13 Junio 2012
"Ser sacerdote es estar profundamente subyugado por Jesucristo y por su Evangelio, y sentirse fascinado por la vocación a la misión; es jugárselo todo a una sola carta", solía decir el padre Vicente Zueco Vázquez, y su entusiasmo era contagioso. Durante 10 años les entregó su corazón a los tucumanos, pero también en Córdoba y en Buenos Aires recordarán a este operario diocesano que en la madrugada del 5 de junio emprendió su regreso a la Casa del Padre. Había nacido en Novallas (Zaragoza, España), el 29 de agosto de 1937, y allí volverán sus cenizas.
Opción por los jóvenes
El padre Vicente se consagró a la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos el 5 de noviembre de 1957; en la Universidad Pontificia de Salamanca se graduó de licenciado en Teología y se ordenó sacerdote el 1 de abril de 1961. Fue vicerrector del Seminario Mayor de Segovia hasta 1964, cuando lo destinaron a la Argentina.
Aquí realizó una enorme tarea como párroco, a lo que sumó luego su labor como asesor de Cursillos de Cristiandad, de la JUC (Juventud Universitaria Católica) y de la JOC (Juventud Obrera Católica).
"Siendo asesor de JOC y de JUC en Tucumán, me preocupaba ver que los jóvenes recibían de la Iglesia motivaciones para una militancia comprometida, pero no siempre encontraban el cauce para esa militancia en la misma Iglesia o en opciones claramente evangélicas. Eran los tiempos de la crisis ministerial y de las opciones políticas más radicalizadas", describió en 2005 su preocupación de su último tiempo en Tucumán: fines de los 70. Cuando lo trasladaron a Córdoba, los "changos" siguieron siendo su preocupación: dirigió el Centro de Pastoral Vocacional y Juvenil, y en 1981 fundó el Centro de Orientación Vocacional.
En Buenos Aires fue rector de la Casa de Formación de los Padres Operarios en Devoto, y más tarde, director del Instituto de Pastoral Vocacional, instituciones que dirigió desde 1983 hasta su muerte.
Opción por los jóvenes
El padre Vicente se consagró a la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos el 5 de noviembre de 1957; en la Universidad Pontificia de Salamanca se graduó de licenciado en Teología y se ordenó sacerdote el 1 de abril de 1961. Fue vicerrector del Seminario Mayor de Segovia hasta 1964, cuando lo destinaron a la Argentina.
Aquí realizó una enorme tarea como párroco, a lo que sumó luego su labor como asesor de Cursillos de Cristiandad, de la JUC (Juventud Universitaria Católica) y de la JOC (Juventud Obrera Católica).
"Siendo asesor de JOC y de JUC en Tucumán, me preocupaba ver que los jóvenes recibían de la Iglesia motivaciones para una militancia comprometida, pero no siempre encontraban el cauce para esa militancia en la misma Iglesia o en opciones claramente evangélicas. Eran los tiempos de la crisis ministerial y de las opciones políticas más radicalizadas", describió en 2005 su preocupación de su último tiempo en Tucumán: fines de los 70. Cuando lo trasladaron a Córdoba, los "changos" siguieron siendo su preocupación: dirigió el Centro de Pastoral Vocacional y Juvenil, y en 1981 fundó el Centro de Orientación Vocacional.
En Buenos Aires fue rector de la Casa de Formación de los Padres Operarios en Devoto, y más tarde, director del Instituto de Pastoral Vocacional, instituciones que dirigió desde 1983 hasta su muerte.
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