"Me sancionó el jefe de Policía por decir que en Argentina las mujeres se venden como ganado"

La carcajada que soltó se escuchó en los alrededores de la sala de audiencias. Jorge Tobar había comenzado a relatar cómo llegó hasta Fátima M., la testigo que dijo haber visto a Marita Verón en una casa del barrio Feput, luego de su desaparición. Pero no recordó el nombre de la persona que hizo de nexo. Y el dato, para Daniela Milhein, fue por lo menos irónico.
La audiencia de ayer del juicio por la desaparición de Marita tuvo como dato particular la crisis de nervios que afectó a Milhein, luego que el presidente del tribunal, Alberto Piedrabuena, le llamara la atención por esa risa. "Es un sinvergüenza, no ha tenido piedad. He perdido dos hijos por todo esto", se le escuchó decir a la imputada, que lloraba mientras una policía la escoltaba hasta una sala contigua.
Tobar continuó respondiendo ayer el interrogatorio del querellante Carlos Varela Alvarez. El ex comisario habló sobre diversos datos que se investigaron en la causa, como la pista que ubicaba a Marita en prostíbulos de Salta, el llamado que recibió Susana Trimarco de Santa Cruz y la búsqueda en el Centro de Salud.

Fátima y Nieva
El principal investigador que tuvo la causa también hizo referencia a los dos testigos que involucraron a los imputados tucumanos que tiene la causa. Fátima M. afirmó que fue secuestrada por Milhein, y en la casa que la acusada tenía en el barrio Feput vio a Marita.
Cuando Tobar relataba que un cuñado de Trimarco le dijo que un muchacho había escuchado a Fátima hablar de Marita, el vocal Eduardo Romero Lascano le preguntó por el nombre de ese muchacho. "No lo recuerdo", dijo Tobar, lo que desató la crisis de nervios de Milhein.
Sin embargo, el ex comisario reconoció que, salvo la declaración de Fátima, en toda la investigación no hubo ningún dato que vinculara en forma directa a Milhein y a su entonces esposo y también imputado, Alejandro González, con Irma Medina y su familia.
Luego, Tobar hizo referencia al testimonio de Simón Nieva, el hombre que aseveró que Víctor Rivero le confesó haber secuestrado a Marita, por orden de su hermana, María Jesús Rivero. "Contó que (Víctor) Rivero le comentaba que el auto estaba maldito, porque no le podía sacar una mancha de sangre del asiento trasero, y que esa mancha era de Marita, que la había golpeado con una pistola", explicó el testigo.

Sancionado por hablar
Hasta que la causa se elevó a juicio oral, en 2004, Tobar fue instructor de la causa. Luego, siguió investigando en el expediente que se abrió en la Fiscalía VI de Instrucción, a cargo de Adriana Reinoso Cuello, para tratar de conocer el paradero de Marita. Hasta que pasó a retiro, en 2008.
Tobar recordó que el entonces jefe de Policía, Hugo Sánchez, le inició una actuación administrativa luego que se publicara una entrevista en el diario porteño Página 12, en la que afirmaba que en "Argentina las mujeres se venden como ganado"."El jefe de Policía me había ordenado verbalmente que no diera entrevistas. Esa nota hizo que iniciara las actuaciones, que luego elevó a tribunales para que se vea en qué causa me iban a encuadrar. Fue archivada por falta de mérito", comentó Tobar.
El ex comisario dijo que la pista de salta fue investigada por la Policía Federal, que se buscó a Marita en Recreo por las posibles vinculaciones de José Medina y René Gustavo Marchissio. "Tenían contactos con prostíbulos de La Rioja, pero tras los allanamientos que se hicieron no se logró ningún elemento que pruebe que María de los Ángeles Verón haya estado en manos de Marchissio", dijo.