Pelli fue ungido con un "Ave, César"

Con un "Ave César", los alumnos de la Facultad de Arquitectura de la UNT agasajaron ayer al arquitecto César Pelli, un referente internacional ineludible de la Escuela de Arquitectura de los años 50, que tuvo maestros como Eduardo Sacriste y Jorge Vivanco, entre otros.

"Hermoso, me parece fantástico ver todos estos jóvenes arquitectos. Esta facultad es mucho más bonita que aquella en la cual yo estudié, hace más de 50 años. Y lo que la hace más bonita aún es la cantidad de chicas lindas. Es un placer, una emoción estar aquí", apuntó ayer este hombre incansable, en su penúltima jornada en Tucumán, divertido ante la estatua de un "César" coronado con laureles que habían realizado los estudiantes.

Ese mano a mano con los alumnos fue el corolario de una jornada que había comenzado por la mañana. Lo habían recibido verdaderas "brigadas" de estudiantes de Arquitectura con brazaletes azules o anaranjados en el brazo y que llevaban pintada la leyenda "FAU - UNT Arq. Pelli" y la silueta de su rostro, dibujada mediante la técnica del "stencil". Algunos decían "Ave, César", preanunciando la "sorpresa" que cerraría la jornada. En el auditorio colmado de la Facultad de Arquitectura, después de la actuación de la Orquesta y coro del Bicentenario de la Escuela Bernabé Aráoz y de la presentación del decano, Eduardo Coletti, elcreador de muchas de las torres más famosas del mundo habló de su obra. Lo había hecho ya el jueves en su disertación en el San Martín organizada por LA GACETA. Pero esta vez, por momentos, se detuvo en algunos detalles más técnicos, a tono con la audiencia. El cierre, mientras tanto, fue en el patio interior central de la Facultad, que desde ayer se llama "César Pelli".

El creador de las famosas Petronas de Kuala Lumpur llegó el miércoles a la provincia invitado por LA GACETA en el marco de los festejos por el centenario de nuestro diario. Y las autoridades de la Facultad de Arquitectura, que están festejando sus 60 años, aprovecharon la coyuntura para homenajear al visitante.

Por la tarde, Pelli plantó un árbol -un ceibo- en los exteriores de la Facultad, y recorrió acompañado de una multitud de alumnos y docentes la muestra de proyectos de alumnos de Taller que se había colgado en instalaciones de la Facultad.

"Ustedes y yo pertenecemos a la misma escuela, aunque el lugar no sea el mismo", les dijo a los estudiantes, y recordó, una vez más, como en toda su estadía tucumana, a los maestros que lo marcaron, Sacriste y Vivanco.

Ya de lleno en su obra, contó que fue el pedido de revalorización del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) el disparador para una carrera que ya no se detendría. "Ese es el lanzamiento de mi proyecto individual y el que me pone en el mapa", remarcó.

También recordó que cuando egresó de la Escuela de Arquitectura, en 1952, se fue becado a los Estados Unidos. Y que, gracias a la UNT, él estaba "por lejos" mejor preparado que los estudiantes de otros países. En la síntesis de su derrotero, compartió con el público sus estrategias de trabajo. "En la escuela de arquitectura uno empieza a pensar como arquitecto, a aprender qué significa la arquitectura; pero uno aprende con la presión del tiempo, con presupuesto y clientes de verdad", destacó.

Entre las reflexiones acotadas al "oficio", señaló que a la mayoría de sus trabajos llega por concursos; y que estos deben ser pagados, "porque eso significa que lo que uno hace tiene valor". También, que cada obra tiene un aspecto público y uno privado. "A mí me interesa mucho el aspecto público de la obra", aseveró Pelli, cuyos trabajos muestran su pasión por el verde y por grandes espacios de libre accesibilidad. Otra reflexión, casi al final, para una pregunta acerca de su estilo y de su legado. "El arquitecto- afirmó- es un accidente, un instrumento. Y mi aporte... dejamos edificios para ser usados, para ser criticados o aprovechados; y algunos han desaparecido...".