Un llamado anónimo alertaba sobre una muerte

Un llamado anónimo alertaba sobre una muerte

24 Mayo 2012
Del otro lado de la línea, una mujer con tonada riojana y con la voz nerviosa, le aseguraba que a Marita Verón la habían matado en uno de los prostíbulos de La Rioja, en cuyo patio estaba enterrada. Aunque los allanamientos posteriores fueron negativos, la sargento María de los Ángeles Albarracín, que atendió el teléfono, declaró ayer en el juicio por la desaparición de Marita.

"Fue en 2004. No se quiso identificar, dijo que era de La Rioja, y que había estado hablando con unas chicas que trabajan en el Candilejas, que ahora le dicen Isla. Que ellas le dijeron que Marita había estado con un cliente, al que le dijo que se quería ir de ahí, y se enteró la dueña, una tal Liliana Medina", contó Albarracín.

Según el relato, Medina habría comenzado a golpear a Marita junto a un tal Chenga, y un tal González, Gómez, Gustavo, o Gonzalo. "También estaba un tal Juan. Dijo que después de golpearla, con una soga la ahorcaron, y que está sepultada detrás del Candilejas o Desafío. Manifestó que se iban a dar con brasileras, paraguayas y otras chicas más que están enterradas ahí", comentó la sargento. Esa voz anónima le dijo que existía una mafia, por lo que nadie quería hablar en La Rioja. "Dijo que ella decía esto, porque quería que se le dé una buena sepultura a Marita", afirmó.

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