20 Mayo 2012
Durante muchos años, las mujeres soñaban con el traje de novia, poner la firma en el Registro Civil y tener hijos. Eran las expectativas sociales de una época que está quedando atrás. Ellos en cambio, casi siempre han sido esquivos para llegar al altar y dar el sí. Sin embargo, de acuerdo a una encuesta, en la actualidad, son ellas las que no se quieren casar, ni está en sus planes hacerlo a corto plazo; mientras que ellos prefieren el matrimonio porque -confiesan-, solos, viven angustiados.
¿Qué pasó? Según la consultora argentina D'Alessio-IROL que realizó el estudio, la mitad de las mujeres consultadas ya no cree en el matrimonio como institución y priorizan su desarrollo laboral o profesional antes que su vida amorosa.
En la investigación se hicieron consultas a grupos de mujeres y de hombres solteros. Se les preguntó, concretamente, si está en sus planes casarse. La mitad de las señoritas respondieron que no tienen interés en casarse. Contrariamente al imaginario popular, los hombres están más interesados en pasar por el Registro Civil (52% entre los hombres solteros contra el 40% de solteras).
Para ellas, el abanico de posibilidades se amplió y, contraer matrimonio ha dejado de ser el principal objetivo.
El motivo más importante esgrimido por ellas es que más allá de que no creen en la institución del matrimonio, confiesan que "disfrutan a mil" la soltería.
No pueden vivir solos
El estudio demostró que se están cayendo muchos mitos: las mujeres dijeron que no necesitan casarse para sentirse realizadas y completas: ya no creen que deban tener un marido e hijos para ser una persona exitosa en la vida. Y ¡oh, sorpresa! cuando se les preguntó si estando solas se podía ser feliz, ellas optaron por la afirmativa, mientras que entre ellos, el 21% respondió que no, y que se sentirían deprimidos y tristes.
Pareciera que las mujeres actuales dan guerra a los modelos tradicionales y a los mitos que antes las encasillaban. De acuerdo a los resultados de la consultora, ellas demostraron tener mayor predisposición a estar solas y no les temen al estado de soltería. El 47 % dijo que se puede vivir feliz; aunque el 36% reconoció que, aunque goza de su soltería, volvería a estar en una relación de pareja.
Sobre una base de mujeres casadas, se les preguntó qué fue lo que las impulsó a decidir casarse. La mayoría de ellas dijo que no les pesó el mandato social sino sus sentimientos. El 43% respondió que lo hizo para concretar un "compromiso de amor", y un 28%, que hubo motivación de ambos (la pareja) de oficializar la unión. Las referencias del estudio indican que la mujer se posiciona en un lugar con mayores libertades, lo que le permite decidir por sí misma y hacer valer sus deseos. En este ítem hay que destacar algunos datos interesantes: sólo el 1% de las casadas dijo que lo que influyó en su decisión de contraer matrimonio fue el aspecto religioso; el 2%, por insistencia de sus parejas, y el 7% reconoció que el objetivo fue lograr mayor protección legal.
No dejarían su trabajo
Las mujeres del siglo XXI no están dispuestas a renunciar lo que han logrado: el empleo o una profesión. Así quedó demostrado en la investigación de D'Alessio, en la que se concluye que 8 de cada 10 mujeres no desean renunciar a su trabajo al casarse, para convertirse en un ama de casa tradicional. Y 4 de cada 10 lo harían solamente en caso de ser necesario. Apenas el 2 % de ellas estarían dispuestas a dejar su empleo voluntariamente.
Los consultores tomaron como base de medición a madres, esposas y trabajadoras, y les preguntaron si es compatible formar una familia con la realización profesional. El 61% respondió "sí", aunque reconocieron que no les resulta nada fácil.
La mayoría (23 %) cree que no es necesario renunciar a su status profesional para dedicarse a las tareas domésticas. Creen que ambas realidades pueden convivir, aunque reconocen la dificultad que esto representa, y que a la vez, les exige una gran capacidad para administrar su tiempo y realizar varias tareas simultáneamente. El 8% confesó que no se puede compatibilizar ambas realidades y que por eso optó por dedicarse la familia, mientras que un 4% lo hizo por su trabajo.
¿Qué pasó? Según la consultora argentina D'Alessio-IROL que realizó el estudio, la mitad de las mujeres consultadas ya no cree en el matrimonio como institución y priorizan su desarrollo laboral o profesional antes que su vida amorosa.
En la investigación se hicieron consultas a grupos de mujeres y de hombres solteros. Se les preguntó, concretamente, si está en sus planes casarse. La mitad de las señoritas respondieron que no tienen interés en casarse. Contrariamente al imaginario popular, los hombres están más interesados en pasar por el Registro Civil (52% entre los hombres solteros contra el 40% de solteras).
Para ellas, el abanico de posibilidades se amplió y, contraer matrimonio ha dejado de ser el principal objetivo.
El motivo más importante esgrimido por ellas es que más allá de que no creen en la institución del matrimonio, confiesan que "disfrutan a mil" la soltería.
No pueden vivir solos
El estudio demostró que se están cayendo muchos mitos: las mujeres dijeron que no necesitan casarse para sentirse realizadas y completas: ya no creen que deban tener un marido e hijos para ser una persona exitosa en la vida. Y ¡oh, sorpresa! cuando se les preguntó si estando solas se podía ser feliz, ellas optaron por la afirmativa, mientras que entre ellos, el 21% respondió que no, y que se sentirían deprimidos y tristes.
Pareciera que las mujeres actuales dan guerra a los modelos tradicionales y a los mitos que antes las encasillaban. De acuerdo a los resultados de la consultora, ellas demostraron tener mayor predisposición a estar solas y no les temen al estado de soltería. El 47 % dijo que se puede vivir feliz; aunque el 36% reconoció que, aunque goza de su soltería, volvería a estar en una relación de pareja.
Sobre una base de mujeres casadas, se les preguntó qué fue lo que las impulsó a decidir casarse. La mayoría de ellas dijo que no les pesó el mandato social sino sus sentimientos. El 43% respondió que lo hizo para concretar un "compromiso de amor", y un 28%, que hubo motivación de ambos (la pareja) de oficializar la unión. Las referencias del estudio indican que la mujer se posiciona en un lugar con mayores libertades, lo que le permite decidir por sí misma y hacer valer sus deseos. En este ítem hay que destacar algunos datos interesantes: sólo el 1% de las casadas dijo que lo que influyó en su decisión de contraer matrimonio fue el aspecto religioso; el 2%, por insistencia de sus parejas, y el 7% reconoció que el objetivo fue lograr mayor protección legal.
No dejarían su trabajo
Las mujeres del siglo XXI no están dispuestas a renunciar lo que han logrado: el empleo o una profesión. Así quedó demostrado en la investigación de D'Alessio, en la que se concluye que 8 de cada 10 mujeres no desean renunciar a su trabajo al casarse, para convertirse en un ama de casa tradicional. Y 4 de cada 10 lo harían solamente en caso de ser necesario. Apenas el 2 % de ellas estarían dispuestas a dejar su empleo voluntariamente.
Los consultores tomaron como base de medición a madres, esposas y trabajadoras, y les preguntaron si es compatible formar una familia con la realización profesional. El 61% respondió "sí", aunque reconocieron que no les resulta nada fácil.
La mayoría (23 %) cree que no es necesario renunciar a su status profesional para dedicarse a las tareas domésticas. Creen que ambas realidades pueden convivir, aunque reconocen la dificultad que esto representa, y que a la vez, les exige una gran capacidad para administrar su tiempo y realizar varias tareas simultáneamente. El 8% confesó que no se puede compatibilizar ambas realidades y que por eso optó por dedicarse la familia, mientras que un 4% lo hizo por su trabajo.
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