"En este país el fútbol es como una religión"

"En este país el fútbol es como una religión"

Ramón Córdoba se siente halagado por haber tenido la chance de jugar en Argentina

DESEO. Los futbolistas argentinos cuando se hacen profesionales sueñan con irse a jugar a Europa. Mientras que los colombianos queremos venirnos a jugar a la Argentina, dijo Córdoba. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL DESEO. "Los futbolistas argentinos cuando se hacen profesionales sueñan con irse a jugar a Europa. Mientras que los colombianos queremos venirnos a jugar a la Argentina", dijo Córdoba. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL
Ramón André Córdoba es uno de esos extranjeros que llegaron a la Argentina con la intención de triunfar en el fútbol. Lo que pocos saben es lo que le costó a este colombiano tener la chance de jugar en San Martín. El defensor, que surgió en las inferiores de Independiente Medellín, es el más chico de los 10 hijos del matrimonio que formaron Grengelio y Ana en Apartadó, una ciudad situada a 335 kilómetros de Medellín.

LA GACETA tuvo la chance de charlar con el colombiano para conocer algunas de sus vivencias en sus 22 años de vida. "Mi infancia fue la de un pibe normal; eso sí, muy cohibido porque era el más chico de la casa. Desde muy chico mis padres me inculcaron la cultura por el estudio. Esta forma de pensar de ellos complicaba concretar mis deseos de jugar al fútbol. Con mi padre era una guerra diaria, porque mi pasión era jugar en un campito del fondo de mi casa antes de hacer las tareas. Por suerte, logré terminar la secundaria", dijo el zaguero que no sabe aún qué será su futuro en el fútbol.

Córdoba también explicó cómo es la infancia de un chico en Colombia. "Es un país con muchas dificultades, sobre todo en lo social. En lo personal, siempre traté de mantenerme al margen de esos problemas. Mi infancia transcurrió entre la escuela y la pelota", dijo.

Acá en la Argentina, muchos padres buscan salvar su futuro llevando a practicar al fútbol a sus hijos. A la hora de comparar lo que ocurre en su país, Córdoba señaló: "allá el fútbol no es tan pasional. Acá es como una religión. Mis padres tomaron real dimensión de los beneficios económicos que tenía ser futbolista cuando empecé a jugar en Independiente Medellín. Allá, la mayoría les inculca a sus hijos que primero tienen que estudiar y luego el fútbol", dijo.

Un sueño

El central reconoce que a sus compatriotas lo desvive la idea de venir a jugar a la Argentina. "Desde que debutan profesionalmente comienzan a hacer méritos para fichar en un equipo argentino. Es el objetivo prioritario que tenemos todos. Es el trampolín que uno busca para luego pensar en Europa.

Jorge Bermúdez, Mauricio "Chicho" Serna, Juan Pablo Angel

, que triunfaron en Boca y River, son los ejemplos a seguir", manifestó.

Córdoba, desde su llegada a nuestra provincia, supo ganarse el respeto y el cariño de todos. "Regularmente me comunico con mi madre y ella me marca que a diferencia de mis otros hermanos soy una persona muy dada a la gente. Muy carismático. Siempre le caí bien a la gente que me rodeó. Si tengo que encontrarle una razón, pienso que Dios me ayuda a que sea así. Nunca me rechazaron como persona. Puede ser que como futbolista no me vaya bien, pero mi anhelo es irme bien de todos lados", dijo.

Quien supo tratarlo diariamente en los "santos" le reconoce que es un joven muy educado y creyente. "A todos mis actos los pongo en manos de Dios. Soy una persona de ir poco a la iglesia, pero todos los días al levantarme y al acostarme estoy hablando con él para agradecerle lo que me da en cada día. Si él no hubiera intercedido en mi vida, no hubiera estado acá recibiendo el cariño desde que llegué me brindan los tucumanos. Soy un siervo de su bondad", concluyó el colombiano.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios