23 Junio 2012

Todos miraron el reloj. Faltaban tres minutos para el final del partido y Tucumán perdía por un punto, pese a su increíble levantada en el segundo tiempo. El árbitro Miguel Peyrone cobró penal para los "naranjas", y toda la responsabilidad recayó en el pie derecho de Santiago Mesón, que hasta entonces había anotado cuatro penales y la conversión del try del "Cheto" Santamarina.
"El estadio era un griterío tal que no nos escuchábamos ni entre nosotros, pero cada vez que iba a patear a los palos se callaban todos. Y cuando fue ese último penal, era un silencio absoluto", relata el mismo Mesón, que en aquel partido jugó por primera vez como fullback.
La historia es conocida: la ovalada se metió entre los palos y se desató el delirio. "El pateador tiene que lidiar con esa responsabilidad. Así como a veces terminás siendo el héroe, también te podés ir silbado por errar una patada. Por suerte esa noche salió todo bien", recuerda Mesón.
"El estadio era un griterío tal que no nos escuchábamos ni entre nosotros, pero cada vez que iba a patear a los palos se callaban todos. Y cuando fue ese último penal, era un silencio absoluto", relata el mismo Mesón, que en aquel partido jugó por primera vez como fullback.
La historia es conocida: la ovalada se metió entre los palos y se desató el delirio. "El pateador tiene que lidiar con esa responsabilidad. Así como a veces terminás siendo el héroe, también te podés ir silbado por errar una patada. Por suerte esa noche salió todo bien", recuerda Mesón.
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