólo por el pueblo sino por la gran mayoría de la comunidad internacional", afirmó, y reiteró su apoyo a protestas pacíficas, como las que están organizando el Frente Guasú y el Frente Nacional de Defensa de la Democracia. "La movilización ya comenzó, y lamentablemente la violencia y la intolerancia pueden instalarse", dijo.
Lugo aseguró que fue víctima de un golpe contra sus políticas "de inclusión social y de defensa de la soberanía", y recordó que durante su mandato, que concluía a mediados de 2013, hubo otros 23 intentos de juicio político que no prosperaron. Confirmó que pretende ser candidato a senador en las elecciones del próximo año. Pompeyo Lugo, uno de los hermanos del destituido Presidente, sufrió ayer un infarto, pero estaría fuera de peligro. (Télam-AFP-DPA)
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