05 Junio 2012
Los líderes respetan y valoran las diferencias de los otros. En tiempos de incertidumbre, aceptamos que los recursos humanos disponibles son la única ventaja competitiva. Cuando las personas que lidera no llegan a los niveles esperados tendrá que ejercer influencias sobre ellos. Y este es un camino ineludible si se quiere sostener la competitividad de la compañía y, en cierta medida, los niveles de productividad.
Puede ser que, algunas veces, un jefe, responsable de área o gerente no tenga la "autoridad" para que los empleados se desempeñen de la manera que necesita la organización en tiempos difíciles. En esos casos, sostiene "El Rincón del Coach" (un conjunto de sugerencias elaborada por Dale Carnegie Training), debe darle o por lo menos intentar buscar algún camino para influenciar sobre el capital humano con el fin de que mejore su rendimiento.
Hay cinco razones importantes para las personas que tienen bajo rendimiento, indica el reporte al que accedió LA GACETA. Entender estas, es el primer paso para usar las habilidades de poder influir en otros sin llegar a la manipulación.
Uno: "no sé qué hacer" Solución: educar. Siempre responda el teléfono o salude a los individuos en persona como si estuviera feliz de escucharlos. Empiece de manera amigable. Esto es fácil de decir pero puede ser difícil de hacer. Necesitamos poder "vivir en compartimentos estancos" y separar las experiencias previas negativas de este contacto con el cliente.
Dos: "no sé cómo hacerlo" Solución: ejercitar. Cuando no conocen el cómo, puede hacerles practicar las habilidades necesarias para que tengan un mejor desempeño. El entrenamiento es la respuesta. La clave es acompañar a las personas paso a paso por este proceso de tareas y explicar la correcta ejecución de esos pasos para que ellos consigan el éxito y también la organización.
Tres: "no creo que puedo" Solución: entrenar. Esta tarea refleja la confianza en su habilidad de desempeño. Es importante mostrarles que el trabajo se puede hacer y que ellos lo pueden hacer. Entrenamiento no es sólo una cuestión de animar a los empleados; es ayudarlos que vean que han sido elegidos para la realización de tareas o porque han sido nombrados para que sean parte del equipo. Inculcar en ellos la creencia en sí mismos y la confianza necesaria para utilizar los éxitos del pasado como un trampolín para futuras oportunidades.
Cuatro: "no sé por qué" Solución: visión. Cuando otras personas no ven la razón detrás de las direcciones, necesita darle soporte para que puedan avanzar. Esto es a menudo una cuestión de confianza. La mirada de los líderes más antiguos de una organización es un buen comienzo, pero los empleados también necesitan saber cómo ellos encajan dentro de esta mirada y porqué sus procesos de organización son fundamentales para lograr la visión.
Cinco: "no quiero" Solución: motivación. Esta es la razón más difícil para las personas tengan un bajo rendimiento. Suelen no estar lo suficientemente motivados. Algunas veces las personas tratan de sabotear el proceso de cambio. En esta situación se debe usar sus influencias para obtener los resultados. Motivación es la clave. Si las personas saben qué hacer y cómo hacerlo, ellos son los que deben hacerlo; el rendimiento no tiene que deberse a alguna otra barrera que no puede ser inmediatamente perceptible. Observar como la organización inspira a los empleados.
Puede ser que, algunas veces, un jefe, responsable de área o gerente no tenga la "autoridad" para que los empleados se desempeñen de la manera que necesita la organización en tiempos difíciles. En esos casos, sostiene "El Rincón del Coach" (un conjunto de sugerencias elaborada por Dale Carnegie Training), debe darle o por lo menos intentar buscar algún camino para influenciar sobre el capital humano con el fin de que mejore su rendimiento.
Hay cinco razones importantes para las personas que tienen bajo rendimiento, indica el reporte al que accedió LA GACETA. Entender estas, es el primer paso para usar las habilidades de poder influir en otros sin llegar a la manipulación.
Uno: "no sé qué hacer" Solución: educar. Siempre responda el teléfono o salude a los individuos en persona como si estuviera feliz de escucharlos. Empiece de manera amigable. Esto es fácil de decir pero puede ser difícil de hacer. Necesitamos poder "vivir en compartimentos estancos" y separar las experiencias previas negativas de este contacto con el cliente.
Dos: "no sé cómo hacerlo" Solución: ejercitar. Cuando no conocen el cómo, puede hacerles practicar las habilidades necesarias para que tengan un mejor desempeño. El entrenamiento es la respuesta. La clave es acompañar a las personas paso a paso por este proceso de tareas y explicar la correcta ejecución de esos pasos para que ellos consigan el éxito y también la organización.
Tres: "no creo que puedo" Solución: entrenar. Esta tarea refleja la confianza en su habilidad de desempeño. Es importante mostrarles que el trabajo se puede hacer y que ellos lo pueden hacer. Entrenamiento no es sólo una cuestión de animar a los empleados; es ayudarlos que vean que han sido elegidos para la realización de tareas o porque han sido nombrados para que sean parte del equipo. Inculcar en ellos la creencia en sí mismos y la confianza necesaria para utilizar los éxitos del pasado como un trampolín para futuras oportunidades.
Cuatro: "no sé por qué" Solución: visión. Cuando otras personas no ven la razón detrás de las direcciones, necesita darle soporte para que puedan avanzar. Esto es a menudo una cuestión de confianza. La mirada de los líderes más antiguos de una organización es un buen comienzo, pero los empleados también necesitan saber cómo ellos encajan dentro de esta mirada y porqué sus procesos de organización son fundamentales para lograr la visión.
Cinco: "no quiero" Solución: motivación. Esta es la razón más difícil para las personas tengan un bajo rendimiento. Suelen no estar lo suficientemente motivados. Algunas veces las personas tratan de sabotear el proceso de cambio. En esta situación se debe usar sus influencias para obtener los resultados. Motivación es la clave. Si las personas saben qué hacer y cómo hacerlo, ellos son los que deben hacerlo; el rendimiento no tiene que deberse a alguna otra barrera que no puede ser inmediatamente perceptible. Observar como la organización inspira a los empleados.
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